Es una práctica venerada del culto a la muerte, o en
este caso al santo o el mártir que en vida tuvo una vida llena de misericordia
y de leyenda que se recuerda en el mundo de la religión como una veneración.
Repasamos algunos casos concretos de incorruptibilidad del cuerpo de un santo/a
y las historias tras esas beatificaciones, ¿de dónde procede esta curiosa
práctica? ¿Es verdad el efecto místico que rodea a esas reliquias humanas?
NOTICIAS: Vidente colombiana asegura que Donald
Trump sufrirá un atentado terrorista; Un satélite chino capta 1.600 millones de
partículas procedentes de la materia oscura; En Guareña (Badajoz) está próximo
a descubrirse un yacimiento de Tartessos más grande que la de Cancho Roano;
Descubierta nueva especie de dinosaurio en China, bautizado como "el
dragón de barro".
TERESA DE CALCUTA: La beatificación de Santa Teresa
se produjo a principios de septiembre pasado, con ella no se ha realizado
ninguna reliquia pero la historia de esta mujer solidaria es la de una mujer
valiente que cambió la mentalidad de muchos, y fue base para muchas
organizaciones solidarias en el mundo. También tiene su parte controvertida,
una cara oculta que dicen que no era tan santa como cuentan. Lo analizamos en
nuestra segunda hora de programa casi como homenaje a su figura, que también
tiene su misterio.
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El
culto a la muerte, la práctica ritual funeraria ha tenido una enorme evolución
en el tiempo. Creemos que comenzó en el Paleolítico, donde ya entonces el
depositar ajuares funerarios y ofrendas a los que partían al Más Allá era
habitual y esa práctica sigue hoy en día y se realiza de forma bastante seria.
Es la verdadera esencia de la espiritualidad humana basada en esa antigua
creencia de la otra vida más allá de la muerte, y si esas almas que parten a
ese otro lugar nos ayudan y nos cuidan.
Ese
culto tuvo una manifestación clara en templos y pirámides, lugares que se cree
que fueron creados precisamente para mantener viva la memoria de los
fallecidos. Por entonces la incineración se llevaba mucho, la inhumación no se
utilizó hasta los primeros siglos de nuestra era, y el mantener fresco e
incorrupto el cuerpo del muerto era una práctica que se inició con motivo de la
creencia de la dualidad del espíritu.
Una vez que pasamos esas festividades que se realizan a los fallecidos a
principios de noviembre en la mayoría de países del mundo, hay ciertos cuerpos
que quedan en templos cristianos que se siguen venerando como la figura
santificada, la que da poder, suerte y liberación de los pecados. Una manera de
honrar al que en vida sólo hizo bien y ayudó al prójimo. Se convirtieron en los
santos del martirio, el mártir era el perseguido, el incomprendido, el
que debía ser venerado y por eso la Iglesia cristiana les adjudicó un día común
para esos mártires que muchos de ellos acabaron santificándose y ahora son
reliquias veneradas del pasado, un pasado donde se les atribuyó un poder mágico
y sobrenatural que ha hecho que se conviertan en cuerpos incorruptos con
capacidades ilimitadas.
A
todos seguro que se nos viene a la cabeza esa historia del General Franco y el
brazo incorrupto de Santa Teresa. Poseyó ese brazo enmohecido y enquistado como
una verdadera reliquia de poder, allá donde iba el general se la llevaba
consigo como amuleto de fuerza y de dominio. No sólo el brazo, cualquier parte
del cuerpo que se quería desmembrar y desmembró como así dice la historia de la
famosa Santa de Ávila, era un objeto preciado que unido a la gran historia en
vida de Teresa con sus sueños extasiados donde veía a la Virgen y recibía los
mensajes de Jesucristo: sus restos se llegaron a repartir bien, no tan bien
conservados pero sí como claro ejemplo de que una reliquia de esta santa era
algo muy venerado.
