En esta sección os contamos un terrible crimen sucedido a comienzos del mes de noviembre de 1985 en Badajoz: el asesinato del joven José Damián Vega Díaz, estudiante de 21 años de medicina y miembro de la Tuna cuyo cuerpo fue encontrado en un conocido parque de la ciudad cosido a puñaladas.
Este crimen está vestido con un aura de misterio debido a que hoy en día no se conoce a ciencia cierta quién fue su verdadero asesino, ya que por el error de una prueba forense nunca se pudo determinar ni culpabilizar a nadie.
La muerte de José Damián causó conmoción en la ciudad, en sus compañeros de la universidad y también generó una histeria colectiva en aquel entonces en la cual muchas personas generaron varias 'fake news' anunciando violaciones y asesinatos que nunca llegaron a cometerse.
Es uno de los crímenes más recordados en Badajoz, en una época donde se produjeron varios al mismo tiempo y en 'casi' todos con el móvil del crimen pasional.
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Uno de los 6 jóvenes que iban a pasar la prueba del <<novato>> para ingresar en la tuna de la Facultad de Medicina de Badajoz, no pudo participar en dicho acto festivo. Mientras sus compañeros iniciaban una fiesta a las 12 de la mañana, los otros 5 <<novatos>>, así como otros amigos y compañeros de la víctima, se extrañaron de la ausencia de su amigo, el cadáver de José Damián Vega Díaz, asesinado horas antes a puñaladas, era levantado, por orden del juez, en el lugar del crimen, uno de los setos del auditorio municipal <<Ricardo Carapeto Burgos>>, en el recinto del llamado parque infantil, junto al paseo de Castelar.
Fuente: Diario HOY |
Alrededor de las ocho de la mañana de un día de otoño - noviembre de 1985 –, uno de los jardineros del llamado parque infantil, donde se encuentra enclavado el auditorio municipal [ahora auditorio Ricardo Carapeto] encuentra, al final de una escalera, por la rampa con escalinatas que conduce a las plateas laterales, en una mesetilla de tierra que bordeaba un seto y en cuyo centro había un cedro, una figura humana tendida bajo este árbol.
Fuente: Diario HOY |
El jardinero comprobó, en efecto, que se trataba del cadáver de un joven, que presentaba tremendas heridas por arma blanca. El joven vestía bata blanca, como de médico, pantalones vaqueros.
Inmediatamente se dio aviso a la Policía, al juez y al forense, quienes llegaron poco después. Los inspectores de la Brigada de Policía Judicial identificaron al fallecido como José Damián Vega Díaz, nacido en Villanueva del Fresno el 13 de octubre de 1964, soltero, estudiante, con domicilio en el número 18 de la calle Arias Montano, en Badajoz. Es decir, asesinado con solo 21 años.
Fuente: Diario HOY |
Es posible que José Damián llevase varias horas muerto cuando apareció su cadáver, puesto que, según testigos presenciales del hallazgo, aquel presentaba los miembros y el rostro con la palidez, la rigidez y la frialdad de la muerte, como si hubiese transcurrido ya mucho tiempo. El diario HOY, al momento de publicar esta noticia, no determinó el número exacto de puñaladas recibidas al prohibírseles el acceso al lugar donde se encontraba su cadáver, que estaba cubierto con un plástico y cuyas heridas producidas por arma blanca, fueron numerosas.
Una decena de personas, entre inspectores de Policía, policías nacionales y guardas y jardineros de Parques y Jardines, rastrearon intensamente el auditorio, así como otras zonas del parque, incluso en la parte de Castelar. En as inmediaciones del lugar del hallazgo del cadáver, apareció un reloj de pulsera y, en otra zona del parque inferior, una guitarra española.
En el mencionado parque, en efecto, habían sido encontradas manchas de sangre, en dos puntos del perímetro del estanque donde se encuentra la estatua de Carolina Coronado, donde encontraron la bata que vestía el muchacho, junto con el DNI y la guitarra. Poco después fueron requeridos los bomberos, con el fin de que vaciasen el estanque, para rastrear su fondo en busca del posible arma homicida y de otros indicios.
Después de que ese estanque se vaciara, apareció la hoja de un cuchillo, al parecer de uso doméstico, pero sin empuñadura o mango, hallado por un detector de metales prestado por el Ejército en la investigación. El juez se hizo cargo del elemento sin esclarecer si fue el arma homicida.
