El
día 19 de abril es un día negro recordado en la pequeña ciudad de Waco (Texas)
por una tragedia ocurrida en 1993, una batalla campal entre fuerzas federales
de la ATF y la secta de los Davidianos liderada por David Koresh.
La
versión oficial nos dijo que todo fue un suicidio colectivo, pero conforme han
pasado los años se cree que ese incendio pudo haber sido provocado por los
agentes durante el tiroteo y que la Administración Clinton no actuó de la forma
correcta. Casi 85 personas fallecieron en ese altercado, una de las peores
masacres antes del 11S que se recuerdan en el país.
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El 19 de abril es un día
todavía recordado por los habitantes de la pequeña ciudad de Waco (de unos 125
mil habitantes), situada en el condado
de McLennan, estado de Texas, y que siempre será recordada porque fue el
escenario escogido para la secta de los Davidianos para aplicarse ese suicidio
masivo con un incendio que mató a 85 personas, entre ellas, su líder y cuatro
agentes de la ATF.
Famosas imágenes aéreas durante y después del incendio después del brutal tiroteo entre los agentes y la secta. // Fuente: Wikipedia |
Seguramente
muchos con buena memoria y que vieron aquellos acontecimientos en la televisión
se acordarán de esa imagen aérea que se difundió de manera global con los
restos de aquel edificio destruido, y ese humo saliendo todavía de aquella
granja llamada Mount Carmel Center. Un lugar con connotaciones religiosas
debido a su etimología y que fue escogido por esa conocida secta de los
Davidianos para realizar aquella masacre sin explicación. De hecho, hay un
verso de la Biblia que es clave para entender por qué los Davidianos escogieron
ese complejo del “Monte Carmelo”, y es simplemente por este fragmento de Micah
7:14:
Notwithstanding the land shall be desolate because of them that dwell
therein, for the fruit of their doings. Feed thy people with thy rod, the flock
of thine heritage, which dwell solitarily in the wood, in the midst of Carmel:
let them feed in Bashan and Gilead, as in the days of old.
(No obstante, la tierra
será desolada a causa de los que habitan en ella, por el fruto de sus obras.
Alimenta a tu pueblo con tu vara, el rebaño de tu herencia, que habita
solitariamente en el bosque, en medio del Carmelo: déjalos alimentarse en Basán
y Galaad, como en los viejos tiempos).
Estamos
hablando de una de las peores masacres producidas en suelo estadounidense mucho
antes de los sucesos ocurridos con el 11S. Y fue una masacre porque los
estadounidenses de aquella época estuvieron muy pendientes a la televisión y a
los periódicos de cómo iba a acabar ese asedio de las fuerzas de seguridad, en
este caso el de la ATF cuyas siglas en español significan Agencia de Alcohol,
Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, una organización gubernamental fundada en
los años setenta dedicada a la regulación de actividades ilegales y perniciosas
para la sociedad en las que tiene jurisdicción el Departamento de Justicia de
los Estados Unidos. Fueron 51 días de asedio de las fuerzas de seguridad y que
en ningún momento pudieron acabar con su líder, David Koresh. Aquel suceso se
recuerda todavía con recelo y hasta numerosas teorías conspirativas han
sobrevolado este caso que parece que siguen teniendo muchas preguntas.
La
secta de los Davidianos se fundó en el año 1935 por Victor Houteff y escogió
aquel lugar cerca del lago Waco (al oeste de la ciudad) como su cuartel general
y de todos los fieles. Poco a poco, aquel Mount Carmel Center fue expandiéndose
con más terreno debido a que la viuda del fundador, Florence, fue vendiendo
algunas parcelas de terreno cercanas a la urbe, pero a su vez, también
consiguió comprar una propiedad de casi 4 km cuadrados en el año 1957 y así es
como consiguió establecerse el nuevo y cristianizado New Mount Carmel en uno de
los estados más católicos de los Estados Unidos como es Texas.
Hay
que tener muy en cuenta esto porque este grupo ha tenido diferentes divisiones
a lo largo de la historia y al final lo que pasó en 1993 no tiene nada que ver
con sus inicios. La secta que sucumbió hace 27 años con David Koresh como líder
se llamaba La Rama de los Davidianos
(Branch Davidians) que se dividió en el año 1955 de la inicial que se llamaba La Vara del Pastor.
