En
esta sección, última de la temporada en el programa El Sol Sale por el Oeste de
Canal Extremadura Radio, analizamos lo que puede ser el devenir en el futuro
distópico que nos presentó hace 20 años la película Gattaca y la discriminación
genética.
Ahora,
con la pandemia de Covid-19 se están viviendo momentos parecidos que quizá no
lleguen a ser idénticos pero de alguna manera el 'pasaporte inmune' ya está
siendo controlado por muchos países a través de la tecnología.
Facebook:
EL SECRETO DE LA CAVERNA
Twitter:
@Secreto_caverna
Correo:
elsecretodelacaverna@gmail.com
Web:
www.elsecretodelacaverna.es
Durante
el tiempo de cuarentena en esta pandemia hemos acudido a recordar algunas
películas del pasado que vaticinaron de alguna forma esta situación que hemos y
estamos viviendo. Hemos recordado películas como ‘Outbreak’ (‘Estallido’, de
1995 con Dustin Hoffman en el papel protagonista) o ‘Contagio’ (siendo una de
las más vistas, del año 2011). Pero hay una de 1997 que también se está
volviendo a ver justo cuando este año cumple 20 años de su estreno: Gattaca.
Gattaca está considerada una historia de
ciencia ficción de culto que viéndola ahora ya no parece tan ciencia ficción,
porque algunos de los postulados de esa cinta dirigida por Andrew Niccol y
protagonizada por Ethan Hawke nos enseñó como en un futuro quizá no tan lejano
se tuviera muy en cuenta la genética de un ser humano que naciera y se
desarrollara sin problemas de ningún tiempo y así seríamos una raza sin
debilidades genéticas, por ejemplo, sin miopía o sin enfermedades cardíacas
como tiene el personaje de Hawke, Vincent Freeman. Y ahora parece que algo
similar al enfoque de esta cinta está sucediendo o podría suceder con el
Covid-19 en el que el pasaporte de la inmunidad podría ser el mayor factor para
una persona de viajar a un país a otro o incluso encontrar un trabajo mejor.
Es
decir, si los contagios siguen yendo a más como parece que están sucediendo no
nos debería extrañar que en algún momento se patente algo como el ‘certificado
de inmunidad’. De hecho, es algo que ya desde la comunidad de Castilla y León
se ha planteado a través de una app
donde se registrarían las personas curadas del coronavirus que son las que
tendrían ese “carné de inmunidad” o “carné de vacunaciones” (según palabras de
la consejera) para poder moverse libremente por el mundo ya que al haber
superado la enfermedad no habría riesgo de que contagie a nadie más. Así que,
si esta pandemia no se frena en algún momento de este año y el virus sea parte
de nuestras vidas por mucho tiempo pues de alguna manera los gobiernos del
mundo prepararán alguna estrategia para identificar a esos inmunizados y los
expuestos a contagio. De hecho, ya se está haciendo al momento de esta
publicación.
Viendo
que los test serológicos son caros para una gran parte de la población, y
siendo el único método de detección… por eso la tecnología está marcando la
hoja de ruta, como así ha sido en Singapur, donde se desarrolló una de las
primeras aplicaciones de diagnóstico del número de infecciones y por ello al
principio de la pandemia se convirtieron en un ejemplo de una ciudad con pocos
fallecidos y contagiados.
En
la Comunidad de Madrid también se desarrolló a partir de la primera semana del
confinamiento una web app que se
llamó coronamadrid.com que se dedicó
precisamente a informar y detectar el virus a través de los contagiados y
personas que ya lo habían pasado.
El
‘Efecto Gattaca’
Ethan Hawke, Uma Thurman y Jude Law protagonizan esta cinta de 1997 con un futuro distópico que ha sido estudiado muchas veces. |
El
futuro distópico que nos presenta la película de Andrew Niccol es clave para
entender cómo una sociedad que siempre va a ser imperfecta va a tener muy en
cuenta el perfeccionismo superficial. Y eso es algo que vemos continuamente en
los anuncios de televisión, en los presentadores, los famosos, etc. etc. Es
decir, el genoismo siempre va a ser importante como lo ha sido desde los
tiempos en los que vivíamos en las cavernas. Al final, si queremos que nuestra
raza se preserve mucho mucho tiempo, hay que conservar los mejores genes.
