En esta sección analizamos a través de un modelo presentado por un científico en los Países Bajos cuál podría ser la trayectoria y viaje de las míticas sondas Voyager 1 y 2 que salieron de nuestro planeta en 1977 conteniendo ambas los famosos Golden Records con cantidad de información precisa sobre nuestra especie, planeta y Sistema Solar con el objetivo de que algún día alguna civilización extraterrestre desconocida la descifre.
¿Se hará realidad? ¿O simplemente viajará por el cosmos sin que nadie nunca la descubra?
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Fue
un 5 de septiembre de 1977 cuando despegó la sondas Voyager 1 desde Cabo
Cañaveral, pero unos días antes (el 20 de agosto) fue su hermana la que ya
había sido lanzada y que se denominaría Voyager 2, ¿por qué se hizo esto? Según
cuenta el divulgador de astrofísica Daniel Marín en su blog personal de Naukas “la NASA consideró que era mejor reservar el numeral ‘1’ para la primera
nave que llegase al gigante joviano”. Estuvieron a punto de llamarse Mariner 11 y Mariner 12 pero finalmente se las llamó Voyager como una
descripción clara de cuáles iban a ser claramente sus misiones.
La
particularidad, y que además hace especial, a esta sonda es que contiene un
disco de cobre de 30 centímetros (Voyager Golden Record) de diámetro bañado en
oro con imágenes, canciones y sonidos de nuestro planeta que fue prácticamente
una recopilación a finales de los años setenta con lo mejor del panorama de
entonces y del pasado y que se denominó ‘Sonidos de la Tierra’.
Cuenta
Daniel Marín en su blog que:
La parte en audio
contiene un saludo en 55 idiomas -incluyendo lenguas muertas como el acadio o
el hitita-, 35 ‘sonidos de la Tierra’ -latidos, besos, risas o cantos de
ballena-, así como 90 minutos de música de todo tipo, desde Mozart hasta Chuck
Berry. Las 115 imágenes se grabaron en formato analógico, por lo que el disco
incluye las instrucciones para reconstruirlas. El disco se instaló en un
lateral de la nave y no en su interior, como pedían algunos para protegerlo
mejor de los micrometeoros. Los ‘Sonidos de la Tierra’ siguen siendo
actualmente el mensaje físico más elaborado que la humanidad haya enviado para
comunicarse con una posible civilización extraterrestre, aunque las
probabilidades de que algún alienígena pueda detectar alguna de las pequeñas
Voyager en medio del espacio interestelar es prácticamente nula.
Y
aunque puede que dentro no muchos años se queden sin energía, esos discos con
“nuestra” información quedará ahí pululando en el cosmos. Recientemente, un
candidato a doctorado del Instituto Astronómico Kapteyn en los Países Bajos
llamado Nick Oberg ha querido calcular junto a otro colega científico con
cuántas estrellas se podrán encontrar las Voyager en el largo camino que le
queda todavía por la galaxia.
Lo
que hemos sabido los últimos años sobre estas sondas es que la Voyager 1 entró
en el espacio interestelar en 2012 y la Voyager 2 también lo hizo en el año
2018. Ahora se sabe que están en los confines del Sistema Solar y que siguen
enviando señales a nuestro planeta pero también se sabe que se están quedando
sin energía y que esa información que nos llega puede que dentro de pocos años
se acabe, aunque eso no le quitará su largo viaje ya completamente desconocido
para nosotros que no sabremos con qué se encontrará.
Oberg,
lo que ha hecho es un estudio de los entornos por los que posiblemente volarán
ambas naves espaciales y con ello ha realizado un modelo con pronósticos de ese
viaje los Golden Records más allá de esa colisión que se ha pronosticado entre
la Vía Láctea y la vecina galaxia de Andrómeda. Y entre sus pronósticos
presentados además en una reunión anual de la Sociedad Astronómica
Estadounidense celebrada a nivel virtual:
·
Dentro
de 20 mil años terrestres, las Voyager no pasarán a través de la nube de Oort,
el caparazón de cometas y escombros helados que orbita alrededor del Sol a una
distancia de hasta 100.000 unidades astronómicas, o 100.000 veces la distancia
promedio entre la Tierra y el Sol, finalmente despidiéndose de su Sistema Solar
de origen. Y este punto Oberg lo considera interesante porque ahí la nave lo
que puede sentir es como una especie de atracción gravitacional de otras
estrellas con más fuerza que la del propio Sol.
·
Dentro
de 30 mil años, las naves se acercarían a una enana roja llamada Ross 248 que
posiblemente (quién sabe), podría tener vida alienígena (aunque no se sabe
mucho más sobre esta estrella tan lejana ya de nuestro Sistema Solar).
·
Dentro
de 500 millones de años y con la duda de si la humanidad y nuestro mundo
seguirán como estamos (que probablemente no), las Voyager habrán completado una
órbita completa a través de la Vía Láctea. Con esta friolera de millones de
años se tiene la creencia de que todavía los discos dorados sigan en buen
estado ya que se fabricaron precisamente con el pretexto de que duraran miles
de millones de años en el espacio ya que está protegido por una carcasa
protectora de aluminio pero también es un enigma qué efectos y condiciones
soportará en su viaje para entonces.
A
Oberg lo que más le preocupa es esa primera etapa cuando llegue a las nubes de
Oort, ya que con un solo impacto de solo una milésima de milímetro de diámetro
de polvo podría dejar un pequeño cráter vaporizado que con varios de estos las
naves podrían morir en ese enmarañado entorno. Y también tener en cuenta la
fuerza gravitatoria que tienen esas nubes y que podrían lanzar las naves hacia
otra trayectoria distinta.
Según
Oberg, los discos dorados podrían aguantar 5 mil millones de años permaneciendo
parcialmente intactos y con la probabilidad de que uno de las Voyager quede
ilegible.
Después
de esos 5 mil millones de años, se tiene previsto que la Vía Láctea chocará con
la galaxia vecina de Andrómeda y entonces y aquí sí que podría ser el final
definitivo de las Voyager porque podrían quedar atrapadas en la fusión.
Y
todo esto son probabilidades, cálculos, que pueden variar si las sondas pasan
por un sistema desconocido o nuevo que se haya formado dentro de ese espacio de
miles de millones de años. Pero si consiguen superar la fusión galáctica, y los
Golden Records soportan todas las colisiones de rayos cósmicos, moléculas de
energía y más fenómenos producidos en el Universo podría soportar todavía un
viaje de billones de billones de billones de años, hasta, dice Oberg al final
de su estudio, atravesar un cosmos completo.
¿Cuál será el destino de las Voyager? Nunca lo sabremos. Pero allá van.
ENLACES:
http://www.goldenrecord.org/#discus-aureus
https://www.space.com/predicting-voyager-golden-records-distant-future
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