Este
caso le costó numerosas críticas y mucha polémica a la Administración Clinton,
ya que parece que como versión oficial se contó que fue un suicidio colectivo y
en todos los alrededores de Texas y zonas colindantes al suceso crearon mucha
polémica y división en el país por la forma en la que los agentes de la ATF
llevaron el caso. Los que conocían el perfil de David Koresh sabían que de
alguna manera sus ideas eran alocadas y que pudo haber tenido mucha
responsabilidad en esa inmolación colectiva, pero hay muchas dudas todavía sobre
el origen del incendio. De hecho, esta secta era algo más que un simple grupo
religioso, parecía más una milicia religiosa por esa gran cantidad de armas de
fuego que encontraron almacenadas y que estaban en poder de esos Davidianos,
¿qué pretendían hacer con ellas? ¿o simplemente las tenían para defenderse como
cualquier americano puede tener en su hogar? De hecho, las empresas tipo lobby armamentísticas hicieron su gran
labor de ‘lavarse las manos’ en este asunto y no asumir la culpa, así que,
cumplieron de forma fenomenal su actuación como lobbies y las responsabilidades pasaron a ser objeto de debate
político entre republicanos y demócratas cuando se trató de culpar a la
Ministra de Justicia, Janet Reno, de la que se supo que el día antes de la
tragedia (18 de abril) le comunicó al presidente Clinton el plan de asalto que
tenía preparado. En definitiva, una tragedia humana pero con muchos intereses
ocultos detrás.
¿Quién era David Koresh?
El famoso retrato robot de David Koresh, sacado de una antigua ficha policial y que recorrió el mundo por ser el líder de La Rama de los Davidianos (Branch Davidians). |
Una
de las fotografías más célebres que circuló de este caso en todos los
telediarios del mundo (sin tener en cuenta el factor de las redes sociales
ahora en la que una fotografía puede circular por todo el mundo en décimas de
segundo) fue la de ese David Koresh, con esas enormes gafas de época, pelo
largo y enmarañado y gesto serio. Foto típica de archivo policial y que falleció
durante ese acto colectivo con la edad de 33 años por una herida con arma de
fuego (la edad con la que crucificaron a Cristo, ahí tienen una de las claves).
Se rebautizó en el año 1990, es decir, cambió su nombre original de Vernon
Wayne Howell a David Koresh y de esa manera consiguió convertirse en el líder
de aquella Rama de los Davidianos, siendo él aclamado como el profeta final.
Como
suele pasar en muchos casos de este tipo, Koresh no tuvo una infancia fácil.
Hijo de una madre soltera de 15 años y de un padre de 20 que nunca llegaron a
conformar un matrimonio serio, de ahí que pronto el padre biológico abandonara
la familia y su madre empezara a convivir con otra pareja alcohólica y
violenta. Con cuatro años de edad, se queda a cargo de su abuela, Earline
Clark. Ya en su edad adulta Koresh contó en diversas ocasiones la infancia tan
dura que vivió y que quizá fuera el detonante de que se uniera a esa secta
afincada en el estado de Texas. Se sabe que era disléxico, pero que con 11 años
pudo memorizar por completo y de manera asombrosa el Nuevo Testamento; pero,
aun así, abandonó sus estudios secundarios en el penúltimo año. Con 19 años
tiene una relación con una chica de 15 a la que queda embarazada (casi imitando
la edad con la que le tuvieron sus padres originales). Y en cuanto a sus
intereses religiosos, abrazó la religión cristiana uniéndose a la Iglesia
Adventista del Séptimo Día de la que también era parte su madre y de la que fue
expulsado en 1981 por acosar a la hija del pastor y por tratar de introducir
ideas contrarias al mensaje adventista. En ese mismo año, Koresh llega a Waco y
se une al grupo religioso de los Davidianos junto a otros miembros expulsados
de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y se establece junto a ellos en un
rancho que está a 15 km de la ciudad llamado Centro Monte Carmelo, establecido
como tal desde el año 1955.
Dos
años después de unirse a los Davidianos, Koresh empieza a hacer afirmaciones de
que había recibido el don de la profecía y empezó a acosar a la líder de la secta
por entonces, Lois Roden, de 76 años, con la que quiso tener un hijo con ella
ya que sería proclamado El Elegido.
