PROGRAMA 4X30 - EL DIOS MARCIANO de Tassili

PINTURAS RUPESTRES EN TASSILI. Se han realizado muchas expediciones a lo largo de la historia a esas asombrosas mesetas rocosas del sur de Argelia, y todavía aquellas pinturas rupestres nos hacen plantearnos muchas preguntas. De todas las escenas costumbristas y representaciones de animales típicamente africanos, no hay respuesta todavía para las enigmáticas figuras de humanoides con cabeza grande, algunos dicen que pudieron ser fruto del delirio y de los hongos alucinógenos que se consumían y otros, que fueran la representación definitiva de los "dioses" que vinieron del cielo. Volvemos a recordar su historia y a debatir ampliamente el tema.

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AVISTAMIENTO EN MONTSERRAT 2009. De nuevo tenemos que acercanos a la zona de Montserrat, ya que un testigo vio algo extraño un día de tormenta en el año 2009, justo en el valle. Nos lo describe como "una bola de plasma", pero podría haber sido cualquier cosa. Escuchemos al testigo.

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El sonido del viento en el desierto se utiliza como elemento para tranquilizar, para meditar. Y ahora lo utilizamos como elemento de narración sonora para imaginarnos a un hombre, a un aventurero y expedicionario, su nombre es Henri Lothe que en el año 1956 pisó las arenas del Sáhara directo hacia un lugar para descubrir algo asombroso. Iba hacia un macizo rocoso que no sólo era de los más grandes sino que era el guardián de un gran tesoro, los tuaregs se lo mencionaron como “Jabbaren” en su idioma, su traducción es “Gigantes”.

Los tuaregs, vigilantes y protectores del Sáhara.

https://es.wikipedia.org/wiki/Tuareg

Los tuaregs o imuhars son un pueblo bereber (o amazigh) de tradición nómada del desierto del Sáhara. Su población se extiende por cinco países africanos: Argelia, Libia, Níger, Malí y Burkina Faso. Cuando se desplazan, cubren sus necesidades y las de los animales debido a que viven en unidades familiares extensas que llevan grandes rebaños a su cargo. Tienen su propia escritura, el tifinagh y su propio idioma, el tamashek.

Investigadores como Juan José Benítez o Carlos Mesa (*que participó en este programa con algunos comentarios sobre Tassili) o exploradores como Diego Cortijo ya han relatado en forma de libro su experiencia y viaje hacia aquellas montañas en el desierto. Un viaje que para nada fue fácil, pero con muchos detalles interesantes que podéis leer en estos enlaces:

http://www.planetabenitez.com/planeta-libros/tassili01.htm



Y prácticamente Henri lo iba a ver bien con sus ojos a qué se referían los tuaregs con aquella palabra, porque sobre aquellas paredes estaban las típicas escenas costumbristas de la caza y de la recolección pero destacaban sobre todo una serie de criaturas, que no tenían aspecto humano, con cabezas enormes y alargadas y que parecían ser los que dominaban aquellas escenas de los cazadores mucho menores en tamaño que aquellos gigantes. Sobre todo, la más grande de todas, la del Gran Dios Marciano, aquella en concreto asombró de tal manera a Henri Lothe, 6 metros de altura y parecía el verdadero rey de aquella extraña exposición rupestre. Quizás no sean las pinturas rupestres más espectaculares del mundo pero sí de las más enigmáticas y con más teorías sobre si pudiera estar la clave del origen del imperio egipcio siglos después.


Figuras como esta se pueden encontrar en las cuevas de Tassili N´Ajjer e impresionan mucho, ¿qué pudo ser o qué quiere decir?
En verdad Tassili parece un archivo histórico de cómo pudo ser el Sáhara hace miles de años pero que no deja ser un poco la imagen que tenemos ahora del territorio salvaje, sobre todo lo vemos en su fauna representada donde no faltan los feroces leones, las sorprendentes avestruces, gigantescas jirafas, ríos con cocodrilos y por supuesto los rebaños que guiaban aquellos antiguos pastores. Unas imágenes que podrían demostrar que donde ahora es arena y extensión árida una vez pudo haber tenido vida muy rica en paisajes boscosos y animales increíbles de la fauna africana. Todo ese compendio de imágenes o manifestaciones artísticas se cree que pudieron ser desde el 6000 a.C. hasta el año 500 a.C.

