En el programa de esta
semana nos centramos en el efecto de la parálisis del sueño y de los entes
espirituales que nos aterran en la profunda oscuridad de la noche: íncubos y
súcubos.
Además
relatamos la historia de Lilith y encontramos la relación entre la que dicen fue la primera mujer de Adán (la mujer-demonio) y cómo creó a esos demonios
del sexo para robar la energía a los mortales en la noche.
Hacemos hincapié en el
conflicto bélico que se puede producir en Ucrania. A falta de datos que nos
cuenten lo que está pasando, nos ponemos a contar las posibilidades que
acarrearían una intervención militar rusa.
En el Archivo Oculto de esta semana tratamos otro tipo de arma que usó el ejército estadounidense en
la guerra de Vietnam: el Agente Naranja. Un producto químico que se desarrolló
con el objetivo de mejorar las cosechas pero que fue robado y utilizado como
arma química.
En el apartado de
Noticias relatamos el descubrimiento de un nuevo estado de la materia
encontrada en los ojos de una gallina; un nuevo sistema de precrimen creado a
través de un algoritmo que ha empezado a desarrollar el Departamento de Policía
de Chicago; un nuevo asteroide en la Antártida que podría verificar si
finalmente hubo vida en Marte; y la construcción de una nueva armadura a lo Iron Man que comenzó a desarrollar hace ya algún tiempo el ejército
estadounidense.
La noche oscura guarda
profundos misterios. Una de las frases que muchas personas sabrán porque se ha
repetido hasta la saciedad en el cine, en las historias antiguas... Nunca
sabemos lo que nos puede deparar la oscuridad profunda. Y no me refiero a la
ausencia de luz, sino a ese espacio largo del día en la que nos sumergimos en
nuestros sueños. De los sueños han surgido historias bonitas, recuerdos
maravillosos de etapas pasadas de la vida, encuentros surrealistas que parecen
no tener explicación,… esa puede ser la parte bonita de la acción de soñar, la
parte que nos gusta recordar y contar con nuestro alrededor sobre lo que
vivimos en la noche. Pero luego está la parte trágica o aterradora, cuando en
medio de la noche somos sometidos también a imágenes que nos producen chillos,
espasmos violentos o incluso la parálisis. Pesadillas o seres que nos
atormentan en las sombras de los sueños.
Esos seres que se nos aparecen en nuestras más
inquietantes pesadillas fueron denominados con dos tipos de nombres: íncubos y
súcubos. Y sí, puede ser mitología, puede ser fantasía, o también puede ser
realidad. Porque como siempre hacemos en nuestros programas hay que contar
todas las partes. Y el origen de todo eso como siempre viene de muchos siglos
atrás. Seres que fueron llamados los espíritus del sexo, que se decía que
violaban a hombres y mujeres en mitad de la noche y que eran poseídos por esas
fuerzas malignas. Y hoy en día esta creencia sigue. Quizás no tan fantasiosa
pero se sigue pensando que se pueden inducir estados intermedios entre el sueño
y la razón para atraer a estos espíritus o incluso evocarlos a través de
imágenes pornográficas que creamos en nuestra mente. Y tal y como nos
bombardean esa industria del sexo y el destape que se vive a diario en los
medios de comunicación y revistas pues créanse cuando les digo, que tan difícil
no parece obligar a nuestra mente a excitarnos. A nuestra sociedad se utiliza
ese medio, pero en algunas tribus se hacía a través del chamán, la figura importante de esas primeras
sociedades primitivas por adelantarse al futuro y recrear esos viajes astrales.
Pues sepan que en la actualidad se ha recogido que ciertas tribus africanas
invocan a esos demonios lúbricos dentro de un espejo (un objeto que a veces nos
muestra otra realidad paralela).
Así que podemos estar hablando de la manipulación de lo
diabólico como herramienta de autoexploración, el placer o acciones
determinadas bien en el plano físico o en el psíquico. Y esto lo corroboran
expertos espiritistas, ¿jugar con los demonios para alcanzar un estado
espiritual de estudio? ¿Este sería el principal fin? Sería algo así como
intentar agarrar al diablo por los cuernos y jugar con él a un juego muy
peligroso. Porque tratar con entidades que no conocemos (ya sean productos de
nuestra mente o no) para descubrir el verdadero placer sexual, eso quién sabe
si puede provocar un dominio absoluto del poder del mal sobre nuestros estados
alterados de consciencia. El ritual de ensoñación se puede convertir en el
verdadero infierno.
Pues entramos a analizar qué es un íncubo y un súcubo.
