En
este dossier hago una especie de homenaje-resumen a la historia del ser humano
en busca de ese contacto deseado con otras civilizaciones extraterrestres.
Utilizando
la famosa novela de Carl Sagan y su posterior adaptación en película os cuento
algunos de los últimos avances en materia de descubrimiento de señales, los
intentos pasados, la señal Wow y el estado de la cuestión en cuanto a las
estimaciones de encontrar algún día ese ansiado contacto con una especie
avanzada más allá de las fronteras de nuestra galaxia.
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Un año antes del estreno de esa película dirigida por Robert Zemeckis el gran
astrónomo dejaba este mundo y comenzó su camino hacia esas estrellas y hacia
ese Universo del que nunca despegó su mirada ni su objetivo profesional, ¿qué
hubiera pensado él de esa cinta? Después de 23 años de su estreno y su novela inmortal que sirvió de base, uno quiere
ahondar algo más sobre el eterno debate de qué hay más allá de esas estrellas.
Y es inevitable verlo desde dos ámbitos muy distintos, muy enfrentados durante
siglos pero que en esta historia Sagan dio esperanzas, porque las unió. La
Ciencia y la Religión complementándose en la fe de creer que algo hay, que no
tiene por qué ser tan desconocido como creemos, que puede ser parte intrínseca
de nuestras vivencias y de nuestros sueños y que viaja años luz como ese
mensaje que la humanidad siempre ha querido transmitir a aquella civilización
que en algún momento nos responderá, y que en el momento en que nos salude nos
daremos cuenta de verdad que nunca hemos estado solos en este bonito Universo.
La
astrónoma Jill Tarter dijo una vez: “Recién
comenzamos a explorar el universo. El siglo XX fue el siglo de la física. Yo
estoy convencida de que el siglo XXI será el siglo de la biología más allá de
la Tierra”. Esta mujer fue una de las fundadoras del instituto SETI (Search for Extra Terrestrial Intelligence)
y desde el año 2012 está jubilada y apartada de ese programa de búsqueda de
inteligencia extraterrestre que promovió de cierta manera Carl Sagan gracias a
sus estudios e investigaciones astrobiológicas. Fijaos hasta qué punto esta
mujer fue tan importante en esa organización que el mismo Sagan se basó en ella
para encarnar el personaje de Eleanor Arroway, nuestra querida ‘Ellie’ tanto en
el libro como en la película es esa mujer inquieta que cree en ese sueño, y que
en un mundo dominado por los hombres ella es ignorada, y sus avances en materia
de ese contacto con otros mundos, no son tenidas en cuenta. Era otro tiempo, no
muy lejano, pero otro tiempo en los que más que centrarnos en las mentes que
crean y que investigan, nos fijamos más en lo que son por fuera. Pero muchas
veces, a codazos aunque sea, se consigue ese reconocimiento y ahora Jill Tarter
disfruta de su jubilación a la edad de 76 años cuando hace ocho dejó el
proyecto que ella impulsó con garra y con mucho entusiasmo como bien nos mostró
Ellie en la cinta Contact.
Su
largo tiempo pegada a esas enormes antenas quizás le llevó a muchas
reflexiones, seguramente religiosas a la par que científicas. La religión tiene
mucho que ver en estos procesos aunque no lo parezca, esa creencia, esa fe,
esas historias de que hay algo más allá aunque tenga otro nombre u otra
leyenda, es algo que el mismo Carl Sagan lo pensó muchas veces. Una vez
jubilada Tarter, llega a decir “Buscar
señales extraterrestres es más difícil que buscar una aguja en un pajar, y el
pajar cósmico es enorme”. Y así es. No ha sido tan fácil como se nos ha
contado ni tan difícil como parece haberse mostrado porque el reto sigue
estando ahí, si algún día habrá contacto con alguna civilización. Pero en este
mundo dominado por el poder del dinero, la ciencia no se escapa de ello y a
veces se estanca cuando no llegan los fondos deseados, y eso es lo que le ha
pasado al instituto ubicado en Mountain View (California). La historia de SETI
es muy larga y está llena de momentos informativos muy buenos, seguramente esos
pioneros las podrían contar en numerosos libros y en entrevistas pero lo que sí
dijo en su momento Tarter, y eso seguramente lo aplaudiría Carl Sagan por lo
profunda de esa reflexión es “si se
llegara a detectar una señal, cambiaría todo. El descubrimiento de vida
inteligente más allá de la Tierra erradicaría el sentimiento de soledad que ha
invadido a nuestra especie desde el comienzo”.
