Recordando la
fascinante historia tras uno de los inventos más misteriosos de todos los
tiempos: el cronovisor, ¿verdad o fraude? fue portada de prensa y digno de
análisis en su momento, y aún hoy en día nos preguntamos si dentro de los
profundos enigmas de el Vaticano no se encuentra la insólita máquina que podía
fotografiar el pasado.
Facebook: EL SECRETO DE
LA CAVERNA
Twitter: @Secreto_caverna
Correo: elsecretodelacaverna@gmail.com
Web:
www.elsecretodelacaverna.es
Nos adentramos en los
misterios profundos de El Vaticano, en sus objetos ocultos y éste en concreto
tuvo mucha repercusión hasta el punto de convertirse en un mito o en una
realidad bien escondida pero el caso es que ha dado para novelas (Javier Sierra
en La Dama Azul lo menciona), múltiples reportajes y siempre es bueno recordarlo
porque por estas fechas tiene un encanto bastante especial: el Cronovisor. ¿Os
imagináis que de verdad existiera una máquina que pudiese fotografiar el
pasado? ¿Una especie de máquina del tiempo que te plasma de forma estática los
acontecimientos ya pasados?
Todo comienza con un
titular de prensa: 2 de mayo de 1972, el semanario italiano Domenica del Corriere publica una
noticia sorprendente y cuyo titular decía: “Inventada la máquina que fotografía
el pasado”. Sí, parecía que un aparato único y digno de una buena historia de
ciencia ficción se había hecho realidad ya que su auspiciador fue el padre
Pellegrino Ernetti que había convocado un grupo de científicos de diversos
países, un total de 12 expertos de países como Japón o Suiza con el único de
llevar a cabo este curioso artilugio que se basaba en una teoría física que
dice que las ondas sonoras y visuales son energía, y como la energía ni se crea
ni se destruye sino que se transforma esto sería como un aparato de
diapositivas que te cuentan en una simple fotografía los hechos acontecidos en
un lugar determinado muchos años antes.
El mayor ejemplo que
expusieron fue una imagen muy recurrente en esta semana de eventos especiales y
devotos, que es la imagen de Cristo crucificado, o también otro ejemplo fue una
de Jesús caminando junto a sus apóstoles por Jerusalén. Es decir, este aparato
lo que haría (en palabras del padre Alfredo Pellegrino Ernetti) es recomponer
un elemento desde su forma primitiva en forma de partículas muy ínfimas y con
el cronovisor sería capaz de acceder a las ondas luminosas y sonoras que se
produjeron en el pasado recreándolas en una imagen como se originaron.
Era algo impactante no
sólo para la mentalidad de la época sino también para el devenir de la historia
de la humanidad. Y el gran misterio que añade aún más misticismo a esta
historia es el por qué el Vaticano financiaría un proyecto como éste al
respaldar a la institución que promueve la fe pero parece que también tenía su
parte de respaldo al avance tecnológico aun sabiendo que el establecimiento de
las creencias pudiese tambalearse con un aparato de esta forma.
Alfredo
Pellegrino Ernetti
mundoesoterioparanormal.com |
El verdadero
protagonista de esta historia. En su biografía se destaca hasta su vinculación
con el exorcismo, fue licenciado en teología y filosofía aparte de un gran
estudioso en lenguas orientales, en física y física cuántica y enseñaba música
arcaica prepolifónica. Y es curioso pero según se puede conocer en el último libro
escrito por Pedro Amorós (El Gran Libro de las Psicofonías), obtuvo alguna que
otra psicofonía (aunque él las llamara más bien “pneumafonías”) que expuso al
mismísmo Papa Pío XII que le dijo cuando le expuso una grabación de un supuesto
difunto que “la existencia de esa voz es un hecho científico que no se
relaciona con el espiritismo. Es cierto que se han registrado ondas sonoras
procedentes de alguna parte (por entonces el fenómeno de la psicofonía estaba
más que establecido como algo que se producía realmente pero cuya explicación
no estaba clara ni está aún hoy en día).” Pero el Papa terminó diciéndole que
estaba convencido de que ese experimento que le expuso que podría convertirse
en la piedra angular de un gran hallazgo científico que pudiera fortalecer la
de la gente”. Años 50.