Empezamos por el primero. Del latín incubare –“yacer”-, “el demonio que se
acuesta sobre ti” es cómo lo definieron. Es el que tiene la forma masculina,
representado de muchas maneras según las culturas de los países: en algunos
sitios se le ha descrito como un enano barrigudo, en otros como un señor alto,
delgado y peludo y en otros (y aquí está la diferencia) como un chico apuesto y
bien vestido. Pero también ha sido descrito con forma de reptil o de pájaro de
fuego. Recibe muchos nombres según las culturas primitivas: Zabulón, Leviatán,
Belaam, Alpiel Efelios… Nombres casi de dioss ¿verdad? Y como habéis escuchado
algunos lo describen como una forma extraña y horrible e incluso deformada,
como los goblins. Pero lo que se cuenta sobre los íncubos es que son seres poco
atractivos que no buscan seducir, sólo quieren despertar los instintos sexuales
más bajos y primordiales en mujeres que duermen plácidamente en la noche. Y se
dice también que pueden ser esos ángeles que vinieron del cielo para aparearse
con las mujeres terrestres, los Nefilim.
Un ser que se cuela en la mente femenina cual parásito y
que extrae la energía a través del coito. Materializado a veces de forma física
y que realiza con tal salvajismo y gran placer a la vez esos orgasmos en mitad
de la noche que le producen hasta desgarros y hemorragias en sus partes más
íntimas. Una experiencia que puede parecer del todo irreal pero fíjense en la
magnitud del proceso, porque la mayoría de los testimonios recogen este tipo de
aspectos y esa profunda debilidad y abatimiento al día siguiente. Como si
hubiese estado toda la noche faenando, pero sin acordarse exactamente qué hizo.
Antiguamente se decía que cuando había un embarazo
deseando o el bebé nacía con una mala formación, nacían muertos o se convertían
en retrasados mentales era por esto. Porque fue incubado por una energía
demoníaca. O también se contaba como nacían bebés con aspecto normal pero que
luego tenían unos extraños poderes mentales o facilidad para recrear actos
violentos desde muy pequeños. Incluso los que hacían magia eran etiquetados de
hijos de íncubos, así hablaban las malas lenguas de la leyenda del mago Merlin.
Y algunos siempre han vaticinado que el Anticristo nacería de la unión entre un
íncubo y una mujer.
Y por otra parte tenemos la súcubo. Representa a una mujer, siempre bella. El
espíritu sexual que seduce a los hombres, en su mayoría jóvenes y religiosos.
En la Edad Media se contaba que este demonio se aparecía en la noche para crear
el desafío de los pecados de la carne, la verdadera lucha entre el bien y el
mal que tenía que superar el joven pastor.
La imagen bella, perfecta y sensual del súcubo.
Catalogada en la mayoría de las ocasiones como un ser alado, de dientes
afilados y que siempre va desnuda. Con unos ojos como de serpiente que utiliza
para hipnotizar a sus víctimas y que produce que esa hipnótica imagen se te
quede grabada en su retina incluso cuando despiertes de ese extraño y aterrador
sueño.
Y a diferencia del íncubo, el súcubo no busca engendrar.
El motivo de sus apariciones en mitad de la noche para seducir son, al fin y al
cabo, las mismas que su pariente demoniaco: quitar la energía vital del cuerpo.
Una imagen muy asociada al vampirismo y tan representada con ese otro fenómeno
que contaremos dentro de unos momentos de su posible origen. Porque también se
le ha dado la etiqueta de coleccionista de semen para engendrar otras mujeres
mortales para que engendren hijos y les inculquen las artes demoníacas y
oscuras. De ahí de cómo se castigaba antiguamente a los que manipulaban la
magia negra, los tildaban de sus sirvientes o de los que nacían de esos
demonios con aspecto de mujer.
Y la súcubo más célebre recogida en los anales de la
historia es la de Lilith, la que se dice que fue la verdadera primera esposa de
Adán.
En la tradición judeo cristiana, sobre todo en ediciones antiguas de la Biblia y manuscritos judíos, en el antiguo testamento de la Biblia, sobre todo en el génesis y el libro de Job, existe un personaje que en estos días ha sido escondida por el vaticano, Lilit es considerada la primera mujer de Adán, que al no aceptar ser dominada por el hombre fue expulsada del paraíso y sentenciada a dar a luz por toda la eternidad y que todos sus hijos nacieran muertos. Considerada como la serpiente que dio el fruto prohibido a Eva como venganza hacia el reproche recibido por Adán.