-
Y
desde el pasado 11 de junio de 2020 surgió una noticia muy interesante que sería
curioso conocer la postura de SETI si hubiera seguido su programa. Para ello,
tenemos que hablar de las FRB (Ráfagas Rápidas de Radio) que son extremadamente
débiles y cortas, apenas un pulso fugaz que dura unos milisegundos y que se ha
convertido en un extraño fenómeno que ha sido protagonista hace apenas unos
días porque se llegan de algún lugar del Universo y se activan cada 157 días como
así lo han detectado esos aparatos de escucha de señales del exterior. Aunque
de momento se sigue estudiando, esta nueva muestra de “contacto” que llega del
espacio ya ha alimentado las teorías de que sea un mensaje procedente de alguna
civilización avanzada, o que simplemente el ruido de dos estrellas chocantes,
pero sea la teoría que sea, es fascinante. Y es fascinante porque la única
certeza que tienen ahora mismo los expertos que están estudiando estas señales
es que son de naturaleza extragaláctica.
Y
es que una de las principales características de estas FRB es que son emisiones
rápidas, se manifiesta en tiempos cortos como una pulsación, pero al
manifestarse en ese período largo de más de cien días es lo que tiene a los
científicos todavía en vilo. De momento, según la Royal Astronomical Society “no hay ningún patrón subyacente en la
repetición que explique el fenómeno”. Es decir, es todo un misterio para el
mundo de la astronomía. Ya en el mes de febrero de este mismo año (según nos
cuenta el portal xataka), los
astrónomos descubrieron una señal que llegaba cada 16 días. Concretamente se
registraba durante 4 días y 12 días no había rastro de ella. Pero esta que se
repite cada 157 días tiene algo misterioso en su forma de repetición. Se
registró por primera vez en 2012 por el radiotelescopio de Arecibo en Puerto
Rico y ha sido bautizada como FRB 121102, una onda de radio rápida que utiliza
el patrón de llegada de 90 días y luego se mantiene en silencio durante 67
días; de esta forma, se completan esos 157 días como carta de presentación de
esta señal o fenómeno cósmico del espacio profundo que sigue siendo estudiada
por los científicos astrónomos.
Hay actualmente 100 casos documentados de este tipo de señales que algunas fueron detectadas rápidamente y se aclaró su origen pero esa no, ¿y no os parece curioso cuanto menos que precisamente este año con la cantidad de cosas que están ocurriendo en este mundo llegue una señal de este tipo de algún lugar del cosmos y nos desconcierte? No trato de especular nada sino simplemente de adherir este fenómeno a otros muchos que se están convirtiendo en un misterio dentro de nuestro planeta. Puede que al final todo quede en anécdota, pero la esperanza de que sea algo excepcional sigue estando ahí y no hay motivo de atacar a aquellos/as que lo desean. Ese patrón cíclico de esta señal es lo que está siendo estudiado en estos momentos para esclarecer por qué motivo se manifiesta de esa manera, qué es exactamente. El Universo siempre nos ha emitido señales, y por eso, se creó en su momento programas de investigación como los del SETI para estudiarlos. Sigamos con el “contacto”.
Si
yo les preguntara ahora, ¿cuántas galaxias se imaginan que existen? ¿Cuántas nos
han confirmado qué existen? ¿Cuántas creen los científicos que están por
descubrir aún? Seguramente pensarán en una cifra de miles, cientos de miles,
millones, infinitas…. ¿por qué no? ¿Y si en verdad viviéramos en un universo
que es infinito en su esencia de vida y que no hemos dado con esa pequeña parte
de ella? Estos planteamientos, que están repletos de postulados filosóficos, es
lo que se llama ‘La paradoja de Fermi’. Enrico Fermi, fue un físico italiano,
cuya vida la dedicó precisamente a hacer cálculos: sumar, restar, multiplicar,
dividir, estimar, en definitiva, calcular. Todos en nuestra vida, de una u otra
forma, nos dedicamos a hacer cálculos. Nuestro día a día está lleno de números.
