PROGRAMA 1x23 - OBRAS DE ARTE MALDITAS: NIÑOS LLORONES

En el programa de esta semana nos metemos de lleno en el misterioso mundo del arte, y cómo existen obras que siempre han tenido un tinte enigmático. Sobre todo analizamos uno de los cuadros que se catalogó como maldito al tener testimonios de personas que cuando lo veían o lo tuvieron sucedían hechos paranormales, como The Hands Resist Him, un cuadro que se subastó en Ebay con la descripción "el vendedor no se hace responsable de las cosas que pasen con este cuadro. Está maldito".

También dedicamos una buena parte del programa a hablar de aquellas 27 obras de los denominados 'niños llorones' que pintó Bruno Amadio, un pintor desconocido del que no se sabe a ciencia cierta su origen pero que dejó un legado asombroso de retratos de niños con cara de sufrimiento y lágrimas en los ojos. Unos cuadros que también fueron catalogados como malditos e incluso tildados de satánicos por algunos que decían que provocaban incendios y que quedaban intactos en el lugar calcinado.

Además analizamos algunas obras pictóricas de las que se decía que tenían ovnis pintados en ellas, muchas de las cuales estaban relacionadas con la Anunciación o la crucifixión de Cristo. Y para terminar con el tema de la pintura hacemos el ranking de las 10 pinturas más misteriosas de la historia. Un programa muy visual pero que intentamos contarte a través de la imaginación de la radio y del poder de la palabra.


Catacumbas subterráneas de Mérida: nuestra nueva colaboradora, Mary Gutiérrez, realizó una entrevista en la capital extremeña a un investigador y aventurero que llevó a cabo una incursión bajo suelo emeritense en unas curiosas galerías arquitectónicas con un recorrido de 112 km. Nos cuenta las impresiones de esa aventura.

Apartado de Noticias: primera palabra descifrada de un delfín a través de un software que traduce su silbido; inventada una nueva técnica de resurrección por cirujanos estadounidenses; un estudio que cuenta el gran cataclismo mundial que se podría producir si estallara una bomba nuclear en una región local; reapertura del Museo Arqueológico Nacional.

Y en La Otra Cara del Cine analizamos la trilogía de películas y la correspondiente secuela de Posesión infernal (1981), de Sam Raimi. Una película de culto con la presencia de seres demoníacos en una potente mezcla de terror, gore y un marcado toque de humor negro.


Dentro del mundo paranormal, de lo extraño, de los sucesos casi producidos por una fuerza que aún desconocemos y que no pertenece a este mundo se han recogido investigaciones o testigos que ven como ciertos objetos se mueven, intentan lanzarles mensajes, como si estuviese manipulados por alguien. Vajilla que se rompe sola, los muebles que se mueven solos y que ciertas personas escuchan durmiendo desde su dormitorio... Pero si hay un tema que guarda algo inquietante en este mundo del misterio es el arte. Y dentro de las obras pictóricas también hay misterio, pero más que centrarnos en los cuadros que muchos de vosotros y de nosotros ya conocemos por verlos en museos o por la historia que representan me centro en uno que especialmente se ha ganado la fama casi de leyenda urbana. “The Hands Resist Him” (Las manos que resisten), de Billy Stoneham, cuadro publicado en 1972, y que representaba un episodio atormentado de su infancia. Y la primera vez que salió a subasta en el portal de Ebay, en el año 2000, tenía esta descripción “El sujeto que vende este cuadro no se hace responsable de quien lo compra, está maldito y extraños sucesos le ocurren a quien lo obtiene.

Ya os podréis imaginar el revuelo que provocó todo esto en Internet, porque el cuadro seguía subastándose en el portal de Ebay pero ya mucha gente conocía la historia y dejaban comentarios al respecto. Y en ese momento se empezaban a colgar fotografías de las partes del cuadro que parecían tener algo paranormal. Por ejemplo se decía que el niño movía los ojos, que la muñeca apretaba ese objeto extraño que tenía agarrado en las manos, y lo más extraño de todo, que emitían calor corporal como así se demostró en un examen realizado con infrarrojos.




Un cuadro que ya no está en el portal de compras y ventas, lo último que se supo es que lo compró un estadounidense, y que contactó con el mismo autor que aún vivía para contarle la repercusión que tuvo su obra en Internet. La historia que se cuenta en ese contacto entre el comprador y el autor fue que Bill Stoneham estaba muy sorprendido por todo el revuelo que se creó, porque él no veía las cosas que contaba la gente sobre ese cuadro, y reveló el mito de lo que sujetaba esa muñeca, que muchos decían que era un arma o incluso una urna. El autor dijo ante esto que simplemente era una pila con una maraña de cables, que sería mismamente de la muñeca quién sabe. Pero Stoneham si reveló algo que desconcertó al autor y que tuvo que ver con la pintura, el dueño de la galería en la que se exhibió por primera vez la pintura, y el crítico de arte que la revisó, murieron un año después de tener contacto con la obra. ¿Coincidencia?

Para Bill Stoneham sí parecía ser una coincidencia, él le explicó al comprador que cuando quiso reflejar esa pintura se recreó en esa teoría del inconsciente colectivo de Carl Jung. Como si de un sueño o pesadilla se tratase se basó en esa experiencia para recrearlo. El niño representaba su persona, su imagen real cuando tenía 5 años y que se basó en una fotografía hecha en un departamento. Las manos de detrás para Stoneham representan las otras vidas que tenemos y que intentan agarrarnos para aferrarnos a ella a través de ese delgado velo de vidrio que representa la ventana. Y la muñeca, lo más extraño del cuadro, para el autor representa la compañía imaginaria que se crea el niño en su infancia para que le sirva de guía en este mundo.