Era casi como una
premonición, y aquellas frases que yo he leído en un apartado que dedica Pedro
Amorós en su libro confirmarían que incluso pudo servir de inspiración al padre
Pellegrimo Ernetti para el gran invento que empezaba a conformar en su cabeza.
Como estudioso del
sonido, llegó a afirmar que una imagen del pasado se podía reconstruir si se
disgregaba el sonido. De esta forma él creía que cada ser humano deja tras de
sí una doble estela: una sonora y
otra visual, y que esta es la carta de identidad de cada individuo. Ésta es la
base para comprender cómo funciona el cronovisor, o por lo menos la idea
inicial que daría origen al misterioso aparatado cuya existencia aún está en
duda.
Para Ernetti estaba
claro, podemos volver a ver y escuchar a grandes personajes y momentos de la
historia si se reconstruye su rastro energético de luz y sonido. Así que con
esta hipótesis se pone manos a la obra a finales de los años cincuenta a
confeccionar con un grupo de expertos, concretamente doce de distintos países
el dichoso CRONOVISOR.
Pero claro, como en
toda carrera por la invención y el descubrimiento aparecen detractores y
contrarios que reclaman su parte de propiedad intelectual del proyecto, y
aparece en escena otro físico que pertenece al Vaticano, Luigi Borello, que
declara (una vez que la noticia del invento sale a la palestra) que fue él
quien en realidad desarrolló la técnica de ver y oír los recuerdos de lo ya
acontecido y existido en la materia animada. Es decir, Borello confirmaba que
no sólo los seres vivos tenemos la capacidad de memorizar y recordar momentos
de nuestra vida, sino que también la materia inanimada como por ejemplo una
piedra también contiene un rastro lumínico o sonoro impreso en su materia, lo
que pasa que la piedra no te va a contar lo que ha visto ni oído. Así que su
afirmación era de tal forma que los sonidos y las imágenes se transforman en
energía estática en todo un entorno y podrían ser recreados como una forma de
energía aún desconocida. *
*leído en páginas de El
Gran Libro de las Psicofonías donde el autor Pedro Amorós dedica un apartado a
contar brevemente la historia del cronovisor.
Así que Borello se
convierte en el principal crítico y perseguidor de Ernetti con teorías
complementarias pero con una lucha encarnizada de quién fue el primero que
expuso la idea. Pero claro, antes de fallecer y casi como un testamento Ernetti
le confiesa a Borello: «la existencia del
artefacto es una sacrosanta verdad; que se hayan captado tantas cosas del
pasado es también verdad; que entre estas cosas estuviera la imagen de Jesús es
verdad; y que las autoridades supremas han prohibido el uso del ingenio, es
otra verdad».
Se publicaron una
especie de planos o notas de cómo era el supuesto cronovisor, pero aunque nunca
se llegó a mostrar realmente cómo era, se explicó que estaba compuesto por tres
partes: una conformada por multitud de antenas que captaban todas las
longitudes de onda posibles, un selector que trabajaba a la velocidad de la luz
(la parte importante ya que era la que apuntaba hacia el lugar y la persona
elegida para el recuerdo fotográfico) y un equipo de recogida y visionado de
las imágenes y de los sonidos que yo pienso que podría ser una especie de
monitor.
Sin una muestra pública
del objeto, la opinión pública no se iba a creer de verdad que eso existiera
por mucho que la prensa ya lo había informado. Así que la forma de demostrar
que existía era la de filtrar imágenes que el mismo cronovisor había recogido.