Las matemáticas son el lenguaje universal, no es el lenguaje definitivo ni el
que acierta muchas veces, pero es el que Fermi utilizó durante su vida y que
creó esa teoría que se convirtió en una auténtica paradoja. Un personaje que se
dedicaba expresamente a los números, a hacer estimaciones por ejemplo de
cuántos pelos tenemos en la cabeza de promedio, cuántos afinadores de piano
puede haber en tu ciudad, estimaciones aproximadas o no pero que deben hacerse
en un momento de la vida y de la historia. Todos nos hemos hecho preguntas,
seguramente, en la que buscamos una cifra o una estimación. Pues bien, este
italiano tenía esa cabeza tan privilegiada y le llamó muchísimo la curiosidad
de la vida extraterrestre. Y antes de fallecer en el año 1954, no se le ocurre
otra cosa que hacer uno de sus últimos planteamientos matemáticos tan polémicos
y extraordinarios que han existido, cuántas veces nos habrían visitado
civilizaciones extraterrestres.
Y
Fermi planteó cinco puntos para llegar a ese cálculo. Son:
· Tenemos unas cien mil millones de estrellas en nuestra galaxia. Muchas de ellas serán similares a nuestro Sol y muchas de estas serán mucho más viejas que nuestra estrella.
· Seguro que algunas de esas estrellas tienen planetas que pueden soportar vida.
· En muchos de esos planetas con vida se darán las circunstancias y características de estabilidad que hayan permitido el desarrollo de vida inteligente.
· Algunas de esas civilizaciones habrán sobrevivido en el tiempo y habrán avanzado tecnológicamente tanto como para afrontar viajes espaciales.
· Aunque no se puedan mover a la velocidad de la luz ni superior, han tenido el tiempo suficiente de llegar a la Tierra.
Enrico
Fermi murió antes de realizar este cálculo. Una lástima, porque hubiera sido
muy interesante y quizás muy revelador para esa época el descubrir esa
estimación aproximada. Todos esos planteamientos, todos esos postulados y
curiosidades llegaron a los inicios del SETI. Todos esos cálculos fueron la
base para crear esos primeros telescopios observadores, esa materia llamada
Astrofísica que ha creado y sigue creando perfiles profesionales cada vez más
consultados. Y eso es bueno. Porque el estudio del Universo y de toda la
materia que lo contiene (incluido la vida) es algo que aún nos es un Misterio y
cada vez estamos más preparados para dar más el salto y descubrirlo, porque los
avances continúan. Obviando el caso de Nikola Tesla como uno que fue de los primeros
en diseñar un dispositivo para contactar con otras civilizaciones a través de
las ondas de radio (y ya saben que sobre Tesla ha habido mucha censura y mucha
ocultación, pero fue uno de los primeros), nos tenemos que ir a la década de
los setenta que es cuando comienzan las primeras observaciones reales y los
primeros lanzamientos al espacio de esas señales. Años 70, plena carrera
espacial, con ese acontecimiento de 1969 que algunos creen que fue así y otros
no, pero desde entonces, esa curiosidad por lo que hay en el espacio es máxima
y los recursos de los gobiernos se multiplica. Una década de muchos
avistamientos, de nacimiento de periódicos y titulares sobre ovnis que crearon
a los nuevos investigadores. Pues un 16 de noviembre de 1974, un astrónomo
llamado Frank Drake se convierte en ese primer ser humano del siglo XX en
intentar escuchar lejanas señales de civilizaciones extraterrestres y el
primero en enviar un mensaje al cúmulo de estrellas M13 desde el
radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico. Este hombre que ahora ha superado
los 90 años y que tiene su propia ecuación para calcular la probabilidad de
cuántas civilizaciones extraterrestres existen en nuestra galaxia (conocida
como ‘ecuación de Drake’), sigue siendo el presidente emérito del instituto
SETI desde 2003 fue uno de los pioneros en el proyecto ya que además fue el
creador del Proyecto Ozma en 1960, uno de los primeros programas de búsqueda de
vida extraterrestre. Él fue el primero en transmitir un mensaje codificado
hacia el espacio profundo en forma de ondas electromagnéticas que aún está en
ese proceso de llegar al cúmulo globular de Hércules, donde los científicos
creen que podría existir vida inteligente, pero ese mensaje no llegará hasta
dentro de 25 mil años.