Debido a sus acciones y sus afirmaciones tan descabelladas, Koresh fue poco a
poco dado de lado por algunos miembros de la secta y decide acampar en
Palestine (otra ciudad de Texas situada a 140 km de Waco) con otros 25
seguidores y durante dos años viven bajo unas condiciones muy malas, viviendo y
durmiendo en vehículos o en tiendas de campaña. Ese tiempo lo aprovecha Koresh
para reclutar a más seguidores procedentes de otros estados como California, y
de otros países como Australia, Reino Unido o Israel. Ese último país marcó
tanto a Koresh cuando lo visitó en 1985 que cuando volvió a su país natal les
dijo a los suyos que tuvo una visión donde aparecía como Ciro II el Grande (de
hecho, su apellido Koresh en versión hebrea significa “Ciro”). Y no quedándose
corto con esa afirmación, un año después dijo que tenía derecho a tener 140 esposas, 60 mujeres como sus «reinas» y 80
como concubinas, tomó como base de interpretación el Cantar de los Cantares
bíblico, quizás muy mal interpretado.
La culpa del desastre
fue para los Clinton
El matrimonio Clinton siempre ha sido muy criticado, entre muchos escándalos, por las malas decisiones tomadas en ese asedio cometido en el primer mes de su cargo. Más tarde, en 2016, en medio de la campaña de Hillary Clinton se le recordó el desastre. // Fuente: RT |
Muchos
davidianos que convivieron con Koresh en su rancho y que no fueron víctimas de
ese ‘suicidio colectivo’, nunca creyeron en la versión oficial. Davidianos que
estuvieron de acuerdo en que el líder tuvo delirios mesiánicos pero que no
representaba todos los ideales de la secta y por eso promovieron una campaña y
hasta una cruzada de esta tragedia al matrimonio Clinton. Bill Clinton solo
llevaba un mes en el cargo y se estrenó con un caso que puede que decidiera de
mala manera porque en ese asedio murieron 18 niños y siempre se ha creído que
la medida fue desmesurada. Solo nueve personas pudieron salir a tiempo de aquella
masacre.
Durante
la campaña de Hillary Clinton en 2016 se colocó un cartel encima de una de las
lápidas que se puso en el lugar como homenaje a las víctimas donde se decía “Clinton a prisión 2016” y aquello hasta
lo utilizó Donald Trump como arma para adelantarse en las elecciones. Puede que
al final fuera un cúmulo de varias circunstancias, ya que también que su líder
tuviera un arsenal de armas y dispuesto a disparar a todo aquel que fuera a ir
en contra de sus ideas y su grupo, era un peligro real y ambulante. Lo que no
se entiende es que ese señor no fuese detenido en alguno de sus viajes. Aunque
también puede que él fuera el primero que disparara su arma teniendo en cuenta
que a sus acólitos les contó que el fin de la congregación llegaría durante un
enfrentamiento con las fuerzas gubernamentales, pero que luego resucitarían
como seres de fuego para vencer a las fuerzas enemigas.
Al
fin y al cabo, como suele pasar con muchos de estos grupos que se establecen en
suelo estadounidense tomando los mismos ideales sociales, era un grupo
paramilitar religioso y todavía quedan muchas dudas de uno de los mayores
escándalos de la historia moderna de los Estados Unidos y que no se ha aclarado
del todo aunque hay una versión oficial y muchas personas que creen que lo que
pasó fue otra cosa. Fue todo un infierno y sus cenizas parecen todavía no
apagarse.
Autopsia de los hechos
-
Esta
canción de Nancy Sinatra (“These boots
were made for walking”), una canción muy propagandística y utilizada en
varias películas bélicas como La Chaqueta Metálica y que los federales
utilizaron reproduciéndola desde unos potentes altavoces cerca del rancho para
enervar a los Davidianos a que salieran y se entregaran.
El
incendio de aquel rancho (que muchos no saben cómo se inició) acabó con la vida
de 76 personas (entre ellas varios niños gestados por Koresh con varias mujeres
casadas y con sus maridos viviendo en la misma casa). El asedio de las fuerzas
de seguridad (en su mayoría de la ATF, con casi un centenar de efectivos,
siendo una de las mayores operaciones policiales de la organización) duró 51
días. Un convoy con 60 vehículos, tres helicópteros de la Guardia Nacional, un
avión de combate y varios blindados. Las estrategias iniciales fueron las de
intentar negociar vía telefónica pero Koresh les replicaba que no iban a salir
y que él era el Mesías y el Rey de Reyes y que estaban armados dentro con armas
automáticas. Después de provocar más miedo con la presencia de tanques y música
a todo volumen con la letra de Nancy Sinatra de que sus botas iban a pasarles
por encima, tampoco consiguieron que saliera nadie así que utilizaron el método
del gas lacrimógeno y ni por esas, ya que Koresh también tenía máscaras de
protección llegado el caso. Estaban muy bien preparados y aferrados a sus
ideas.