Explicado de esa forma puede tener mucho más sentido la imagen un poco desagradable que representa ese cuadro. Pero fíjense en todo el revuelo que se creó con esta historia, y esto me hacer recordar a cómo se originaron esas leyendas urbanas de Slenderman o muchas otras que se crean en Internet y que parece no tener fin. Sea algo sobrenatural o no lo que intente reflejar este cuadro, puede ser que tenga algo de sobrenatural, porque representar los sueños lo han hecho muchos muchos pintores, algunos magníficos y otros pues bastante inquietantes pero a lo que voy con todo esto es, que no sé si hubo invenciones alrededor de esta obra, pero sí es verdad que algo provocó que este autor se ganara la fama. Porque después de primera obra, hubo otras secuelas. Así que ya saben a lo que me refiero, se habló de él, que era lo que quería, un cuadro que nació de un sueño, que se interpretó como otra cosa, y que el sueño del pintor seguía a través de otras obras de la misma índole. En este caso podemos decir, que Internet ayudó a difundir su leyenda.




Y vamos ahora con otros cuadros con leyenda negra detrás. Los “Niños Llorones” de Bruno Amadio. Nada más y nada menos que 27 obras del mismo calado y representando en todas lo mismo: el sufrimiento. El llanto de unos niños que fueron retratados de esa forma por el autor sin saber aún el por qué, pero que causaron mucho impacto y que lo siguen haciendo hoy en día cuando los vemos. Muy poquito se conoce de la figura de Bruno Amadio. Apenas se sabe hasta donde nació, pero sí se recogió que fue un autor que pasó por más pena que gloria en su vida artística. Siempre le perseguirá esa extraña leyenda que corre detrás de sus representaciones, porque se dice que todo aquel que adquiere un cuadro de su colección, parece que tiene en sus manos la puerta a un mundo satánico o de conexión con el mismísimo Satanás. Que incluso son cuadros que han sobrevivido hasta a catástrofes como incendios, quedando intactos, y la leyenda cuenta que es porque son los mismos cuadros la representación del mal en sí mismo.

Muy desconcertante parece que el llanto de un niño tan inocente y perdido represente tanto mal como se cuenta. Pero ahí está la relación que se le da. Quizás el único que lo sabía era Bruno Amadio, también conocido por Giovanni Bragolin en su pseudónimo, porque lo poco que se sabe de él y recogido en su corta biografía es que era un fascista y conservador que seguía a Mussolini y que en la Segunda Guerra Mundial se dedicó a retratar el sufrimiento de los pobres niños que sufrían el cataclismo de la guerra. El sufrimiento de algunos de ellos que acabaron en orfanatos, huérfanos, desamparados, testigos de la verdadera desgracia que crean los conflictos bélicos.

Y pintó 27 obras de ese mismo estilo en ese tiempo. Obras que se dijo que se trajo con él a España, ya que los que investigaron sobre él descubrieron que estuvo un tiempo viviendo en Sevilla, que luego se trasladó a Madrid y que luego ya se le perdió la pista. Muchos especularon con un suicidio. Y lo poco que se sabe de él, dio origen a ciertas historias que contaban que algo sobrenatural tenía que tener. Y la versión más conocida es que Amadio hizo un pacto con el diablo para que sus obras tuviesen repercusión, porque es verdad que de la noche a la mañana se hablaban de esos niños llorones y que ahora quien encuentra un cuadro original de esta colección es como si tuviera en sí un verdadero tesoro. Pero de repente se empezaba a crear un extraño mito, porque cuando alguien adquiría al principio uno de estos cuadros, algo extraño pasaba en el lugar, sobre todo incendios, incendios que lo consumían todo, menos el cuadro. La única prueba de que algo sí que sobrevivió a las llamas.

La historia más relatada ante esto fue la de que presumiblemente fue su primer retrato. Un niño que pertenecía a un orfanato y que acabó calcinado a los pocos días de pintar el cuadro. En cenizas quedó el lugar y todos los que vivían en él, incluido el niño, pero misteriosamente el cuadro sí sobrevivió a las llamas, intacto además. Desde entonces parece que la terrible maldición de esos cuadros se ha ido alargando con el tiempo como si el verdadero mal lo envolviera, porque si giras alguno de esos cuadros, parece verse la cabeza de un extraño pez como engullendo la cabeza de ese pobre niño. Entonces parece que la historia de que esos niños fueron retratados por el sufrimiento de la guerra ya no convencía, con este nuevo descubrimiento ahora se revelaba que esos niños lloraban porque el diablo en forma de pez los devoraba desde los pies a la cabeza, y que era inevitable. De ahí, los extraños sucesos y muertes.


La explicación que se dio sobre los incendios fue que el marco de los cuadros era una madera un poco especial que absorbía mucho calor y que eso provocaba incendios. Pero eso no convencía claro está. Y a muchos compradores de estos cuadros les entraba el miedo ante esas historias que se contaban, que incluso se decía que eran propicios para pactar con el maligno, ya que era la mismísima representación infantil del diablo. Es decir, la moraleja que se contaba era que el diablo muchas veces se puede expresar a través de la mirada inocente e infantil pero sufrida del niño.
 

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