Imágenes de luz vacilante
que bailan frente a mí
como un millón de ojos
me llaman y me llaman a
través del universo.
….
Sonidos de risas,
sombras de la tierra
vienen a mi mente
incitándome e
invitándome
Infinito e inmortal amor
que brilla a mi alrededor como un millón de soles
que me llaman y me
llaman a través del universo
The
Beatles, pudieron presumir de que fueron la única banda de música que mandó una
de sus canciones al espacio. Pero hasta el año 2439 no llegará esta canción al
completo a la estrella Polaris. Quién sabe si por entonces un grupo muy
conocido a nivel internacional que tuvo un final triste, es capaz de que su
música sea descifrada y captada por alguien. De momento, ahí va, cruzando el Universo
junto a más de una decena de mensajes y saludos emitidos de distintas formas
hacia los confines del cosmos. ¿Quién los captará?
Hay
que decir que esta manera de mandar mensajes a las estrellas no siempre fue
aceptada por la comunidad científica. Por ejemplo, el físico Dan Werthimer,
jefe científico del programa Seti@home, dijo que enviar mensajes a las
estrellas es un error ético porque “no sabemos las intenciones de las
civilizaciones extraterrestres. Pueden ser más avanzadas que nosotros y querer
conquistarnos. Cada intento de comunicación pone en riesgo a siete mil millones
de personas. No creo que un pequeño grupo de astrónomos deben decidir”.
Hasta
la fecha en la que se ha realizado este dossier, no se ha detectado ninguna
señal de claro origen extraterrestre por el programa de búsqueda de
inteligencia extraterrestre, SETI. Desde sus comienzos a principios de los 70
mucha gente puede pensar que esto ha sido una decepción. Ahí ha estado también
el programa SETI@home que ha estado contribuyendo bastante a la búsqueda estos
últimos años con 19 000 millones de horas en computadora gastadas por 5
millones de usuarios en más de 200 países que han participado en este programa
a nivel remoto y que en este 2020 se anunció el final del proyecto. Seth Shostak,
uno de los astrónomos más veteranos del proyecto SETI, estimaba en 2004 que
esperaba encontrar señales concluyentes de contacto extraterrestre entre 2020 y
2025. Si son verdaderos sus cálculos podríamos estar perfectamente cada vez más
cerca. Pero, ¿qué os parece si recordamos aquel fascinante caso de la señal
‘Wow’? ¿Se acuerdan?
La
historia de este sonido quizás es corta, pero contundente. Muy cercano a esos
estruendos de la película ‘Contact’, un 15 de agosto de 1977 (sobre las once y
cuarto de la noche), el radiotelescopio Big Ear de Ohio recibió una señal de
origen desconocido procedente de la constelación de Sagitario. Con una duración
de 72 segundos y una intensidad 30 veces superior al ruido de fondo, así es
como se registró esta mítica señal que recordamos.
-
Una
señal que quedaría registrada en la computadora del observatorio en una sección
de papel continuo diseñada para tal efecto y que unos días después, un joven
voluntario llamado Jerry R. Ehman descubrió cuando revisaba los últimos
registros de aquella computadora dejando esa palabra utilizada en el lenguaje
coloquial americano de sorpresa: Wow!.
Y desde entonces se ha convertido en la señal más intensa que hemos registrado
hasta ahora, aunque tiene su explicación.