La historia del brazo incorrupto de Santa Teresa y la del General Franco estuvieron un tiempo "agarrados de la mano"// Historias Lado B |
Cuerpos
de este tipo hay cientos, no sólo el caso de Santa Teresa de Ávila se ha dado
en la historia quizás como el más sonado, hay algunos casos que vamos a contar
que existen en nuestro país y que han resistido a ese proceso natural de la
descomposición, pero que también ese proceso se ha forzado gracias a ungüentos
o a la cera para recubrir la piel del santo fallecido y mantenerlo incorrupto
para muchos años sin que por él pase la putrefacción habitual del cuerpo cuando
se queda sin vida. Esa apariencia intacta, la del no descompuesto o no-muerto
es lo que provoca la devoción, es lo que produce que el creyente o devoto lo
vea como un milagro y por eso le pide sus máximos deseos ofreciéndole ofrendas
o rezos a ese cuerpo incorrupto del santo o santa que está velando por sus
feligreses.
Pero
no sólo la incorruptibilidad se usaba para infundir la sensación del milagro en
el creyente, hay otros fenómenos que acompañan esos cuerpos y que aumentan más
si cabe la santificación de ese cadáver momificado. El primero y más
sorprendente es el olor que
desprenden algunos de estos cuerpos después de tantos años de fallecimiento.
Hay numerosos casos notables en los que esas reliquias humanas han desprendido
un olor agradable, no olor ha muerto, sino a algo tan increíble que es el
elemento esencial para empezar a comprender por qué se consideran divinos. Eso
pasó por ejemplo con los sepulcros de Francisco de Asís o Tomás de Aquino (por
citar dos nombres muy conocidos de santos), o por ejemplo el ya mencionado de
Santa Teresa de Ávila que trescientos años después de su muerte, en su última
exhumación, todavía el cuerpo desprendía un olor fresco a rosas que
científicamente era difícil de explicar por entonces. El olor a un tipo de flor
como la rosa o el jazmín ha sido muy común en muchos de estos cuerpos incorruptos
al igual que otro fenómeno interesante que es el de desprender sangre fresca cuando se le hacía una
herida, prácticamente como si el cuerpo estuviese vivo.
Hay
otro fenómeno curioso que es cierta facultad que tienen personas más sensibles
que es cómo en algunas de estas momias beatificadas se les ha viso su aura de
luz completamente intacta, muy viva y luminosa. Pero ni siquiera la humedad o
la corrosión del ambiente en el que se conserva ese cuerpo se ha visto
afectado, por ejemplo eso le pasó a san Carlos Borromeo en la Catedral de
Milán, cuyas dos tapas de su ataúd se pudrieron con la humedad de la bóveda de
su tumba pero el cuerpo nunca llegó a sufrir ningún tipo de descomposición.
María
“Justa” Rita, la Santa de las Novias
Portugal
es un país con decenas de cuerpos incorruptos que hoy en día siguen siendo muy
venerados por las personas creyentes, pero de todos ellos nos quedamos con la
historia de Justa Rita que murió hace más de un siglo y medio en la localidad
portuguesa de San Miguel de Lobrigos, a la edad de 80 años. Y como en casi
todas las historias de cuerpos que se santifican, tuvo que sufrir
enterramientos y exhumaciones en varias ocasiones hasta se cometió una
negligencia por parte de un grupo de escépticos que no creían en el fenómeno y
una vez rociaron el cuerpo con alquitrán y lo quemaron para demostrar que de
milagro no había nada. Pues a pesar de aquel acto, ese cuerpo hoy en día se
expone en un mausoleo, protegido en una vitrina en el que hoy en día se pueden
las huellas de las quemaduras de aquel acto salvaje.
La
leyenda principal que acompaña a esta santa Justa Rita es que fue enterrada
virgen, por eso es considerada la “santa de las novias”, muy solicitada y
bendecida por parejas o personas que están próximas a casarse, y es curioso el
relato que se conoce de un futuro matrimonio que visitó el cuerpo de la santa
incorrupta para pedirle sus mayores bendiciones al casamiento que próximamente
iban a tener y cuenta la historia de ese testimonio que cuando el hombre toca
la mano incorrupta de la santa, las luces del recinto, se apagan,
misteriosamente.