Así que se vuelve viral
una imagen en primer plano de un Cristo que parece que mira al Cielo con rostro
entristecido, por lo que se cree que es en el momento de la crucifixión. Si por
entonces en esa época hubiesen existido las redes sociales como ahora seguramente
esa imagen hubiese sido viral en todo el mundo en pocos segundos. Una simple
cara de un rostro que se parecía al de Cristo se iba a convertir en la
principal muestra de lo que era capaz de hacer el supuesto invento, pero se
descubre que ese rostro era el mismo de la recreación de un Cristo crucificado
que se encontraba en el santuario del Amor Misericordioso de Collevalenza
(Perugia). El padre Ernetti reconoce esa filtración, pero se escuda en que fue
intencionada para quedar oculta la prueba real del cronovisor. Dijo que a raíz
de las presiones del mismo Vaticano y de los medios de la época, tuvo que
inventarse esa argucia pero aun así el aparato realmente funcionaba y en vez de
recoger primeros planos capturaba planos más generales de un acontecimiento.
De ahí esa segunda
imagen. De hecho, no tenemos imágenes reales de cómo es el aparato en sí pero
sí se filtraron imágenes que supuestamente sí había realizado y que se
convirtieron en pruebas que con el tiempo se demostraron que no eran reales. O por
lo menos no se cree que fueran reales.
Según cuentan, en los
momentos de experimentación con el artilugio consiguieron ver momentos de la
vida personal de Jesucristo (hasta el punto de haber visto el momento de esa
Última Cena y la traición de Judas), vieron el texto íntegro de las Tablas de
la Ley entregadas por Yahveh a Moisés en el famoso monte Sinaí o incluso la
destrucción de Sodoma y Gomorra, un discurso de Mussolini o incluso imágenes de
la antigua Roma. Además, se dice que con este aparato se consiguió abortar un
intento de atraco en tiempos presentes por entonces por lo que parece que la
máquina no sólo tenía una función de recordatorio de eventos pasados. Acontecimientos
como estos declaró el mismo Ernetti que se habían visto con la máquina. Muchos
pensaron que este hombre ya deliraba demasiado.
El principio sobre el que se asentaba
aquella máquina es muy sencillo y cualquiera podría reproducirlo con
intenciones perversas. Sin embargo le diré que demostramos que las ondas
visibles y sonoras del pasado no se destruyen. Y no lo hacen porque son energía.
La grandeza de aquel invento fue que podía recuperar esa energía y recomponer
escenas perdidas hace siglos. Pellegrino
Ernetti
¿Cómo acaba esa
historia? Pues con la muerte del padre Pellegrino Ernetti prácticamente el
secreto del cronovisor se archiva y de hecho muchos creen que está escondido en
alguna parte muy oculta de las entrañas del Vaticano con sus planos verdaderos
y originales y con todas las muestras fotográficas y sonoras que era capaz de
recrear. Se cuenta que esos planos de construcción los tiene solamente dos
países: Suiza y Japón; a los que Ernetti donó antes de morir.
Hay una parte de enorme
conspiración tras el Cronovisor y es la supuesta creencia de que si de verdad
existiese, sería una máquina con mucha información valiosa que en manos
peligrosas sería un arma de destrucción masiva porque conocería todos los
secretos de la humanidad prácticamente. Incluso se cree que muchos de los
científicos que participaron en el proyecto junto al padre Ernetti murieron en
extrañas circunstancias. Pero el padre Borello, el contrincante de Ernetti
siguió trabajando en el desarrollo del invento ya que él estaba convencido de
que su hipótesis era informativa. Fue una de las últimas personas que habló con
el padre Pellegrino Ernetti en su lecho de muerte y quién sabe lo que le dijo
en verdad.
Únicas imágenes de los planos que conformarían el famoso cronovisor. |
PD: Isaac Asimov ya
hablaba del “cronoscopio” como una cámara capaz de fotografiar el pasado. El
artilugio está creado en bases científicas y filosóficas muy reales lo que pasa
que está por verse si de verdad eso pueda ser realidad hoy en día.
La pneumpahonia se ha hecho método sagrado
ResponderEliminar