Koresh
se entera a través de la llamada de un familiar de una manera peculiar: un
cámara que viajaba en su coche se dirigía al lugar a grabar unas imágenes de un
supuesto séquito policial que viajaban rápidamente al rancho y preguntó a un
cartero de la zona que resultó ser cuñado de David Koresh, por lo que
rápidamente llamó a éste para avisarle y eso hizo que sospechara aún más de que
había un topo entre los suyos. La misma mañana del día del asedio un periódico
local publica una portada que iba a ser el detonante definitivo que iba a
acelerar las cosas: “El Mesías Pecador”, más otros artículos relacionados donde
se hablaba de la poligamia de Koresh y el supuesto abuso de menores que estaba
realizando (nunca se mostraron pruebas de esto) pudieron haber alertado a los
Davidianos que algo se avecinaba contra ellos. Un agente (Robert Rodríguez) se
infiltró en la secta y Koresh lo descubrió, pero no le hizo nada más que
dejarlo marchar. La versión oficial nos dice que los mismos miembros de la
secta se quemaron vivos dentro del edificio y que las fuerzas de seguridad no
pudieron hacer nada para salvar a esas aproximadamente 85 personas mezcladas
entre hombres, mujeres y niños y el líder David Koresh herido de una bala en la
cabeza cuando se encontró su cuerpo.
En
un documental llamado Waco, the Rules of
Engagament de 1997 se intentó analizar las diferentes perspectivas
involucradas, incluida, la de las muchas barbaridades cometidas y las diversas
teorías surgidas en torno a la tragedia. Posteriormente, Paramount Network produjo una miniserie de 6 capítulos llamada Waco
narrada por dos testigos principales: Gary Noesner, negociador del FBI, y David
Thibodeau, uno de los supervivientes de la secta. Documentos audiovisuales que
no dejaron con buena imagen a las actuaciones gubernamentales y policiales con
este caso. De hecho, el sheriff del condado de McLennan, Jack Harwell, declaró
tras aquellos hechos que los Davidianos no se merecieron tal castigo ya que
solo eran un puñado de ancianos, hombres, mujeres y niños de aspecto amable y
pacífico que a pesar de sus creencias religiosas tan extremas, no causaron daño
a la comunidad. Sobre la acusación de abuso de menores nunca hubo pruebas
reales, pero sí que hubo pruebas de esa forma de poligamia que promulgó Koresh
entre sus acólitos, de hecho, todos los matrimonios que entraban a la secta se
deshacían, y las mujeres pasaban a formar parte de la posesión de David Koresh.
Petición que se hacía en buenos términos.
Por
mucho que pasen los años, parece que a este caso no se le ha dado carpetazo. Y
es importante destacar lo ocurrido dos años después de esta masacre. En 1995, justamente
cuando se cumplieron dos años del ataque, un supremacista blanco y veterano de
guerra llamado Timothy McVeigh hizo estallar una furgoneta frente a las puertas
del edificio federal de la ATF Alfred P. Murrah en Oklahoma. Aquel ataque
provocó la muerte de 168 personas y según dijo el causante de aquello, lo hizo
como venganza por lo ocurrido en Waco. Así que, como pueden comprobar, después
de una enorme tragedia ocurrió otra, y luego…todo lo que conocemos. Parece que
una mezcla de ideales exacerbados, una cultura egocéntrica y una sociedad que
no condena el uso de las armas y de la violencia como se debiera crearon todo
esta tragedia, sin olvidarnos de la actuación política que como siempre lo
convierten en un voto más pero se pierden muchas vidas con ese voto.
Muchísimas. O también, por culpa de sus leyes establecidas ya que la Segunda
Enmienda establece que ni el gobierno federal de los Estados Unidos ni los
gobiernos estatales y locales pueden infringir el derecho a portar armas. Esta
ley, vendida como un hecho de libertad individual e imprescindible es lo que ha
vuelto a condenar una y otra vez a un país maravilloso e importante en el
mundo.
Seguimos
siendo víctimas de los errores de nuestro pasado y de tragedias como ésta no se
siguen sacando lecciones para mejorar. Dios bendiga América como grita uno de
sus himnos.
ENLACES:
Revista Enigmas nº 270 (páginas
28 y 29)
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