Porque
imagínense el impacto que tuvo que ser para la ciencia que en esa década de
finales de los 70 llegara una posibilidad clara de alguna civilización
extraterrestre que quería ponerse en contacto con la Tierra. En 2016-2017, se
propuso que el origen de ese sonido fuese producido por el paso de un asteroide
por el sistema solar. El 266P/Christensen o el P/2008 Y2 fueron descubiertos en
2006, por lo que no se contemplaron durante las investigaciones de la señal.
Así que la explicación dada por el momento con esos dos astros como
protagonistas es que las nubes de hidrógeno que tenían a su alrededor
provocaran esa señal que quedó bautizada como “señal Wow!”. Sin embargo, tal
conclusión todavía está creando mucho debate entre los expertos. El descubridor
de la señal, siempre ha expresado sus dudas de que la señal pueda tener un
origen extraterrestre. Textualmente dijo: «deberíamos
haberla visto de nuevo cuando la buscamos más de cincuenta veces; algo me
sugiere que se trató de una señal con origen terrestre que simplemente fue
reflejada por algún pedazo de basura espacial». Sea lo que sea, es uno de
los principales misterios de la ciencia alrededor del contacto extraterrestre.
Lo mejor será quedarnos con la expresión de su descubridor.
Volviendo
a la esencia de aquella película. Contact
fue la adaptación de la única novela escrita por Carl Sagan, y el director que
la llevó a cabo fue Robert Zemeckis, uno de los alumnos aventajados de Steven
Spielberg. Qué curioso que aquel mismo año otro éxito de taquilla tuviera el
tema de los extraterrestres de fondo aunque de una manera un poco más cómica: Men in Black. Y un año antes tuvimos la
risoria Mars Attacks como esa típica película de invasión pero con un enfoque
claro en la forma de comunicarnos con, en este caso, los marcianos. Por culpa
de una neumonía, Sagan no pudo ver realizada la película que tiene muchas
diferencias con la novela. Nunca sabremos cuál hubiera sido la opinión del
genio y creador de la serie Cosmos,
pero sí que nos dejó una frase para el recuerdo y que resume muy bien tanto su
historia escrita como la que se hizo en película: “Si estamos solos en el universo, cuánto espacio desperdiciado”.
Una
frase que se ha tomado como el mantra ideal de aquellos/as que creen que no
estamos solos, y que además, nos visitan. En las últimas décadas y sobre todo
en los últimos años, nos asombramos más que con los descubrimientos que se
están haciendo sobre el cosmos, de las declaraciones de algunos personajes que
han sido parte de la historia astrofísica del ser humano. Edgar Mitchell, por
ejemplo, el sexto hombre en pisar la Luna, no ha dudado en decir públicamente
que los extraterrestres existen, que nos visitan, y que los gobiernos del mundo
ocultan esa información. "Sucede que
he tenido el privilegio de estar al tanto del hecho de que hemos sido visitados
en este planeta y el fenómeno OVNI es real", eso es lo que dijo el ex
astronauta en el año 2008 cuando tenía 77 años. Cuando fallece en 2016 muchos
se quedaron con aquellas declaraciones tan polémicas que dieron la vuelta al
mundo. Hombres que han viajado al espacio hay muchos y cada uno tiene su
opinión, pero no dejan de ser científicos. Mitchell estuvo convencido en que el
fenómeno OVNI era real y que solo unos pocos habían sido informados del hecho
de esa veracidad. Otro personaje importante como Robert Bigelow, diseñador de
módulos inflables de la Estación Espacial Internacional, también ha sido
contundente con la afirmación de la existencia extraterrestre en nuestro mundo.
Y él dijo hace apenas tres años que no había que ir a ningún sitio para
encontrarlos. Es decir, aquí tenemos dos personajes con historias tremendas
ligadas a la ciencia y a los viajes espaciales que no les importa dar ese tipo
de declaraciones que por la condición que tienen son importantes. Puede que se
equivoquen, pero también puede ser lo que muchos dicen que “quieren llamar la
atención”. Se puede llamar la atención de muchas maneras, pero, ¿en serio que
ésta es una de ellas? ¿Cuánto de verdad saben ellos? Puede ser una cuestión
subconsciente y de creencia propia, pero ahí lo dejaron. Hace cuatro años, un
grupo de científicos de la Universidad de Cornell presentaron un trabajo
estadístico presentado en una reunión de la Sociedad Astronómica Americana
donde revelaron que no se prevé un contacto con alienígenas antes de 1.500
años. Una vez más, tenemos que tener en cuenta la famosa ‘Paradoja de Fermi’
que ha sido ya explicada, pero también con el sentido común de las infinitas y
numerosas posibilidades que nos ofrece el Universo. Todo es una cuestión de
números, cálculos de ecuaciones, y casi que también, podemos decirlo, de azar.