Dibujos prehistóricos de los más grandes jamás visto, inmensos elefantes o rinocerontes de más de 4 y 7 metros que uno puede pensar que quizás con el proceso lento de desertificación que se produciría milenios después con el cambio climático muchos de esos animales se vieran obligados a emigrar al África Central. Y qué decir de las imágenes de los cazadores, tan antiguas (6000 o 4000 a.C.) pero que en muchas de ellas se ven como si corrieran o de verdad les pusiéramos movimiento a la hora de cazar o de pescar. Con inmensas escenas pastoriles, de combates con antiguos antílopes o cabras que eran cazadas o incluso una imagen de una pareja como de músicos en la que uno sujeta una especie de arpa y el otro una especie de cuerno o gran trompa con la que quizás se amenizarían los días y noches de aquellos tiempos tan remotos. Muchos de esos animales pintados los podéis ver en este enlace:


Hasta el camello, un animal que sí asociamos bastante a esa zona desértica, es representado en multitud de estas representaciones artísticas e incluso transportando personas y objetos. Éstas se creen que puedan ser de las más recientes, es decir, de las menos antiguas (año 600 a.C. más o menos), quizás por ese periodo ya de cambio climático que hizo que muchas especies se trasladaran a una zona más tropical y solo unos pocos se quedaran allí adaptándose y seguir con la vida en el antiguo Tassili. Los tuaregs llaman a esas figuras extrañas con especie humanoide los "Yinn", traducido sería "demonio".

Aparecen por encima de imágenes costumbristas, casi como observadores.

Pero la otra parte de esas pinturas africanas, la parte más enigmática pero además la que más hipótesis ha generado son las siluetas de una especie de, vamos a decir “personas”, o seres que igualmente que otros animales se han dibujado con una altura considerable y que justamente están por encima de esas escenas cotidianas de lo que sería la vida normal en aquellos tiempos y que tienen formas de lo más peculiares. Cabezas gigantescas y abombadas con un aspecto físico distinto de los cazadores y recolectores representados y que parece que están en lo más alto de esas recreaciones. Henri Lothe las denominó como “arte marciano”, referenciando a que podrían ser seres de otros mundos, y crearon un caldo de cultivo perfecto para que otros exploradores como Erich Von Daniken los llamaran “dioses”.

En El Mensaje de los Dioses de Erich Von Daniken encontramos una clara referencia a Tassili, curiosamente el autor primero menciona al Dr. Herber Kuhn, un profesor de Maguncia autor del libro Al arte de los primitivos de 1923, que describiendo los mensajes rupestres que nos han sido legados cuenta: “Antes de que la humanidad descubriera la escritura, expresó en las rocas todo cuanto sentía, deseaba, impetraba de los dioses. Estas rocas han conservado hasta hoy el lenguaje más primitivo de los hombres. Lo que sorprende y no cesa de cautivarnos en dichas imágenes es la fluidez de sus formas, la seguridad de sus rasgos, la claridad de su configuración, la fuerza expresiva que las anima y el juego hábil de sus proporciones”.

Muy interesante lo que dijo este profesor y Daniken estaba más que de acuerdo porque además en esas páginas menciona cómo esos artistas primitivos eran considerados naturalistas, es decir, copiaban lo que veían obviamente. Cierto es que muchos animales de los que hemos mencionado y que se ven en fotografías realizadas de esas pinturas tuvieron que ser parte sí o sí de aquel ecosistema pero claro, se pregunta Von Daniken, ¿de dónde sacaron aquellos primitivos naturalistas del Sáhara los modelos para sus figuras de seres que flotan por los aires, que van vestidos con escafandras espaciales? Pues bien, ya sabéis a estas alturas que las teorías de Von Daniken son bien claras de que para él pudieron visitarnos seres de otros mundos hace miles de años pero esas imágenes tienen una lectura psicológica, o así se le ha querido dar para dar una posible explicación y fue la de que ciertos hongos alucinógenos que se sabe que eran muy consumidos en las antiguas tribus y recomendados por sus chamanes con ellos como los principales canalizadores del mundo místico y la realidad que se vivía pues una parte de las pinturas rupestres representado en esos seres desconocidos que pudieron ser producto de la fantasía, ¿por qué no? Pero Daniken apostilla que *si un cavernícola, vestido a lo sumo de pieles de animales, reproduce figuras en atuendos desconocidos y con cascos en sus cabezas, es que debió ver estos seres en alguna parte. Ni drogas, ni fantasía, ni monigotes (dice Daniken); si no hubo modelos, tampoco puede hablarse de naturalismo. Erich Von Daniken, aparte del interesante aporte psicológico que pueden tener esas pinturas, cree firmemente que aquellos seres pudieron ser reales y dibujados de la misma forma como se representaban las escenas cotidianas de la caza y de la recolecta. ¿Cómo termina este breve análisis de Erich Von Daniken en El Mensaje de los Dioses? Pues con una mención realizada por Henri Lhote, el descubridor de aquella famosa figura “humana” de casi seis metros bautizado como El Gran Dios Marciano (el Gran Icono y Enigma de Tassili que muchos recuerdan) y que Lote descubre a finales de los años cincuenta en aquel saliente rocoso de Tassili y que el mismo descubridor deja escrito esto (*leído en el libro de Daniken): “Los trazos son sencillos y naturales; la cabeza redonda, cuya única característica poco corriente es el doble óvalo dibujado en el centro de la cara, recuerda la idea que en general nos hacemos de los marcianos. Marcianos… Si realmente vinieron marcianos al Sahara, debió ser hace miles de años, pues las cabezas redondas que se pintaron en Tassili son, hasta donde sabemos, los ejemplos pictóricos más antiguos del arte rupestre”.

