VILCABAMBA. Este último refugio inca situado en pleno corazón de Perú es uno de los lugares que se siguen buscando con tanta ansia desde principios de siglo XX, en primer lugar porque fue el último bastión militar de los incas ante el asedio del ejército español y segundo porque aún es una ciudad por excavar que aunque fuera expoliada todavía puede contener algunos tesoros arqueológicos de los últimos días del gran imperio. El historiador y explorador Santiago del Valle Chousa nos cuenta su historia ya que es líder de un proyecto de búsqueda y localización de Vilcabamba La Grande desde finales de los 80 hasta la actualidad.
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A unos 80 kilómetros en línea recta de las monumentales ruinas de la ciudadela de Machu Picchu, allí fueron encontrados ya hace algunos años los restos de la mítica capital perdida de los incas, Vilcabamba la Grande. Y detrás de ese descubrimiento está un español, el historiador gallego Santiago del Valle. 16 expediciones a sus espaldas y un libro: “Vilcabamba: el último refugio de los incas”. Y se dice que en esta ciudad fortaleza se refugió Manco Inca y que desde ahí lideró un movimiento de insurgencia y de rebelión contra la dominación española, pero, ¿fue solamente un refugio militar o fue algo más?
Ocultas entre una espesa vegetación y en las alturas de una montaña escarpada flanqueada por dos grandes ríos encontramos un lugar inaccesible desde que el máximo heredero del trono incaico dirigiera aquel movimiento que duró cerca de cuatro décadas. Y una vez que el imperio finalmente se desvanece, como toda la herencia inca, ciudad permanecieron ocultas en la selva y muchos de los descubridores españoles de entonces no pudieron hallarlas hasta la segunda mitad del siglo XVI. Pero entonces, en 1572, la encontraron, hallaron aquella ciudad incendiada y abandonada.
Toda esta historia la conocimos gracias a un manuscrito que estuvo perdido durante cuatro siglos, la crónica de Juan de Betanzos. Carmen Martín Rubio encontró a finales de los 90 ese manuscrito en unos archivos de Mallorca. Gracias al historiador e investigador gallego Santiago del Valle Chousa, director técnico de las expediciones desde finales de los 80 hasta ahora con la publicación de su último libro "Vilcabamba: El último Refugio de los Inca" nos cuenta cómo nace esta expedición.
Todo comenzó con la obsesión de realizar un documental para TV y se convirtió en una investigación detectivesca para saber si realmente ese último refugio puede esconder una clave importante de lo que fueron los incas. Siete kilómetros de largo por tres de ancho, fue la última ciudad sagrada de los cuatro últimos incas del Tahuantinsuyo que fueron Marco Inca, Sayri Tupac, Tito Yupanqui y Tupac Amaru. Curiosamente, Tupac Amaru I aceptó bautizarse al igual que Atahualpa para no ser quemado porque ellos tenían la creencia que con el mismo cuerpo pasaban a otro plano.
"Intiwatana" significa en quechua, "lugar donde se agarra el sol", y es el nombre atribuido a los centros principales del culto solar donde los sacerdotes incas realizaban sus trabajos de estudio de los astros y las ceremonias de culto solar del solsticio de invierno, el "Inti Raymi". |
Un misterio de más de 4 siglos el que Santiago y su equipo llevan años intentando por fin dar a conocer. En esas expediciones han estado presentes muchos historiadores y arqueólogos peruanos, y también María del Carmen Martín Rubio, un largo esfuerzo y un largo recorrido hasta llegar a la que denominan en idioma quechua Hatún Wilkabamba.
El manuscrito de Juan de Betanzos fue primordial para comenzar la expedición. |
Este grupo de expertos y exploradores reconstruyeron la misma ruta que durante cuatro días el ejército español logró en 1572 conquistando el reino donde nadie podía llegar ni ingresar por ser sagrado y donde además las dificultades del territorio aparte de las condiciones climatológicas siempre son un punto a tener en cuenta. Los peligros son constantes, desde las fuertes lluvias que caen hasta la temible fauna repleta de animales, de los que los más peligrosos son los pequeños como las arañas y las serpientes venenosas.
Este especimen de araña casera predomina en los ambientes naturales del Perú, son un peligro para los viajeros. |
Hay que tener en cuenta que los helicópteros no acuden al lugar de rescate tan fácilmente. El Ministerio de Cultura declaró el lugar como Patrimonio Cultural, de esta forma se reconocía la zona como último reino inca.
Los españoles fundaron San Francisco de la Victoria de Vilcabamba, o Vilcabamba la Nueva, en un lugar más accesible y la vieja capital del último reino Inca independiente cayó en el olvido. Hasta que en el siglo XIX revivió la leyenda. El norteamericano Hiram Bingham la buscaba en esa zona cuando dio casualmente con las ruinas de Machu Picchu.
Hiram Bingham, el descubridor de Macchu Picchu y otro perseguidor de la ciudad de Vilcabamba. |
Posteriormente expediciones francesas, italianas, norteamericanas y peruanas recorrieron el distrito de Vilcabamba en busca de Vilcabamba la Grande. Un siglo y medio de búsqueda. El norteamericano Gene Savoy afirmó en 1966 que las ruinas descubiertas a principios de siglo en Espíritu Pampa eran los restos de la capital Inca perdida. Algunos investigadores apoyaron durante años la tesis de Savoy sosteniendo que las ruinas de Espíritu Pampa eran los restos de Vilcabamba la Grande; sin embargo el estudio de la documentación histórica desmiente esta tesis.
Espíritu Pampa, mucha polémica por su concepto erróneo de Vilcabamba. Fuente// Wikipedia |
Espíritu Pampa tuvo un papel muy relevante como lugar de encuentro y probable centro ceremonial común para la consolidación de las alianzas entre los incas de Vilcabamba y las tribus selváticas.
Todas las piezas encajan. En una zona que no fue estudiada por otros investigadores, hemos encontrado una gran zona arqueológica, de enorme interés natural y ecológico, que estamos seguros, es la ubicación de la capital inca perdida, Vilcabamba la Grande. A ochenta kilómetros en línea recta al oeste de Machu Picchu y a doce kilómetros al este del río Apurímac.
SANTIAGO DEL VALLE CHOUSA
Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, Licenciado en Geografía e Historia y Diplomado en Ciencias Sociales por la Universidad de Santiago de Compostela.
Autor del libro “Vilcabamba: el último refugio de los inca (Editorial El Viento)”.
La Sociedad Geográfica Española le concedió uno de sus Premios Anuales correspondientes en 2008.
Vilcabamba.net
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