La búsqueda del Endurance

 En esta sección contamos la odisea que ha sido la búsqueda de mítico navío que naufragó en aguas de la Antártida hace más de cien años: el Endurance.

En el mundo de la navegación esta historia es admirada por la enorme aventura que pudo haberse convertido en tragedia pero que al final consiguió convertirse en una historia de supervivencia comandada por sir Ernest Shackleton, el líder de una expedición que jamás abandonó a su tripulación y los mantuvo bien de moral ante el infierno helado.

Como hace poco se descubrió el navío sumergido en aquellas profundas y heladas aguas, recordamos esta historia.



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En 1914, el explorador irlandés Ernest Shackleton, junto a su tripulación y a bordo de un navío llamado Endurance - que traducido se llamaría ‘Aguante’ o ‘Resistencia’ - intentó por primera vez cruzar las tierras antárticas desde el mar de Weddell (océano Antártico) hasta el mar de Ross (una bahía profunda entre el océano Glacial Antártico y la Antártida). Sin embargo, aquel viaje no logró cumplir su misión. El Endurance quedó atrapado entre aquel mar helado lleno de enormes cascotes y se hundió posteriormente en el año 1915 en el mar de Weddell, pero la tripulación logró salvarse.

La última expedición que se realizó para encontrar este barco centenario con enorme importancia por aquella zona tan helada fue en 2019, y en ese entonces se tuvo que desistir por condiciones climáticas extremas que provocaron la pérdida de uno de los vehículos subacuáticos preparados para la inmersión. Y es que, en aquel entonces, uno de los miembros de aquella expedición mencionó que aquella es “la peor parte del mar en el mundo”.

 Pero el pasado 5 de febrero partió desde Ciudad del Cabo (Sudáfrica) el rompehielos S.A. Agulhas II en busca del legendario Endurance bajo una misión que denominaron ‘Endurance22’ (haciendo mención al nombre de a embarcación y el año de la misión) y pronosticaron una búsqueda que duraría alrededor de 35 días. Todo ello haciendo uso de tecnologías avanzadas.

Cinco días después (el 9 de marzo) fue encontrado en las profundidades del mar de Weddell el mítico buque de la Expedición Imperial Transantártica comandada por si Ernest Shackleton, el Endurance tras 107 años desde que aquel buque se quedara atrapado en el hielo. Gracias a la misión organizada por el Falklands Maritime Heritage Trust protagonizada por el rompehielos científico S. A. Agulhas II (que ya lo intentaron en el año 2019). Tras más de dos semanas, los submarinos peinaron un área de búsqueda predefinida, investigando varios objetivos interesantes, antes de finalmente descubrir el lugar del naufragio el día señalado, que curiosamente coincidió con el centenario del funeral de Shackleton.

La zona del naufragio – que se tiene bien estudiada y localizada -, es un área protegida y se sabía ya desde hace tiempo que los restos del Endurance están allí, por eso en esta misión lo que se pretendía es “filmar, estudiar y localizar” los restos sin tocarlos ni perturbarlos. Para ello lo que usarían sería unos vehículos Sabertooth (traducido como “dientes de sable”) híbridos entre submarino autónomo y robot operados a distancia, con capacidad para navegar aguas profundas y realizar largos desplazamientos, que pueden recoger datos, fotos y videos del entorno.

Los términos del Tratado Antártico en vigor desde 1961 consideran el pecio como un monumento histórico. La expedición Endurance22 podrá filmar y escanear el Endurance, pero el buque no puede ser tocado ni ninguno de sus elementos subido a la superficie. Las imágenes, vídeos y escaneos obtenidos se usarán para material educativo y para ser exhibidas en museos, así como para la realización de un documental.

Un poco de historia del Endurance

 

La historia de este navío fue importante porque fue el primer intento de cruzar la Antártida por tierra, tan solo tres años después de que el explorador noruego Roald Amundsen alcanzara el Polo Sur por primera vez. Se produjo gracias a La Expedición Imperial Transantártica (1914–1917) en la que los expedicionarios debían recorrer unos 2.900 kilómetros a través del continente antártico, la mitad de ellos, inexplorados. Pero antes de llegar a la Antártida, había que viajar hasta ella.

Aquel buque sufrió una serie de modificaciones antes de proceder con su expedición en la primavera de 1914, entre ellas, pintarlo de negro para que fuera distinguible entre el hielo. Es mítica también la imagen que gracias a su reciente descubrimiento tenemos esa estrella de cinco puntas que mantiene en su popa simbolizando la estrella polar.