Entretanto, un muchacho joven, como de unos 22 años, de estatura baja y de pelo claro, que vestía ropa vaquera, y que apareció merodeando por el parque, fue detenido.
Según testigos presenciales, el citado joven fue conducido al auditorio municipal, donde se le enseñó el D.N.I. del fallecido, en un intento de que la Policía lo identificase.
A requerimiento del forense el joven se descubrió los antebrazos, porque probablemente el funcionario quería ver si tenía huellas de pinchazos en los mismos. Los policías nacionales se llevaron a ese joven de Castelar, dos horas después de que se encontrara el cuerpo de José Damián, camino de la comisaría, pero sin colocarle las esposas.
Finalmente, después de que se practicaran las correspondientes diligencias y reconocimientos en el lugar del hallazgo, por parte del juez, forense y policía, el cadáver fue levantado y trasladado al depósito en el interior del féretro casi tres horas después de que un jardinero lo viera bajo ese cedro en el parque infantil.
Fuente: Diario HOY |
El juez tomó declaración a 5 detenidos, de los que no se supo en aquel momento si tuvieron relación con aquel caso. La operación de rastreo para averiguar más de aquel crimen se prolongó hasta la noche de aquel día, en la que se incorporaron expertos militares con detectores de metales, cuya colaboración fue solicitada por el mismo juez.
Fuente: Diario HOY |
Reconstrucción de los hechos: Últimas horas de José Damián Vega
El periodista José María Pagador pudo hacer una reconstrucción de cómo José Damián Vega pasó las últimas horas de su vida.
En la mañana previa a su muerte, José Damián acudió a la Faculta de Medicina, donde estudiaba en su tercer año. Por entonces era uno de los 6 <<novatos>> aspirantes a ingresar en la Tuna de la Facultad, tocando la guitarra. El joven estudiante, de 21 años, estaba especialmente animado ese último fin de semana de su vida porque se iba a celebrar la fiesta de ingreso de esos <<novatos>>.
En su última mañana de vida, José Damián recorrió, cantando y tocando con otros compañeros de la Tuna, las aulas de la Facultad de Medicina, con clases que en aquel momento se estaban celebrando. Después de comer, al mediodía, José Damián regresó a la Facultad, donde asistió, de 16 a 17 horas, a clase de Patología General.
Terminada esa clase, sus compañeros no tuvieron noticia de José Damián, hasta las 11 de la noche, hora en la que habían quedado citados los turnos y los <<novatos>> en el hotel <<Zurbarán>>, para actuar en el homenaje a un pacense jubilado, José María Rodríguez Tejada. José Damián, en efecto, acudió a la cita, vestido con la bata blanca de <<novato>> y portando su guitarra.
Con el resto de la Tuna actuó en el transcurso de homenaje citado y, al término de la actuación, ya en la madrugada de un sábado, los tunos se despidieron en la puerta del hotel.
El director de la Tuna, el estudiante Ángel María Machío, recomendó a los <<novatos>> que se fuesen inmediatamente para sus casas. <<Les dije que se recogieran inmediatamente y que no anduviesen de copas por ahí esa noche, con el fin de que estuviesen frescos para participar en la prueba del <<novato>>, que se iba a celebrar por la mañana>>, recuerda Ángel María, llorando.
En la puerta del hotel, los tunos se separan en varios grupos. José Damián Vega, en compañía de otros dos compañeros, bordeó el parque de Castelar, y llegó con ellos al cruce de la avenida de Colón con la Ronda, donde se encuentra el monumento a <<Los Descubridores>> [en realidad ese monumento está en el Paseo Fluvial, pasando la Avenida Entrepuentes sin tener que cruzar el puente]. En este punto, según se cuenta en el diario HOY, José Damián se separó de sus amigos, quienes aseguraron que el joven continuó <<por la avenida donde estaba el bar <<La Música>> [ya no existe], y luego por la calle Menacho, en dirección a la calle Arias Montano, donde tenía su casa>>. Y esa fue la última vez que fue visto.