La
historia de la momia de María “Justa” Rita tiene también un enfrentamiento
entre dos poblaciones, la de San Miguel de Lobrigos donde falleció y la de
Fontes, su pueblo natal, q ue en
una de sus exhumaciones tuvieron tal trifulca por ver dónde debía descansar el
cuerpo que hasta el ejército portugués tuvo que intervenir. Finalmente, se
quedó en Lobrigos por decisión eclesiástica y durante muchos años de mantuvo en
el interior de la pequeña parroquia del pueblo hasta que fue trasladado a su
mausoleo donde todavía hoy se conserva y donde todavía se la venera, sobre todo
las futuras novias, porque en su particular capilla, la santa Rita se encuentra
vestida de blanco y con numerosas ofrendas de vestidos, zapatos y accesorios de
desposadas que les ofrecen para tener la mayor felicidad en su matrimonio. Lo
curioso de esta Santa Justa Rita, es que no está oficialmente beatificada, pero
para sus devotos esto no significa nada, ellos la siguen venerando como su
“santa incorrupta”.
Santa
Felicia
Consultando
el libro “INEXPLICABLE” de Francisco Pérez Caballero, descubrimos la historia
de Felicia, que llega a Santiago de Compostela junto a su hermano Guillén desde
Francia en viaje espiritual. La tradición oral domina la historia de esta mujer
que se iba a convertir en santa en primer lugar porque ella se quedó muy
impresionada por la cantidad de pobreza y de mendigos que había en la gran
ciudad apostólica en el siglo XVI. Cuenta esa tradición que fue tal el impacto
visual recibido en los ojos de Felicia por esa pobreza que rezumaba en el lugar
que decide no volver a su tierra natal, que no quiere volver a su vida de lujo
que tenía, así que le dice a su hermano Guillén que la deje hacer este viaje en
solitario, que no quiere volver a la corte y que no puede seguir ignorando el
sufrimiento de aquella gente que no tenían para una hogaza de pan. Así que
ella, sin hacer caso de su hermano, se pone a trabajar como sirvienta
(rechazando la vida de lujo que cuenta la historia que tenía), y cuando podía
se desligaba de sus labores con los señores a los que servía para darles
alimentos a los pobres y una vez que la ven salir con una bolsa, uno de los
cuidadores intenta frenarla pero cuando ve el interior de esa bolsa no eran
panes como se pensaba, sino piedras, pero después de esa sospecha, Felicia
salió una noche más a dar de comer a los pobres convirtiendo esas piedras en
mendrugos de pan con los que poder alimentar. Así que sirve al señorío de una
localidad ya abandonada de Navarra llamada Amocaín.
Mientras
tanto, su hermano Guillén volvió a Aquitania y sus padres (los duques de
Aquitania) le reprenden diciéndole por qué dejó sola a su hermana en España,
así que decide volver a Santiago y cuando vuelve descubre que su hermana está
malviviendo como una sirvienta y ante ese cambio de actitud que él no entendía
la intenta regresar por la fuerza a Francia, a volver a la vida que tenía donde
no le faltaba de nada, pero no, la misión fe Felicia según ella era la de seguir
ayudando al prójimo, aunque fuera trabajando de sirvienta, ella quería cambiar
aquella dinámica de pobreza. Así que Guillén, sin saber qué más hacer y en un
arrebato de ira decide actuar con violencia, coge su espada y atraviesa a su
propia hermana en un arrebato que no sabemos si fue por desesperación o por
intentar acabar de cuajo con la misión divina que estaba llevando de forma
admirable su hermana Felicia.