Y
la palabra genoismo no es una
invención sintáctica. Es un –ismo que deriva del concepto genismo el cual
define que las características y capacidades humanas están determinadas por
genes. Aquí de lo que hablamos es de discriminación genética, algo que de
alguna manera ha ocurrido siempre en nuestra sociedad y que a partir de esta
pandemia del Covid-19 podría aumentar esa manera en el que las personas son
tratadas de manera diferente por una mutación genética y del riesgo de que esos
individuos causen más trastornos hereditarios en las futuras generaciones.
De
todo esto salió una ley que en Estados Unidos se aprobó el 21 de mayo de 2008
durante la administración del Presidente George W. Bush y confirmaba que esa
discriminación genética no la podían ejercer los empleadores para realizar
despidos, contrataciones, inserciones laborales o ascensos. Es decir, la
información genética es de cada uno y es privada, no puede ser utilizada con
tal fin. Pero obviamente cada ley tiene sus lagunas y sus juegos picarescos y a
partir de ahí en el país estadounidense se produjeron muchos problemas con los
seguros médicos.
La
lista de personas que están en riesgo de discriminación genética son muchas
porque son muchos los factores a tener en cuenta como los genes que están en
riesgo de padecer una enfermedad, portadores de genes con enfermedades
recesivas, personas con parientes cercanos y los portadores de anomalías
cromosómicas. Al final, esa doble hélice descubierta por Watson y Crick es la
base para entender cómo funcionamos por dentro, y cómo nos desarrollamos a
través de esos genes que son muy importantes para el devenir de nuestra
especie. Pero el ADN (formado por las proteínas que dan origen a la palabra Gattaca: adenina, guanina, citosina y
timina), como una información esencial para entendernos por dentro, se utiliza,
al igual que la información periodística como objeto de manipulación y tráfico
de datos para un beneficio concreto.
Y
toda esa base científica, Andrew Niccol la convirtió en la historia que dio
vida a Gattaca y de esa manera sacó a la palestra el genoismo y el determinismo
genético como debate filosófico y científico que se ha dado, se está dando y
puede que se de. Ya lo hizo con la genial El
show de Truman, donde nuestra vida parece un show televisivo a diario y así
ha sido durante la pandemia de covid-19 como algunos creen.
El
transhumanismo es algo en lo que se está trabajando con proyectos tan
diferentes pero en la línea de conseguir que consigamos la “máquina humana
perfecta”, ya sea a través de Inteligencia Artificial (IA) o a través de
modificarnos a nosotros mismos como ocurre en Gattaca que las personas “válidas” nacen ya modificados
genéticamente para que no sean obesos, ni calvos, ni desarrollen ninguna
enfermedad ni física ni piscológica; y esos son los que serán tomados en cuenta
en proyectos tan importantes como viajar a otros planetas a colonizarlos o los
mejores puestos en las empresas importantes. En cambio, los nacidos de manera
natural solo podrán acceder a puestos menores y no podrán realizar sus sueños
más ambiciosos como le ocurre al bueno de Vincent que por ser un “natural”, no
puede realizar su sueño de viajar al espacio. Al final, igual que la Eutanasia
es objeto de debate ético y solo utilizado en ciertos casos especiales, la Eugenesia nacerá quizá con el mismo
debate.
¿Se
hará real esa distopía de la película? ¿Al final primarán siempre los objetivos
económicos que los objetivos de salud?
El gran dilema de Vincent Freeman (Ethan Hawke) era el cómo podría realizar su sueño sin tener las capacidades genéticas que se pedían para hacerlo. Gatta, 1997, dirigida por Andrew Niccol. |
ENLACES
0 comentarios:
Publicar un comentario