El viaje del Endurance por mar comenzó un 6 de agosto de 1914 cuando abandonó a una Inglaterra involucrada ya desde hacía semanas en la Primera Guerra Mundial. Primero haría escala en Buenos Aires (Argentina) y de allí navegaría hasta la estación ballenera de Grytviken, en las islas Georgias del Sur, llegando el 5 de diciembre de 1914. Aquel sería el último puerto antes de ir rumbo hacia el gran continente antártico. Pero el barco quedó atrapado en el hielo cuando iba hacia su destino en la bahía de Vahsel en febrero de 1915. El hielo acabaría aplastando y hundiendo el barco en noviembre de ese mismo año, obligando a Shackleton y a los otros 27 hombres que formaban la tripulación del Endurance a un viaje de supervivencia a la deriva sobre el hielo atravesando el mar de Weddell para finalmente alcanzar la isla Elefante a bordo de los botes salvavidas del Endurance.

Allí, Shackleton escogió a cinco de sus hombres con los que cruzó un territorio de cerca de dos mil kilómetros a bordo de un bote de escasos siete metros de eslora hasta llegar a la base ballenera de Grytviken en mayo de 1915. Tras tres intentos fallidos de rescatar a los 22 hombres que habían quedado en la isla Elefante, Shackelton consiguió al fin la ayuda del gobierno chileno, que les un barco de vapor pequeño llamado Yelcho para intentar el rescate.

En el Endurance había una tripulación formada por marineros, mecánicos, biólogos, un meteorólogo, un bombero y un fotógrafo, Frank Hurley, el autor de una gran cantidad de fotos que pueden verse en Internet. También llevaban a bordo unos 69 perros de distintas razas – sobre todo san bernardos, esquimales y perros lobos – preparados para soportar unas condiciones climáticas de frío extremo en un barco que se dice que le costó a Shackleton unas once mil libras de la época (es decir, una ganga para aquellos tiempos). Y aunque fue construido por una empresa que empezó a preparar cruceros turísticos (como si de un Titanic se tratara) al final se adaptó para romper el hielo y se cargó con equipo para las condiciones antárticas. Por un mal cálculo de la dureza del hielo y de la dura defensa de las placas de hielo antárticas, aquel barco no pudo cumplir su misión y acabó en el fondo del mar. Pero los 28 miembros de la tripulación sobrevivieron.

Al final, fue una bonita historia de supervivencia y del misterio de la confianza y la no desesperación de 28 hombres junto a tantos otros perros que convivieron hasta que llegara el rescate alojándose en una serie de casetas que construyeron en el hielo cuando tuvieron que desembarcar y en riesgo del naufragio. Aquellas casetas las llamaron ‘dogloos’ o en español se podría traducir como ‘canglús’, iglús pequeños para alojar a los perros ya que otro error de cálculo es que solo tenían cinco tiendas de campaña para alojar a casi treinta hombres.

Los perros fueron muy importantes en esta expedición. // Fuente: https://www.eldiariomontanes.es/xlsemanal/naturaleza/barco-endurance-polo-norte-hundido-perros-muertes-victimas.html


Una historia de supervivencia con final feliz a pesar de algunos sacrificios

 

Fueron muchos días de aislamiento e incertidumbre, pero gracias a la convivencia con los perros y al liderazgo de Shackleton, no cayeron en un desgaste mental que los hubiera llevado a la perdición. Se cuenta que el líder los obligaba a afeitarse y cortarse el pelo para que la desidia no los arrastrase, que celebraban fiestas para mantener alta la moral e incluso carreras de trineos. Sí es cierto que no todo fue tan bonito: algunos perros tuvieron que ser sacrificados por no poder alimentarlos como debían (sobre todo, a los cachorros). Hasta un pobre gato (llamado Mrs Chippy) fue sacrificado con la oposición del carpintero del barco, Harry McNish, con el que pasaba más tiempo.

A pesar de aquello, Shackelton partió en búsqueda de tierra firme, lo logró y posteriormente volvió al rescate de sus hombres tras recorres 1200 kilómetros en un bote y tras tres meses después volvió a por el resto de su tripulación en un estado de extrema debilidad, pero vivos.

 

"Sin exagerar, este es el mejor naufragio de madera que he visto en mi vida, por mucho", dijo el arqueólogo marino Mensun Bound, quien está en la expedición de descubrimiento y ahora ha cumplido una ambición soñada en su carrera de casi 50 años.

"Está erguido, orgulloso del lecho marino, intacto y en un estado de conservación brillante", dijo a BBC News.

https://www.bbc.com/news/science-environment-60662541

 



Enlaces:

https://endurance22.org/endurance22-expedition-sets-sail-in-search-of-shackletons-lost-ship

https://vadebarcos.net/2022/03/17/el-s-a-agulhas-ii-y-el-hallazgo-del-pecio-del-endurance/

https://www.bbc.com/news/science-environment-60662541

https://www.eldiariomontanes.es/xlsemanal/naturaleza/barco-endurance-polo-norte-hundido-perros-muertes-victimas.html
 

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