En esta sección
hablamos de algunas de las muertes más absurdas de la historia. El triste final
que tuvieron algunas de las mentes más brillantes de la humanidad y otras que
se dieron en circunstancias un poco ridículas pero que demuestran que a veces
la muerte puede venir del absurdo, sin estar calculado.
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La muerte es algo
incuestionable en esta vida y que casi podemos decir que no tiene solución.
Cuando decimos: “todo en esta vida tiene solución… menos la muerte” realmente
lo decimos porque cualquier error de nuestra vida puede ser corregido, pero, ¿y
si ese error nos lleva a una muerte inesperada o absurda? La muerte puede ser
un absurdo en ocasiones. Por ejemplo, aquel joven que salta desde un balcón de
un hotel hacia una piscina, calcula mal el salto y se queda estampado contra el
suelo, parece que ese reto del balconing
ha producido ya más de una muerte o aquel otro que intentando hacerse un selfie desde la azotea de un gran
edificio se tropieza y cae. Balconing, selfie y challenge son tres palabras que
estamos adoptando en nuestra nueva era y que ya han producido muchas muertes
absurdas y ridículas. La muerte nos da respeto, no podemos mofarnos de ella,
pero hay que decir que a veces nos demuestra que por mucho que tengamos una
situación controlada, nos ataca.
Pero muertes de ese
estilo las ha habido siempre. De hecho, la muerte de Plinio El Viejo se dio de
la forma en que menos se podía esperar de un erudito y sabio de aquellos
tiempos del Imperio Romano, ya que falleció en plena expedición a uno de los
volcanes del Vesubio en plena erupción que provocó el arrasamiento de Pompeya.
¿Un hombre que además sufría de asma cómo se la jugó de esa manera? Aquel
atrevimiento por saber un poco más sobre cómo actúa un volcán acabó costándole
la vida por falta de respiración producto de aquellos gases volcánicos.
El diario El Mundo
dedicó un artículo específicamente a este tipo de muertes extrañas y cita
algunos casos como el ataque de risa que mató a Crisipo de Solos, o la muerte
por leer un texto en voz alta y no parar para tomar aire como le pasó a
Sófocles. Estamos hablando de filósofos y estudiosos del pensamiento en
aquellos tiempos antiguos pero que tristemente no supieron que la muerte les
llegaría de la forma en que menos la pensarían después de estar toda la vida
pensando sobre ella. O como termina este artículo, paseando por el campo,
Esquilo recibió el impacto de una tortuga en plena cabeza, arrojada por un
águila que sobrevolaba el cielo. Toda una tragedia griega digna de filosofía y
pensamiento.
Más tipos de muertes
absurdas históricas y contemporáneas:
- Hans Steininger murió en el siglo XVI por culpa de su larga barba. Por entonces tenía el récord de la barba más larga del mundo con casi un metro y medio de largo pero le jugó una mala pasada cuando huyendo de un incendio en su ciudad de Austria (aunque él era natural de Alemania) se tropezó con los pelillos de la barba y se rompió el cuello.
- Francis Bacon tuvo también una muerte indigna de un hombre de su inteligencia. Fallece en 1626 por observar cómo un pollo muerto se congelaba en medio de una tormenta de nieve. Era una especie de experimento que quería probar en cuanto a cómo el frío es capaz de conservar la carne y al final le salió caro el experimento porque murió por una pulmonía. Pagó cara su osadía científica, pudo haber sido más inteligente y haberlo visto desde una ventana o ir de vez en cuando a comprobarlo.
- ¿Se puede morir por aguantarse las ganas de orinar? Pues sí. Eso le pasó al pobre Tycho Brahe, que fue un importante astrónomo francés del siglo 16 y que impulsó a Newton a desarrollar su teoría de la gravedad. La muerte de este hombre se puede decir que fue producto de la educación tan excesiva que se implantó en su época porque por entonces estaba muy mal visto levantarse durante una comida o una cena sin que los demás hubieran acabado y Brahe, que era un bebedor impulsivo, contrajo una cistitis aguda que le dejó 71 días en cama con fiebre y que acabó llevándolo a la tumba. Aunque hay otra interpretación de esta historia que es la de que su vejiga explotó por el exceso y lo mató a los pocos días.
- Adolfo Federico fue rey de Suecia a partir de 1751 murió por uno de los siete pecados capitales: la gula. Era tan apasionado por la comida que en una noche llegó a zamparse langosta, caviar, chucrut, sopa de repollo, ciervo ahumado, champaña y catorce platos de su postre preferido: pan crujiente de semitas relleno de mazapán y leche. Un problema digestivo hizo que muriera como un rey comiendo como un rey. Una muerte parecida a esta tuvo Atila el Huno al día siguiente de su noche de bodas, ya que engulló todo lo que pudo comer y beber hasta que fue encontrado muerto al día siguiente ahogado con su propia sangre, quizá producto del exceso.
- La muerte del ilusionista y escapista Harry Houdini también fue un poco absurda. Su diagnóstico final fue que murió por peritonitis pero hay que decir que él hizo un experimento días antes de su muerte que fue el de retar a unos estudiantes universitarios a que le golpearan fuerte en el abdomen para que así comprobaran su extraordinaria fortaleza física. Houdini no se enteraría hasta días después que tenía principios de apendicitis y continuó trabajando a pesar de sufrir fuertes dolores y fiebre y es que aquellos golpes le provocaron la ruptura de su apéndice y una hemorragia interna.
- Isadora Duncan fue una bailarina y coreógrafa estadounidense, considerada por muchos como la creadora de la danza moderna y que tuvo una muerte trágica y absurda en el año 1927 por culpa de una bufanda. Era su prenda favorita y la que acabó costándole la vida cuando parece ser que el automóvil en el que viajaba se le enganchó a la rueda y la arrastró con tanta fuerza que la acabó arrastrando por toda la calle y murió definitivamente estrangulada.
- La pobre Betty Stoobs murió con 67 años por culpa del hambre que tenían sus ovejas (no, las ovejas no se la comieron). Lo que pasó fue simplemente que Betty viajaba en su motocicleta con un paquete de heno detrás para alimentar a esas ovejitas que tanto le gustaba cuidar pero era tanto el hambre que tenían que no tuvieron paciencia y ese rebaño de cuarenta ovejas se echaron encima con tan mala suerte que Betty cae por un acantilado al que sobrevive, pero que inmediatamente después muere porque la moto se le cae encima, también por culpa de las ovejas.
- Hay que tener cuidado cuando quieres recrear cómo fue una muerte, porque también se ha dado el caso de morir recreando la escena exactamente como fue. Eso le pasó a la hermana de Yooket Paen, cuya hermana murió a los 57 años cuando resbaló en su granja por culpa de unas heces de vaca, con tan mala suerte que se agarró a un cable y se electrocutó. Pues bien, la hermana de esta tailandesa, poco después del funeral les quiso mostrar a unos vecinos cómo fue el accidente y le ocurrió exactamente lo mismo. Por imitar la caída, acabó de la misma manera.
DEF CON DOS – PÁNICO A
UNA MUERTE RIDÍCULA
Grupo que comenzó a
finales de los 80 y sigue activo en la actualidad.
Álbum: Alzheimer
Fecha de lanzamiento:
1995
Género: Hip-hop/Rap
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