Lejos de las leyendas,
de las creencias, y de las supersticiones de épocas pasadas sobre esas
manifestaciones demoniacas atribuidas a esas apariciones de semi-animales o
semi-humanos, esta entrada va
dedicado a recopilar y mencionar brevemente esos libros, documentos y extraños
manuscritos que hablaban de su existencia.
Una obra del año 1676 ni más ni menos, escrita en español
antiguo, pero que se puede decir que es de las primeras obras donde se refleja
algún tipo de especie marina mitad hombre mitad pez. El libro fue escrito por
Fray Antonio de Fuentelapeña, y su título es El
Ente dilucidado, él lo llamó “un tratado de monstruos y fantasmas”. Y
aquí el autor habla de los tritones, una especie marina con forma humana de los
que se hablaba bastante en los siglos XV, XVI y XVII. Y cito un pequeño
párrafo:
Son monstruos marinos en forma humana que
está poblado el Océano de los cuales han sido visto muchos. Tanto en tiempos
pasados como en el nuestro (1676) En Portugal se vio un hombre marino o tritón
que salía del mar, tocando con la boca una concha. Otro se vio en el Océano
Gaditano (que está saliendo del Estrecho de Gibraltar) con perfecta semejanza
al hombre en todo su cuerpo como lo describen muchos….En la Ribera de Roma, el
año 1523 se vio un hombre medio pez, con las demás señas que suelen describirse
a los tritones, y los que han ido a las Indias los han encontrado varias veces
en nuestros tiempos…
Por lo tanto la existencia de estas seres estaba realmente
asumida por las gentes de aquella época y que incluso se disputaban sus
pleitos, como el mismo autor menciona en su obra que entre el Rey de Portugal y
el Gran Maestre de Santiago, discutían “a quien pertenecía el tributo a cobrar
de los tritones y sirenas de mar” y la sentencia fue que el tributo de las
sirenas tocaban al Rey y la de los tritones al Gran Maestre de Santiago.
Y el hombre pez de Liérganes o el Peje Nicolao son dos
ejemplos de historias repetidas y repetidas hasta la saciedad con el paso de
los años que la gente los cuenta de diversa forma, pero ahí están. Pero esos
son casos de siglos anteriores. Hubo un caso que yo cuando lo leí me llamó la
atención, le ocurrió además a un antropólogo (fíjense que casualidad también)
en una playa de Miami en 1984. Salvador Martínez paseaba por aquellas
maravillosas playas de Miami con un tiempo excelente y con una brisa marina
agradable cuando de repente veía a lo que parecía una persona pero que andaba
con dificultad por el agua, lo divisaba a cientos de metros, el cuerpo lleno de
pelos largos, sus ojos apenas se veían, y en algunos lugares de cuerpo llegó a
verle una especie de costras o escamas. Se intenta comunicar con él pero sólo
recibe unos sonidos indescriptibles y difíciles de traducir. Ante esto,
Salvador dejó escrita esta frase en su diario: EL HOMBRE LOBO EXISTE LO VI EL
DIA 18 DE AGOSTO EN LA PLAYA DE TRINCOMALEE – HORRIBLE.
Y así muchos casos, muchas leyendas con seres acuáticos
mitad pez – mitad humano denominados con distinto nombre en cada cultura. Está
claro que hay una conexión entre los seres de la tierra y los del agua, no
podemos confirmar todavía que exista una especie parecida a la nuestra en el
océano, pero quedémonos con el secreto de lo que nos oculta. Quedémonos con las
maravillosas historias que hemos contado hoy, miremos al océano azul y profundo
y quedémonos con el misterio que quizás esconde sus profundidades eternas y
oscuras.
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