Las
películas de Jeepers Creepers (2002, 2003 y 2017) son una creación original del
polémico director Victor Salva donde nos cuenta la leyenda ficticia de un
monstruo con alas que mata a la gente y los devora.
Muchos
han intentado encontrar en la realidad algún paralelismo con el ser y se
encontró gracias a un misterioso asesinato ocurrido a principios de los 90 de
lo que en algunos foros se cuenta que Salva se inspiró.
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Esta
famosa canción de Harry Warren a comienzos de los años veinte obtuvo una
nominación al Óscar en el año 1938 como parte de una comedia musical llamada Going Places. 63 años después (en 2001), se utilizó en una
cinta de terror llamada Jeepers Creepers, dirigida por el polémico Victor
Salva, cuyo título no tiene una traducción literal pero los que la conocemos
sabemos que es una historia de un monstruo, de una especie de demonio con alas
que tiene esta leyenda propia contada en la película:
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Actualmente
hay tres películas de la historia de este monstruo del siglo XXI que de alguna
forma tiene alguna especie de poder sobrenatural o de mística muy parecida a la
que puede tener Freddy Krueger o Jason Voorhees, ya que es una mezcla de ambos
y su misión es alimentarse de seres humanos y aterrorizarlos. Las tres entregas
han ido de más a menos debido a que es una película hecha para asustar a adolescentes
de principios del siglo XXI y ya a partir de la tercera, que se estrenó en
2017, los delitos de su director condenaron esta historia un poco al olvido. Y
es que Victor Salva ha sido condenado por abusos sexuales y varios delitos a
menores.
Curioso
que Francis Ford Coppola apostara por esta historia, se convirtió en el
productor de la primera película y fue uno de los grandes valedores de este
director ya censurado por la industria de Hollywood debido a los delitos que ha
cometido. Y es que no es para menos las fechorías que ha cometido el realizador
ya que con 29 años (en pleno rodaje de su cinta Clownhouse) abusó sexualmente
del joven actor Nathan Forrest Winters con solo 12 años, y para colmo, no se le
ocurre otra cosa que filmar aquel acto tan vil. Su historial está lleno de
cargos similares a este, cargos por obscenidad e incluso adquisición de
pornografía infantil.
Aparte
de esas fechorías cometidas en su vida privada, Salva hizo una creación
bastante original del verdadero protagonista de sus películas cogiendo quizá
distintos mitos antiguos de los aztecas y darle esa importancia al tiempo como
su debilidad, ya que solamente puede estar despierto durante 23 días, cada 23
años. Una vez pasado ese tiempo, queda inerte como en la forma de un espantapájaros,
imagen que muchas veces también se ha convertido en terrorífica en esos
cultivos de maíz más propios de los campos norteamericanos que han dado para
muchas historias y leyendas tipo ‘creepy’.
Pero
la historia de esta cinta también se ha relacionado con otra que sí fue real a
principios de los 90 en Estados Unidos.
Dos hermanos
que viajaban en carretera fueron testigos de cómo un hombre estuvo como
ocultando el cuerpo de un ser humano y cuando los hermanos se percataron de
ello mirando desde dentro del coche, éste comenzó a perseguirlos varios
kilómetros por la carretera hasta que fue atrapado por la policía.
Aquel
individuo era Dennis DePue que le arrebató la vida a su mujer tras pedirle el
divorcio en el condado de Michigan, posteriormente, trató de ocultar su cuerpo
detrás de una escuela abandonada hasta que fue visto por esos dos hermanos.
Esta es la
historia que se cuenta en casi todos los foros de Internet y que relacionan de
alguna manera con la película debido a que sus escenas iniciales son parecidas
al caso. Caso que fue contado en el famoso programa ‘Misterios sin resolver’ en
marzo de 1991 con esas escenas del asesinato recreadas de manera ficticia en el
programa y que según se cuenta en la red de redes, cuando DePue las vio, se
suicidó.
Diez años
después, el director Victor Salva saca esa película y muchos piensan que
utilizó ese caso como inspiración para la historia de su demonio, aunque éste
nunca lo mencionó.
Sea realidad
o sea ficción, las historias de terror siempre tienen una base real, que da
incluso mucho más miedo que lo representado.
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