El desastre nuclear Chernobyl ha vuelto a ser noticia en este 2021 no solo porque se han cumplido 35 años del suceso sino porque se ha detectado una nueva reacción de fisión nuclear desde la derruida central que tiene en vilo a los científicos que aún controlan lo que pueda pasar en esas ruinas.
Después del tiempo pasado, la vida sigue desarrollándose en la zona radiactiva sin seres humanos pero con numerosas especies que son estudiadas por cómo se han adaptado a un ecosistema propiciado por el desastre nuclear de 1986.
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Justo cuando este 2021 se han cumplido
35 años del desastre de la central Vladimir Ilich Lenin, ubicada al norte de
Ucrania, en la ciudad de Chernobyl, que
acabó con la vida de 31 personas causadas a través de una fuerte explosión y
posteriormente la radiación liberada hirió a otras 100 personas que vivían en
los alrededores y a largo plazo ha causado centenares de fallecimientos más
otros centenares de enfermedades tumorales y cancerígenas.
En
Chernobyl, todavía no se olvida el accidente a pesar de que nadie vive
cerca de la zona más que la fauna que ha tomado el lugar abandonado y
previamente construido por el ser humano y que aún es peligroso debido a la
radiación. Porque como si de un ronquido más de la furia nuclear, un grupo de
científicos dio la voz de alarma a mediamos de este mes de mayo por un aumento
en las reacciones de fisión de la sala subreactor 305/2 que nadie ha podido ver
desde el momento del accidente.
Los investigadores por el momento
están tratando de determinar si ese aumento desaparecerá porque ha aumentado un
40% desde 2016 aunque no es la primera vez que se obtienen síntomas de picos en
la reacción de fisión nuclear estos últimos años. Lo que se está tratando es de
controlarlo desde la distancia y si siguiera en aumento se tendría que
intervenir de alguna manera.
“Es como las brasas en
un pozo de barbacoa. Es un recordatorio para nosotros de que no es un problema
resuelto, es un problema estabilizado.”
(Neil Hyatt, profesor de química de
materiales nucleares en la Universidad de Sheffield y miembro del Comité de
Gestión de Residuos Radiactivos del Reino Unido).
En el año 2016 se colocó una especie
de gran sarcófago sobre el reactor en ruinas para detener la fuga de radiación
y aunque esa estructura ha tenido gran éxito en su función los investigadores
creen que puede que esté provocando que la planta se seque ya que esos puntos
inusuales de radiactividad alrededor de la habitación 305/2 se debe a la gran
parte del combustible que se vertió en el accidente. Esos picos están emitiendo
gran cantidad neutrones debido a la desintegración de ese combustible de uranio
o plutonio y es esa liberación de neutrones lo que está promoviendo una
reacción de fisión que puede ser capturado por otro núcleo radiactivo y ese
proceso se ralentizaría con agua, entonces puede que esa sequía acuática que
está teniendo la planta estos últimos años es lo que está provocando el
fenómeno. Por entonces, lo que se denominó Nuevo Confinamiento Seguro (NSC)
costó unos 1.500 millones de euros.
“La situación es motivo
de preocupación pero no de alarma, aunque si la tasa de producción de neutrones
continúa aumentando, es posible que se deba intervenir.”
(Neil Hyatt, profesor de química de
materiales nucleares en la Universidad de Sheffield y miembro del Comité de
Gestión de Residuos Radiactivos del Reino Unido).
Si finalmente se tuviera que
intervenir se está estudiando que sea a través de implicación humana o robótica
porque habría que perforar esa habitación y rociarla con un líquido que
contenga nitrato de gadolinio que se encargaría de absorber el exceso de
neutrones y ahogaría la reacción de la fisión.
Problemas de Seguridad
de las Centrales Nucleares (ISPNPP) de Kiev (Ucrania)
El nombre que recibe un científico
que se arriesga a exponerse a la radiación adentrándose en alguna sala del
reactor dañado se denomina “acechador”.
Todo lo que está ocurriendo en Chernobyl está siendo tomado en cuenta
y con mucha atención desde Japón, ya que hace diez años se produjo el accidente
de Fukushima (su pico de radiación fue 50 veces inferior) y también están
viviendo esas secuelas de algo que pudo haber sido mucho peor pero que también
está teniendo sus consecuencias.
De momento se descarta que la cosa
pueda ir a más y que se repita la magnitud de lo ocurrido de 1986 en cuanto a
que una nueva explosión forme una nube radiactiva en Europa pero sí que algún
que otro experto cree que esa reacción explosiva podría derribar partes
inestables del refugio y disipar polvo radiactivo al aire, algo que se ha
convertido en un desafío para los científicos de Chernobyl a la hora de desmantelar ese sarcófago.
El mundo animal dentro de Chernobyl
Aquel desastre ocurrido sobre la
población de 48 mil habitantes que tuvo Pripyat
provocó su abandono y se convirtió en pocas décadas en un enclave
fantasmagórico y elegido por el turismo macabro ya que todavía pone los pelos
de punta el ver sus edificios abandonados o ese parque de atracciones comido
por la vegetación o los parques con los columpios movidos levemente por el
tiempo sin que ningún niño/a pudiera disfrutar de ellos en aquellos años.
La serie de HBO contó muy bien en sus
5 episodios todo lo que fue la magnitud del accidente, hasta el punto de cómo
muchas mascotas y animales tuvieron que ser sacrificados como parte de la orden
de convertir la zona en un territorio de exlusión que abarcó casi dos mil
seiscientos kilómetros.
Muchos habitantes tuvieron que dejar
allí abandonadas a sus mascotas en las que muchas de ellas fueron sacrificadas
por la intervención militar y otras se quedaron allí esperando algún día el
regreso de sus amos que nunca podrá realizarse. Así que, es curioso cómo
algunas organizaciones de animales que visitaron Chernobyl enumeraron la cantidad de entre 600 y 800 perros y gatos
que todavía deambulan por el lugar, muchos de ellos siendo castrados para que
la radiación no se reproduzca y otros siendo rescatados por organizaciones como
Spca International.
El tema de la fauna en la zona ha sido
objeto de numerosos artículos científicos y de debates en la comunidad sobre si
de verdad algunas especies han podido mutar o cambiar algunos aspectos de su
comportamiento ya que aparte de los animales domésticos que quedaron allí y
algunos siguieron reproduciéndose con nuevas generaciones, también hay
bisontes, osos, linces, caballos y muchas especies de aves y plantas
autóctonas. Sí es cierto que algún estudio biológico contó sobre el cambio en
la coloración de la piel de algunas ranas o por ejemplo las manadas de vacas
salvajes, cuyo comportamiento es diferente al de cría. O también se ha
estudiado la formación y comportamiento de ciertos insectos como las arañas o
las chinches arbóreas.
Aunque los estudios sobre la fauna del lugar continúa, no se ha descartado el hecho de que aunque los animales y plantas sigan conviviendo tranquilamente en la zona no tengan todavía adherido en su interior altos niveles de cesio-137 y que muchos hayan muerto a causa de la explosión. Pero de seguro, tranquilos vivirán ya sin la actuación destructiva de la mano del ser humano.
ENLACES:
https://www.iflscience.com/environment/nuclear-reactions-flare-up-deep-inside-chernobyls-ruins/
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