¿Por qué no? Por eso, que ciertos personajes lancen esos órdagos sobre la
existencia o no puede que causen molestia a los más escépticos y fascine a los
más crédulos pero eso es también como si lanzáramos una aguja al aire y cayera
en algún lugar del planeta a quien podría pinchar. Lo mismo puede pasar con ese
futuro contacto. ¿Conseguiremos algún día que ese mensaje lo detecte alguien?
El
cantante británico Robbie Williams es otra de esas celebrities que se han ganado el papel de ser extravagante por
ciertas declaraciones en las que ha dicho que ha sido “abducido”, que ha tenido
varias experiencias del tercer tipo con seres de otros mundos y una de esas
experiencias ocurrió justo cuando terminó de escribir esta canción llamada
ARIZONA, donde precisamente habla de una abducción alienígena. Cuenta que una
luz penetró en su estudio y que posteriormente salió de él mientras el cantante
y sus amigos observaban la escena, desconcertados.
Stephen
Hawking ya advirtió en vida, que si seguimos mandando constantemente señales de
nuestra existencia al espacio en busca de ese contacto extraterrestre, podrían
convertirse en nuestros peores enemigos. Por eso, aseguró, es mejor esconderse.
Aunque
el estimado Stephen Hawking tuviera ese pensamiento un poco cobarde sobre la
humanidad y otros como Robbie Williams tienen esa mente abierta hacia lo que
hay ahí fuera, la clave siempre ha estado en creer o no si estamos solos ante
tanto astro. Esa es la incertidumbre y uno de los grandes objetivos de la
humanidad. Somos como gran parte de un laberinto enorme y astronómico en el que
no encontramos o no llegamos a la fiesta que se celebra en el centro de él con
formas de vida que nos esperan y quieren conocernos. Tantas paradojas, tantas
creencias, tantas observaciones, tanta espera, tan incompletos parecemos ante
ese contacto, que no llega.
Volviendo
a la famosa ecuación de Drake, la única dedicada a calcular ese número de
civilizaciones inteligentes posibles en nuestra galaxia, ha sufrido múltiples
revisiones con distintos resultados. Al final, sus cálculos se centraron en
cifras que informaban sobre el ritmo de formación de estrellas adecuadas para
la vida, el número de planetas en la zona habitable y factores como "la
aparición de vida" o "la aparición de vida inteligente". Esa
ecuación lleva con nosotros desde 1960, y Frank Drake fue el fundador del SETI,
así que su importancia nunca se ha puesto en duda, pero las ecuaciones (como
pasa con los textos o con la pintura) deben ser interpretadas. Y unos analistas
científicos de la Universidad de Oxford se atrevieron a publicar hace más de un
año (2019) ciertos cálculos revisados de esa ecuación para llegar a una
conclusión muy distinta a la inicial. Indicar esa interpretación en esta
exposición sería harto complicado porque tendríamos que hablar de muchos
números que no entenderíamos. Pero la conclusión fue más o menos clara: estamos
solos, pero debemos seguir buscando.