La familia no sabía nada
La familia de José Damián desconocía lo que había pasado con el joven. En el diario HOY se cuenta que tuvo que ser el mismísimo José María Pagador quien dio a conocer la triste noticia tres horas después de hallarse su cadáver. La madre le informó que su hijo no había pasado la noche en casa porque tenía prevista la fiesta de la Tuna. El hecho de que José Damián hubiese pasado la noche fuera de casa no la había inquietado, puesto que había avisado previamente, amén de que otras veces ya se había quedado a dormir el joven en el piso de otros estudiantes.
A la vista de esos precedentes, la muerte tuvo que ser de madrugada, ya que a las 00.15 horas de aquel 9 de noviembre de 1985 se despidieron los tunos a las puertas del hotel. Después ya nadie volvió a saber nada de José Damián, hasta que ocho horas después apareció su cadáver cosido a puñaladas.
Fuente: Diario HOY |
La fiesta de la Tuna se iba a celebrar precisamente en la mañana en la que se había confirmado el hallazgo del cadáver de José Damián. La fiesta, cuya finalidad era someter a los 6 <<novatos>> aspirantes a ingresar en la Tuna, a diferentes <<pruebas>>, había dado comienzo poco después de las 12 de aquel sábado 9 de noviembre, con el salón de actos de la Facultad de Medicina rebosante de público. Pero lo primero que hizo el -por aquel entonces- Decano, Luis María Vinagre Velasco, fue confirmar la noticia que le transmitieron minutos antes los periodistas del Hoy, teniendo que llamar a la Comisaría de Policía para que le corroboraran la información para, posteriormente, decidir suspender la fiesta que se celebraba en esos instantes en el salón de actos.
Fuente: Diario HOY |
El señor Vinagre Velasco tuvo que interrumpir aquel acto que ya había comenzado, y donde se podía ver a cinco de los seis tunos con sus ropajes ya puestos tumbados boca abajo delante del tribunal de tunos veteranos, en el que tomó el micrófono que estaba usándolo en ese momento uno de los miembros de la tuna (que todavía no sabían nada) y decir estas palabras: <<Lamento tener que comunicar que es necesario suspender este acto. Uno de nuestros compañeros, el estudiante de tercero José Damián Vega Díaz, ha sido asesinado>>.
La escena tuvo que ser de "shock" en aquella sala, de hecho, en la misma crónica se describe con ese silencio sepulcral y esa incapacidad de reacción del público presente. El público empezó a abandonar lentamente el salón, mientras mucho de los tunos, que permanecían en el escenario, lloraban, y comentaban los detalles de la última vez que unos y otros vieron a José Damián la noche anterior.
José Damián era el subdelegado de un curso que tenía 125 alumnos en aquel entonces. Algunos de sus compañeros declararon al medio que "era un tío tranquilo, normal, que ni fumaba ni consumía ninguna clase de drogas. No tenía amigos raros y siempre iba con su novia. Era un buen estudiante y su comportamiento era el normal de alguien de su edad".
Fuente: Diario HOY |
Su entierro, en Alconchel
El cuerpo de José Damián Vega fue sepultado en la localidad de Alconchel, el pueblo natal de su madre, en un entierro muy multitudinario por familiares, amigos y compañeros de la facultad. La actividad académica de la universidad se suspendía al inicio de la semana en solidaridad por el triste hecho.
Mientras tanto, el misterio sobre el autor de su asesinato continuaba sin desvelarse. Fue un año en el que se produjeron varios asesinatos de forma parecida como el de otra persona cuyo cuerpo semidesnudo fue hallado en las traseras del colegio Salesiano en Badajoz [se contará más adelante].
Fuente: Diario HOY |
El asesino anda suelto
Para el 12 de noviembre de 1985, el diario HOY publicaba en primera página un titular que decía "Dos asesinos andan sueltos" y mostraba la preocupación que existía en la capital pacense en que se hubieran producido dos asesinatos de manera similar en tan poco tiempo.
Fuente: Diario HOY |
En el caso del asesino de José Damián Vega todos los indicios parecían apuntar a que su resolución iba a ser más sencilla ya que, en principio, según fuentes policiales, el cadáver del joven no presentaba signos de violación o de violencia sexual, aunque de todas maneras los resultados de la autopsia no habían sido revelados.
De todas maneras, el componente sexual o pasional en el móvil de crimen no se descartaba, como ya ocurrió en el crimen del colegio Salesiano.