Una de las ediciones de "El Mensaje de los Dioses", ahí se menciona Tassili como parte de la teoría de Daniken.


Investigaciones recientes de hace unos dos años señalaban a Pierre Colombel, por entonces director del departamento de prehistoria del museo de Louvre de París quien ha estado actualmente intentando desvelar el enigma de Tassili y de sus pinturas. Pudieron ser divinidades dice, divinidades representados de esa manera pero quizás nunca vistos. Donde también tienen mucha importancia símbolos y grafías hallados también en los últimos años que podrían mostrar un lenguaje antiquísimo y otro ingrediente más de un enorme enigma situado en esa antigua isla milenaria rocosa en pleno Sáhara africano. 

Otra imagen enigmática de Tassili: considerado como un renacimiento del hombre u otra acción de aquellos "dioses".

Antes de que Henri Lothe fuese de los primeros en investigar una a una aquellas pinturas el misterio iba a surgir muchos años atrás. Europa estaba en plena Primera Guerra Mundial, pero en África, concretamente a 1.400 km de Argel unos oficiales de la Legión Extranjera Francesa, justo en un tiempo en el que Francia estaba ocupando Argelia, son los primeros en difundir las noticias de que allí había algo asombroso pero no es hasta el año 1934 cuando un oficial francés de esta legión, el teniente Brenans, las descubre en medio de una expedición. El realismo impresionante de aquellas figuras de los animales con sus jirafas, hipopótamos y elefantes le llega a impresionar porque allí ya no existían ese tipo de animales. Y de esas pesquisas iniciales de aquellos militares franceses y de este hombre de autoridad en aquella expedición francesa llega a los oídos de Henri Lothe que no sólo acude al lugar con el tiempo sino que realiza un trabajo de investigación como buen científico que le dura unos 20 años. Un apasionado desde muy pequeño del desierto y de sus maravillas escondidas. Si uno consulta la biografía de Henri Lhote podrá descubrir que la investigación en las montañas de Tassili fue muy ardua y llena de muchos impedimentos por motivos de la guerra y por una lesión en su columna que lo dejó mucho tiempo sin viajar pero él fue uno de los pioneros, uno de los primeros e interesarse y plasmar en escritos y con estudios muy rigurosos lo que escondían las rocas del Sáhara. Mereció la pena el riesgo y entrecruzar aquellos desfiladeros tan peligrosos donde un mal resbalón podía costarte la muerte pero él fue, repetimos, de los primeros y verdaderos apasionados del gran enigma de las pinturas y de sus mensajes.

De todas las pinturas, a Henri Lhote le impresionan enormemente aquellos seres de “cabeza redonda” que no sólo son los que están representados de mayor tamaño sino que parece que la distancia que los separa de otras escenas cotidianas pueden ahcernos entender como una especie de vigilancia o quizás de algo más superior. A él le sorprende de sobremanera el famoso Gran Dios Marciano del que dice Henri Lhote que para observarlo en su conjunto hay que retroceder un tanto, tiene “perfil es simple, y la cabeza redonda y sin más detalles que un doble óvalo en mitad de la cara, recuerda la imagen que comúnmente nos forjamos de un ser de otro planeta”. ¿Quiénes pudieron ser los astronautas? Hay teorías desde lo más puro del terreno ufológico hasta la parte más psicológica y mental del hombre, que pudieran ser hasta fruto de las imaginaciones o alucinaciones de aquellas primeras tribus.

Recreación del "Gran Dios Marciano", su cabeza paree una escafandra con un sólo ojo pero el cuerpo es prácticamente el de un hombre.

El gran “dios marciano” es mencionado también en la forma de un gran ser de cabeza abombada y también otra escena curiosa donde se ve como un hombre emerge de una especie de ovoide cuya interpretación puede ser de muchas formas, aunque Lhote no se atreviera pero estaba claro que son una representaciones pictóricas sin precedentes.


 *El “arte marciano” lo denomina Lhote y que es parte de las “pruebas” que investigadores como Erich Von Daniken o Juan José Benítez como cuenta en su Planeta Encantado años después (quizás el primer documental televisivo en España que nos contaba la historia de Tassili N´Ajjer) alimentaron aún más sus teorías de los visitantes o dioses del cielo, y dentro de esa teorías para muchos descabellada están entre los señores más respetados porque ellos se han recorrido el mundo y publicado cantidad de historias y documentos no para adoctrinar sino para mostrar sus descubrimientos. Los extraños seres de cabeza grande siguen siendo un reto visual e interpretativo para todo aquel curioso/a que se acerca a los macizos montañosos de Tassili para realizarse las mismas preguntas que Henri Lhote, Von Daniken, Benítez, Carlos Messa, Diego Cortijo, Juan Jesús Vallejo o Manuel José Delgado vieron con sus ojos y contaron en sus numerosos libros y entrevistas. ¿Llegarán a explicarse algún día? Quizás la tecnología algún día nos ayude a encontrar la respuesta.



















 

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