Lo
correcto de esa afirmación es esa: aún no hemos visto a nadie (oficialmente,
que sepamos). Puede que nadie se haya percatado de nuestra presencia, como
ocurre con esas pequeñas hormigas que trabajan y viven bajo nuestro subsuelo y
desconocemos lo que verdaderamente hacen. Puede que seamos observados desde la
distancia, cual Show de Truman o como un zoo en el que analizan nuestro
comportamiento animal. También la teoría de la simulación informática ha sido
puesto sobre la mesa por científicos como Nick Bostrom (https://www.youtube.com/watch?time_continue=23&v=nnl6nY8YKHs&feature=emb_title) o Anders Sandberg, que en 1999,
planteó la posibilidad de que quizá las civilizaciones avanzadas
tecnológicamente prefirieron construir gigantescos ordenadores tan grandes como
los propios planetas, para de esta forma llamarlos “cerebros Júpiter”. Otro
científico, Robert Bradbury recogió esa idea y mencionó los “cerebros
matrioshka” (esa conocida muñeca rusa que guarda una más pequeña dentro de ella
y así consecutivamente). Algo que me recuerda a esta escena de la película
‘Lucy’:
-
El
tiempo. Nuestra vara de medir en todo proceso humano. Inclusive, el contacto.
Muchos pronósticos debidos al tiempo que tardaremos en llegar a otros mundos y
contactar, al fin, con ellos. El tiempo juega a nuestro favor pero a la vez
también en contra por el proceso que tiene llevar el que podamos enviar una
señal hacia otras galaxias. Señales que ya comenzaron a enviarse en los años
70, cuando la NASA lanzó las sondas Voyager 1 y Voyager 2 con bastantes datos
encriptados sobre el planeta Tierra, incluyendo mapas detallados sobre la
distribución y cualidades del Sistema Solar. Y por ahí seguirá pululando esa
información en el espacio esperando a que alguien lo capte. De hecho, Nadia
Drake (la hija del famoso Frank Drake, el de la ecuación) ha llegado a advertir
que si esa sonda es interceptada alguna vez por alguna civilización
extraterrestre, les daríamos muchas pistas importantes sobre la ubicación y
forma de nuestro planeta lo que podría conllevar a un ataque o invasión.
Obviamente, el pensamiento de la hija de uno de los famosos y mayores
científicos relacionado con el estudio e investigación de contactos con seres
extraterrestres no ve un panorama halagüeño, quizá llegando a lo paranoico. Es
más, un estudio publicado en febrero de 2018 elaborado por un científico
independiente alemán (Michael Hippke) y un profesor de Física americano (John
G. Learned) aconsejaron que cualquier señal de Búsqueda de Inteligencia
Extraterrestre debería ser examinada y “descontaminada” previamente, para
evitar daños mayores, porque ellos pensaron que es más fácil erradicar una
civilización entera con un mensaje malicioso que con una flota de invasión. Es
decir, que estos científicos creyeron que una posible amenaza informática
proveniente de una de esas civilizaciones tecnológicamente muy avanzadas podrían
causarnos muchos daños. Así que, como ven, hay riesgos de todo tipo ante el
mensaje o contacto que pueda llegar. ¿Ustedes qué creen?
Así
que, para ir finalizando con este dossier,
si nos remontamos de nuevo a ese año de 1985 cuando Carl Sagan publicó la
novela Contact, nos damos cuenta una
vez más de la tremenda mente que tuvo este hombre en creer que algún día ese
posible contacto entre humanos y otros seres más avanzados nos podría afectar
de una manera tal que cambiaría nuestra forma de reflexión y percepción del
mundo y del universo. No sabemos si por ahí habrá algún/a científico/a buscando
con ese ahínco con el que Jodie Foster busca en la película que recreó esa
novela en 1997, sea del SETI o de cualquier programa de investigación y búsqueda,
y nos queda claro que el lenguaje matemático y dificultad que supone estudiarlo
y aprenderlo son la clave para avanzar en muchos estudios y visiones más allá
de nuestras fronteras terrestres. Volver a traer las viejas teorías de Einstein
o de Newton, o los trabajos divulgativos que se han hecho, es bueno para
tenerlos de referencia y seguir apelando a la búsqueda.
ENLACES:
https://es.wikipedia.org/wiki/Contact_(pel%C3%ADcula)
https://es.wikipedia.org/wiki/SETI
https://es.wikipedia.org/wiki/Jill_Tarter
https://es.wikipedia.org/wiki/Carl_Sagan
https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/paradoja-fermi-y-existencia-vida-extraterrestre_14031
https://es.wikipedia.org/wiki/SETI
https://es.wikipedia.org/wiki/Se%C3%B1al_Wow!
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