Un mes antes del crimen de José Damián, hallaron el cadáver de un tabernero llamado Luis Arroyo, que pertenecía al que denominaron <<crimen del cinturón>> al ser víctima de estrangulamiento por una tercera persona. Lo que sí estaba descartado por entonces es que hubiera sido un solo asesino, ya que el modus operandi era distinto en ambos casos. Esto abría un capítulo interesante en la ciudad con aquellos crímenes pasionales que se habían producido en distintos puntos de la ciudad en tan poco tiempo.
Psicosis de delitos, todos desmentidos
Lo que iba a suceder en días consecutivos es que se iban a crear una ser de 'fake news' de la época, en la que la gente alarmada iba a llamar a la redacción de los medios para informar de casos de violación y asesinatos de jóvenes, casos que serían desmentidos al poco tiempo. La psicosis en la ciudad por los crueles asesinatos sin esclarecer habían provocado una psicosis en Badajoz.
Fuente: Diario HOY |
Mientras tanto, una protesta de alrededor de cuatro mil jóvenes estudiantes de todos los centros universitarios de Badajoz se manifestaran y guardaran un minuto de silencio por el salvaje asesinato de José Damián Vega.
Un crimen sin resolver
Desgraciadamente, el crimen del joven José Damián Vega Díaz se quedó por resolver 'por un pelo'. El descubrimiento del asesino dependía de un pelo, de un simple cabello, pero el instituto que debía extraer la secuencia genética lo había extraviado. Esa prueba se consideraba definitiva para identificar al criminal.
En el año 2001, justo cuando se cumplían 15 años de este caso, el sumario quedó archivado con el misterio aún por resolver de quién fue el autor.
Centenares de folios, investigaciones y pruebas practicadas no servirían para nada. En ese año, el delito estaba a punto de prescribir pero una oportuna iniciativa de la acusación particular impediría que se archivara el caso. El abogado pacense Leopoldo López Cacenave había solicitado el examen de los restos del fallecido en busca de trazas que pudieran identificar al que le dio muerte.
Pero a finales de enero de ese año, la Escuela de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid informaba al Juzgado de Instrucción número 1 de Badajoz que, <<lamentablemente, no han podido ser encontradas las preparaciones solicitadas [se refiere al cabello del principal sospechoso] pese a haber sido buscadas reiteradamente>>.
Ese hecho destruía el principal elemento acusatorio. En opinión del abogado López Cacenave, la pérdida de la prueba constituye una clara negligencia cuyos efectos requieren una reparación.
La Escuela Medicina de Medicina Legal recibió el encargo de obtener los rasgos genéticos de un cabello descubierto entre las uñas de la víctima y comprobar si eran idénticos a los de un médico catalán que en 1985 ejercía en Badajoz [solo se mencionan sus siglas, sin nombre completo], aunque la acusación no se pudo fomentar en pruebas concluyentes.
Los análisis científicos realizados en la época hace más de diez años no permitieron obtener la certeza sobre la autoría, aunque la probabilidad de que fuese la persona indicada era muy alta. Se perdió una gran oportunidad de haber aprovechado los avances en el estudio genético que ya se estaban realizando para haber llegado a una conclusión más clara en este caso.
CONCLUSIÓN: La pérdida de las muestras de pelo enviada para el análisis arruinaron la posibilidad para descubrir al asesino de José Damián Vega Díaz. No obstante, el conocido catedrático de medicina forense, Luis Frontela, realizó un informe en el que se hizo mención al hecho de que se hubiera lavado el cuerpo de la víctima y no se hubieran obtenido pruebas de cabello de las regiones púbica y rectal donde pudiea encontrarse vello del autor de las puñaladas. El doctor Frontela consideraba que si bien habían transcurrido muchos años desde la muerte del joven estudiante y la putrefacción habría destruido las partes blandas, podrían haberse dado fenómenos conservadores que permitían la identificación de indicios criminalísticos. De ahí que en ese año se pidiera practicar un nuevo reconocimiento forense por el mismo Frontela.
Enlaces de interés para conocer qué pasó a partir de 2001 al reactivarse este caso:
https://www.hoy.es/extremadura/crimenes-resolver-20180105205844-nt.htm
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