El curioso océano que esconde Ganímedes
El
telescopio espacial Hubble ha hecho otro gran nuevo descubrimiento en estos
últimos días en cuanto a planetas con posibilidades de albergar vida tal y como
la conocemos, y resulta que el último lugar que ha contemplado y que tiene una
estructura especial es una luna de Júpiter: Ganímedes. Es la luna más grande
del planeta más grande nuestro Sistema Solar y es bastante especial no sólo por
eso, sino porque tiene su propio campo magnético.
Pero
el gran descubrimiento de esta luna cercana a Júpiter no es ese detalle, pero
algo tendrá que ver, porque el Hubble ha encontrado un enorme océano que en sus
dimensiones parece mucho más mayor que los que pueda tener nuestra Tierra. Y
este descubrimiento se ha hallado justo cuando se estaba estudiando ese efecto
del campo magnético que afecta a las auroras que se forman en la luna, y que al
parecer contiene esa especie de mar que es subterráneo. Ya se tenían sospechas
de este hallazgo en 2002, con esa misión Galileo, y ahora estas nuevas
observaciones realizadas con luz ultravioleta y ayudadas por la potencia del
Hubble pues se vuelve a descubrir otro curioso misterio que contiene el gran
Júpiter y sus lunas, parece que no hay que mirar más lejos de nuestra galaxia
para saber que en algunos planetas y lunas del Sistema Solar hay agua y quién
sabe si alguna vez, vida.
La luna de Saturno (Encélado), también con indicios de agua
Y
seguimos con más lunas con indicios de presencia de agua. En este caso con el
caso de Encélado, una luna de Saturno donde se ha hallado actividad geológica
importante y que según ha publicado la revista “Nature”: “podría contener
entornos adecuados para organismos vivos”. Y esta nueva hipótesis se debe a un nuevo
estudio que ha detectado agentes químicos en uno de los anillos de Saturno, los
cuales indican que en el fondo marino de esa gran luna saturnina se produce una
actividad hidrotérmica de alta temperatura. Esos químicos han sido detectados
por la sonda Cassini, un proyecto de la Agencia Espacial Europea, la
estadounidense NASA y la Agencia Espacial italiana, que desde hace una década
navega entre las lunas del señor de los anillos, como así lo han bautizado. Y
es que la superficie de Encélado es muy similar al de una bola blanca de billar
agrietada y que se han encontrado en esa misma superficie granos helados ricos
en sal y sodio que emiten esas grietas, y todo esto apunta a que en su interior
podría contener un reservorio de agua líquida que está o ha estado en contacto
con las rocas. Aparte de que también el equipo de investigadores ha descubierto
otros indicios sobre las condiciones que existen bajo la superficie de esa luna
al detectar partículas nanométricas ricas en sílice en el anillo E de Saturno,
que fueron lanzadas por Encélado.
Y
todo esto (la noticia de Ganímedes y la de Encélado) podría dar a entrever a
una teoría muy interesante que expone el científico Jose Manuel Nieves en el
diario ABC donde cuenta que algunos investigadores creenque el agua de nuestros
mares no se formó en la Tierra, sino que fue traída hasta aquí por miles y
miles de cometas que chocaron contra nuestro planeta durante el "gran
bombardeo" que se produjo hace ya más de 3.000 millones de años, cuando el
gigante Júpiter, buscando su órbita definitiva alrededor del Sol, desestabilizó
la nube de Oort (una esfera enorme de rocas heladas que envuelve todo el
Sistema Solar) y lanzó millones de cometas en todas direcciones. Pues sin duda,
esto puede abrir un nuevo debate sobre la formación del agua como elemento
principal en otros planetas y astros y se puede acercar aún más al hecho de los
lugares habitables y con vida en el cosmos. Ha sido una semana de grandes
descubrimientos espaciales en ese aspecto de que no sólo habrá agua en
exoplanetas fuera de nuestro sistema solar sino que quizás habrá lugares o
planetas que durante millones de años alberguen esas partículas de agua en su
estructura. Estaremos atentos a más avances en este campo.
Comienzan las primeras pruebas de la "Misión a Marte"
Como
ya adelantamos hace unas semanas en nuestro programa, el objetivo de pisar
Marte sigue en marcha con esos dos proyectos paralelos (Mars One y el de la
NASA). En este caso el de la agencia espacial norteamericana empezaron sus
pruebas esta semana pasada a través del programa Space Launch System, y que ha
tenido ya una primera prueba realizada en el desierto de Utah. Esa prueba ha
consistido en preparar esa nave/cohete a unos 32 grados y activar los
propulsores durante unos minutos lo que ha conseguido una simulación del tiempo
de funcionamiento para la fuerza de empuje de escape donde se ha aumentado la
temperatura a unos 3 mil grados y descendiendo a 4. Pues como primera prueba no
está nada mal, ya que no ha dado ningún fallo de momento. Algunas de las
medidas que va a tener esta estructura aún sin nombre son 53 metros de largo,
1,6 millones de kg de empuje. De momento con estas primeras puebas realizadas
de forma positiva ya se ha informado desde la agencia que podría tener su
primer vuelo en 2016 y de ahí a 2018 se evaluará su viabilidad para ser
utilizada como el cohete que envíe a los primeros humanos a Marte.
La Luna se aleja de la órbita terrestre
Noticia
sorprendente ésta por cómo lo ha contado una investigadora del departamento de
Ciencia y Tecnología del University College de Londres (Margaret Ebunoluwa):
nuestra Luna se aleja de nosotros. Y este descubrimiento parece que se ha
conseguido gracias a unos retrorreflectores que contiene nuestro satélite que
fueron colocadas con las misiones Apolo. Y parece que algunos astrónomos están
verificando esa confirmación a través de rayos láser que están recogiendo ese
porcentaje de distancia que está teniendo. Según parece, la Luna se está
distanciando de la Tierra a razón de 3,78 centímetros por año.
¿Por
qué se está produciendo este alejamiento? se debe a que la fricción entre la
superficie de la Tierra y la enorme masa de agua que está sobre ella hace que,
con el tiempo, la Tierra gire un poco más lentamente sobre su eje. Por cada
acción hay una reacción igual y contraria. Ésta es la tercera ley de Newton. La
Tierra y la Luna están unidas por una suerte de abrazo gravitacional. Entonces,
a medida que el movimiento de la Tierra se ralentiza, se acelera el de la Luna.
Y, cuando algo que está en órbita se acelera, esta aceleración lo empuja hacia
afuera.
Los
efectos que podría producir: los días se van a tornar más largos, debido
también a que la Tierra está ralentizando su movimiento (ya existe el dato de
que los días se están volviéndose más largos a razón de dos milisegundos cada
cien años); los inviernos van a ser mucho más fríos y los veranos más cálidos;
y las mareas ya no van a ser tan marcadas debido a esa pérdida de gravedad
lunar. De todas formas los científicos piden tranquilidad ante este tema porque
estos cambios se van a ir produciendo de forma sutil a través de los años y que
la Luna no acabará alejándose del todo de la órbita terrestre. Incluso se ha llegado
a decir que habrá algún momento a que se llegue a cierto equilibrio entre
planeta y satélite. Así que no os preocupéis, porque seguiremos contemplando
nuestra preciosa Luna en todo su esplendor sea más cerca o más lejos.
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