Llilith, considerada la primera mujer de Adán, la que fue condenada a ver nacer a sus hijos muertos y que tuvo que hacer un pacto con el mismísimo Lucifer para obtener el poder de la vida humana y dársela a esos hijos muertos. La diosa de los vampiros que puede que esté asociado a esos entes malignos que dicen que se alimentan de nuestra energía espiritual.
En la tradición judeo cristiana, sobre todo en ediciones antiguas de la Biblia y manuscritos judíos, en el antiguo testamento de la Biblia, sobre todo en el génesis y el libro de Job, existe un personaje que en estos días ha sido escondida por el vaticano, Lilit es considerada la primera mujer de Adán, que al no aceptar ser dominada por el hombre fue expulsada del paraíso y sentenciada a dar a luz por toda la eternidad y que todos sus hijos nacieran muertos. Considerada como la serpiente que dio el fruto prohibido a Eva como venganza hacia el reproche recibido por Adán.
Llilith, considerada la primera mujer de Adán, la que fue condenada a ver nacer a sus hijos muertos y que tuvo que hacer un pacto con el mismísimo Lucifer para obtener el poder de la vida humana y dársela a esos hijos muertos. La diosa de los vampiros que puede que esté asociado a esos entes malignos que dicen que se alimentan de nuestra energía espiritual.
Y cuando abandona el Edén furiosa porque Adán eligiese a
Eva finalmente, el mito explica que un día, tres ángeles de Dios fueron a
buscar a Lilith, pero ésta se negó a ir con ellos. Por eso, el cielo la castigó
haciendo que muriesen cien de sus hijos cada día. La tradición la considera,
por este castigo divino, un ser rencoroso que trata de vengarse matando a los
niños menores de ocho días, aún no circuncidados. Según el mito, Lilith rapta
los niños de sus cunas por las noches y se une a los hombres como un súcubo, es
decir, un demonio con apariencia de mujer muy atractiva, que engendra hijos con
el semen que los varones derraman por las noches de forma involuntaria,
mediante poluciones nocturnas.
En la novela Caín, de José Saramago, Lilith es la insaciable, posesiva y sensual señora de un pueblo donde va a buscar trabajo Caín. También se hace referencia a ella en Las Crónicas de Narnia y en muchas más obras de la narrativa. Además, suele usarse como personaje adaptado a diversas series o películas de ciencia ficción, como Supernatural, Los Monsters o Neon Genesis Evangelion. Por otra parte, en astrología existe una posición lunar llamada Lilith o Luna negra. Sucede cuando la Luna se encuentra en su apogeo o en su punto más alejado de la Tierra. Simboliza el inconsciente más profundo del ser humano. Lilith consigue llevar la situación al límite para romper con la represión más profunda del hombre.
Y contada esta maravillosa historia que puede ser un mito pero que está reflejada en muchas antiguas escrituras, la realidad es, que sea ese el origen o no, los testimonios de los demonios sexuales o lúbricos son muchos. Y se producen exorcismos de lo más aterradores para expulsarlos. Y todo comienza con un sueño del que no podemos controlar ninguna faceta. La pesadilla que nunca acaba y que puede terminar con la manipulación de tu cuerpo físico, ¿imaginación? ¿Una jugada de la mente ante el deseo y/o el placer? ¿O es que de verdad existen una serie de entes fantasmales que realizan ese control espiritual sobre los mortales?
En la novela Caín, de José Saramago, Lilith es la insaciable, posesiva y sensual señora de un pueblo donde va a buscar trabajo Caín. También se hace referencia a ella en Las Crónicas de Narnia y en muchas más obras de la narrativa. Además, suele usarse como personaje adaptado a diversas series o películas de ciencia ficción, como Supernatural, Los Monsters o Neon Genesis Evangelion. Por otra parte, en astrología existe una posición lunar llamada Lilith o Luna negra. Sucede cuando la Luna se encuentra en su apogeo o en su punto más alejado de la Tierra. Simboliza el inconsciente más profundo del ser humano. Lilith consigue llevar la situación al límite para romper con la represión más profunda del hombre.
Y contada esta maravillosa historia que puede ser un mito pero que está reflejada en muchas antiguas escrituras, la realidad es, que sea ese el origen o no, los testimonios de los demonios sexuales o lúbricos son muchos. Y se producen exorcismos de lo más aterradores para expulsarlos. Y todo comienza con un sueño del que no podemos controlar ninguna faceta. La pesadilla que nunca acaba y que puede terminar con la manipulación de tu cuerpo físico, ¿imaginación? ¿Una jugada de la mente ante el deseo y/o el placer? ¿O es que de verdad existen una serie de entes fantasmales que realizan ese control espiritual sobre los mortales?
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