Este
acto conmovió y entristeció de tal forma a todo Santiago de Compostela y
localidades cercanas que decidieron enterrar su cuerpo en la iglesia del
señorío de Amocaín (un pueblo ya abandonado de Navarra). Y cuentan que una vez
colocada en su tumba, descubren que emanaba un olor maravilloso y que de
repente cierto día brotó un clavel, tal prodigio ya era considerado por el
obispo como una presencia divina así que ordenó que se exhumaran sus restos, la
colocaron sobre una mula y donde se detuviera el animal, ese sería el lugar
exacto donde se veneraría a Felicia como santa. Así que el animal decide cae
rendido frente a la ermita de Labiano (también en Navarra), allí hay una placa
conmemorativa hacia ella, allí se expuso durante muchos años su cuerpo para
venerarlo y rezarlo y cuentan que si pasas un pañuelo blanco por el cristal que
protege sus restos y le ruegas por la salud dicen que es un gesto que puede
cambiarte la vida ya que es capaz de curar enfermedades. Y es curioso, pero su
hermano Guillén (el que provocó la muerte de Felicia) también tiene su propia
historia de reliquias místicas, su cráneo fue guardado en la iglesia de Obanos
(Navarra) y utilizado como ritual anual con el que se hacía pasar el vino, un
cráneo que se recubrió de plata y que al beber el vino que pasa por ese cráneo
bendecido también es capaz de curar enfermedades.
San
Vicente de La Malahá
En
el municipio granadino de La Malahá se encuentra la momia santificada de San
Vicente Mártir. Este santo tiene una leyenda muy interesante que comienza con
una legión romana de la que dicen que pudo haber pertenecido en los tiempos en
los que se quiso tomar la provincia de Granada. Vicente Mártir, cuando conoce
aquel paraje de La Malahá se queda tan prendado del pueblo que decide colmarlo
con los mejores bienes y riquezas, por lo que se convierte en una persona
venerada en la pequeña localidad. Y una vez muerto, se le rinde tributo, su
cuerpo se vuelve incorrupto y desde entonces, tras pasar el proceso de
cristianización ha continuado la veneración ante el santo de La Malahá.
Vicente
Mártir se convirtió en la leyenda más famosa de aquel pueblo, cuya momia es
conservada y no se sabe cómo con los mismos ropajes romanos que solía llevar. En
la historia de este santo no existe la exhumación, pero sí el intento de
trasladar su cuerpo a la capital de Granada, algo que siempre la población de esta
pequeña localidad han opuesto gran resistencia. De hecho, uno de los mayores
poderes divinos que cuentan que se ha manifestado con el sepulcro de este santo
es que una vez que se intentó trasladar a Granada, pesaba más de la cuenta,
algo que impidió que las mulas de carga lo pudiesen trasladar. Los vecinos
tomaron este hecho como el principal impedimento del santo Vicente a ser
trasladado.
Otro
rumor sitúa a esta momia como un regalo o donativo de El Vaticano a esta
localidad como parte de un trato que se llegó de aportación de reliquias a la
Santa Sede. Al igual que podría ser válido otro rumor que dice que el cuerpo
pudo ser hallado entre las famosas ruinas paleocristianas de las que se nutre
el municipio. Sea lo que sea, el cuerpo se ha convertido en una reliquia para
esta localidad y cada vez son más los que creen que fue un regalo del mismísimo
Vaticano. Mucho no se sabe sobre la verdadera historia de esta momia, y eso es
también porque está adornada por una curiosa maldición y es la de que muchos investigadores
que han intentado hallar la verdad sobre la historia de este Santo Mártir se
han encontrado con una muerte prematura. ¿Estamos ante el Tutankamon granadino?
A
pesar de ese aspecto que se le achaca de forma negativa, esa momia de La Malahá
se sigue venerando y colmando de ofrendas, y éste devuelve el favor curando
enfermedades y demostrando que tiene un poder prodigioso que todavía emana. Y
sobre todo su gran misterio que todavía asombra a muchos.
Luego
hay casos de santos NO incorruptos, es decir, que no todos los cuerpos
santificados consiguen ser cuerpos verdaderos bajo una capa de cera. También
hay representaciones de mártires realizados en cera o como relicarios-imágenes
fijados en una tumba a la que se venera de igual forma (esto se destila
bastante). Así por ejemplo ocurre con San Pascual Baylón, un cuerpo que fue
profanado e incinerado durante la Guerra Civil por el bando republicano y que
ahora se sigue venerando con una fotografía que reproduce lo que fue su
incorruptibilidad. También ocurre de otra manera con Santa Inocencia y Santa
Celeste, en reproducciones de cera que semejan cuerpos humanos como si fueran
de verdad, pero en este caso se han convertido en imágenes relicarios que
conservan en su interior restos óseos de aquellas que fueron santificadas.
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