En esta sección
recordamos el milagro ocurrido en San Sebastián de Garabandal. Durante 4 años
(de 1961-1965) se produjeron más de dos mil apariciones marianas, todas ellas
tenían como protagonistas a cuatro niñas de entre 11 y 12 años.
Este fenómeno se puso a
la misma altura de Fátima o Lourdes como una de las historias inexplicables.
Charlamos con un miembro del elenco de la película y nos cuenta más detales de
cómo ha sido el rodaje y volver a recordar este caso.
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Lo que ocurrió a
principios de la década de los sesenta en ese pequeño pueblo que según el
último censo supera apenas los 100 habitantes marcó para siempre la historia de
este pequeño pueblecito y a sus habitantes porque de una forma como ocurrió en
Fátima 44 años antes de producirse el fenómeno, muchos pensaron que realmente
lo que ocurrió en Portugal se trasladó a esa pequeña localidad del norte de
España.
Y es que ese pueblo que
de alguna manera sigue aislado entre esas grandes montañas boscosas propias de
la sierra cántabra, fue sacada de ese aislamiento durante toda una década y
hasta ahora, pero también fue una diana en la que personas de la Iglesia y
científicos vieron un filón del que analizar tildándose incluso de una
elaboración premeditada de aquellas 4 niñas de la que tuvo a Conchita como una
de las artífices porque todavía se tiene la imagen de esa hostia consagrada
apareciendo en su lengua y como la verdadera muestra del milagro real de
Garabandal.
Durante cuatro años se
produjeron aquellos procesos de éxtasis de esas cuatro niñas cuando todo
comenzó precisamente un 18 de junio de 1961 en un pequeño rincón del pueblo
llamado “La Calleja”, donde las cuatro niñas inseparables y compañeras de
juegos y de escuela disfrutaba cada una de una manzana recién cogida del árbol
y fueron sorprendidas por una visión de la que en primer lugar es Conchita la
que cae arrodillada y con una gran sonrisa la que mira al cielo fijamente, y
después de ella, sus tres compañeras caen en el mismo proceso. Al principio
comienzan a decir por las calles del pueblo que lo que habían visto era un
ángel y aún más lo describen como “un niño muy fuerte” (*cita de la película).
El 1 de julio del mismo año aquel “ángel” le dice a las niñas que un día
después se aparecerá la Virgen y que les hablaría.
Cuatro
niñas afirmaron que se les había aparecido primero el arcángel San Miguel y
después la Virgen del Carmen
Las visiones finalizan
en el año 1965 y desde entonces ha sido un asunto de debate y de interés por
teólogos, científicos e incluso expertos parapsicológicos porque realmente el
asunto también tuvo una fenomenología que analizar desde el punto de vista
misterioso como cualquier aparición mariana previa.
De aquella
fenomenología podemos destacar la forma en la que caían en éxtasis, muchas
veces hincando las rodillas de una forma en la que cualquiera nos retorceríamos
de dolor en las rodillas; durante el proceso, muchos exámenes médicos se les
realizaron durante el éxtasis con pinchazos de aguja, iluminando con luces de
linterna en los ojos o incluso quemando con un cigarrillo en la palma de una
mano de una de las niñas, pero ellas ni se inmutaban. Y también el hecho de que
eran capaces de andar con la cabeza mirando hacia arriba e incluso de espaldas,
para lo que cualquiera nos supondría un buen tropezón. Se cuenta que hasta
levitaban. Y muchas veces, acudían a la misma vez llamadas por la Virgen
estando en lugares muy distantes entre sí, es decir, que entre las mismas niñas
acudían de forma sincronizada y al mismo tiempo a la llamada del ente
espiritual que siempre en el caso de ellas la llamaban “la Madre”.
Un ejemplo claro de esa
sincronicidad tan extraña fue en una ocasión en la que Conchita estaba en la
ciudad de Santander, invitada por la comisión oficial del milagro para
investigarlo. De alguna forma, las autoridades oficiales señalarían a Conchita
como la artífice de todo, por ser la mayor y la que tenía manipuladas tanto a
sus compañeras como a todo el pueblo de lo que veían. Y en aquel momento en la
capital cántabra cae en éxtasis justo al pasar frente a la iglesia de Nuestra
Señora de la Consolación. Y al mismo tiempo, se corroboró que en el pueblo (80
km de distancia y sin ninguna manera de que pudiera haber contactado con ellas
ante la ausencia de tecnología y el aislamiento en el que estaba), las otras
tres niñas cayeron también en éxtasis e incluso confirmaron que la Virgen
también estaba hablando con Conchita en otro lugar más lejos de ellas.
En
la tarde del domingo 18 de Junio de 1961, cuatro niñas entre 11 y 12 años de
edad, Conchita-Jacinta-Mari Cruz y Mari Loli
El momento más
importante de este caso fue cuando se produjo “el milagruco”, concretamente el 18 de julio de 1962 en un momento
en el que el fenómeno de la aparición mariana de Garabandal estaba en su punto
más crítico y escéptico, las niñas vuelven a caer en éxtasis y es Conchita a la
que se ve como se le forma la hostia consagrada en su lengua y es comulgada en
pleno éxtasis. Esto visto por todo el pueblo y los presentes porque Garabandal
se convertiría en el nuevo lugar de peregrinaje y encuentro con lo místico. Aun
hoy en día lo sigue siendo.
La Iglesia no niega
ninguno de los sucesos acontecidos en Garabandal entre 1961 y 1965. Todos los
obispos de la Diócesis, entre 1961 y 1970, afirmaron «que no consta la
sobrenaturalidad de dichas apariciones».
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