Un estudio del Pentágono de 63 páginas publicado el pasado viernes, en el que se examinan reportes de avistamientos de ovnis a lo largo de casi el último siglo, no encontró pruebas de la existencia de alienígenas o de inteligencia extraterrestre.
Ese estudio pertenece a la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios del Departamento de Defensa (AARO por su siglas en inglés) en el cual analizaron las investigaciones realizadas por el gobierno de Estados Unidos desde 1945 sobre avistamientos de fenómenos anómalos no identificados. Y en ellos confirman que "no han encontrado pruebas de que en alguno de ellos hubiera señales de vida extraterrestre, ni de que el gobierno de Estados Unidos y empresas privadas hubieran aplicado ingeniería inversa a tecnología extraterrestre y hubieran conspirado para ocultarla al público".
“Todos los esfuerzos de investigación, a todos los niveles de clasificación, concluyeron que la mayoría de los avistamientos eran objetos y fenómenos ordinarios y el resultado de una identificación errónea”, indica el informe, que fue encargado por el Congreso. En él, se han desmentido también las afirmaciones de que un exfuncionario de la CIA había participado en la gestión del traslado de y en la experimentación con tecnología extraterrestre, en el cual afirmó que un supuesto documento de la comunidad de inteligencia de 1961 sobre la supuesta naturaleza extraterrestre de los ovnis era en realidad falso.
Este informe llega en un momento en el que el asunto de los UAPs/Ovnis está más a debate que nunca. Un informe gubernamental de 2021 en el que se analizaban 144 avistamientos de aeronaves u otros artefactos que aparentemente volaban a velocidades o en trayectorias misteriosas no halló vínculos extraterrestres, pero formuló otras conclusiones e instó a mejorar la recolección de datos.
El asunto generó atención nuevamente a mediados del año pasado, cuando un oficial de inteligencia retirado de la Fuerza Aérea declaró ante el Congreso que Estados Unidos estaba ocultando un programa de larga data que recupera objetos voladores no identificados y les aplica ingeniería inversa. El Pentágono negó sus afirmaciones y declaró a finales de 2022 que una nueva oficina del Pentágono creada para hacer un seguimiento de los informes sobre objetos voladores no identificados – la misma que ha publicado este informe - había recibido “varios centenares” de nuevos informes, pero no había encontrado hasta ahora pruebas de vida extraterrestre.
Los autores del informe del viernes dijeron que el propósito era aplicar un análisis científico riguroso a un tema que ha cautivado durante mucho tiempo la imaginación del público estadounidense.
“La AARO reconoce que muchas personas sostienen sinceramente versiones de estas creencias basadas en su percepción de experiencias pasadas, en las experiencias de otras personas en las que confían, o en medios de comunicación y publicaciones en línea que consideran fuentes de información creíble y verificable”, señaló el informe.
“La proliferación de programas de televisión, libros, películas y la gran cantidad de contenidos en internet y las redes sociales sobre temas relacionados con los ovnis han influido probablemente en el debate público sobre este tema y han reforzado estas creencias en algunos sectores de la población”, añadió el informe.
Este es solo el primer volumen de dos que se van a entregar al Gobierno. Aún no se conoce una fecha para la publicación del segundo volumen del informe, pero el Departamento de Estado asegura que se trabajará, tal como en este caso, con “un enfoque científico y analítico riguroso para investigar los esfuerzos pasados de investigación de FAI patrocinados por el gobierno de EE. UU. y las afirmaciones hechas por los entrevistados de que el gobierno de EE. UU.”.
Enlaces: https://apnews.com/us-news/general-news-ca192948360701d35b6e8b5896760d1a
El informe puede verse en este enlace: https://media.defense.gov/2024/Mar/08/2003409233/-1/-1/0/DOPSR-CLEARED-508-COMPLIANT-HRRV1-08-MAR-2024-FINAL.PDF
David Grusch, exoficial de inteligencia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, aseguró el año pasado ante el Congreso estadounidense que las autoridades están en posesión tanto de naves de origen extraterrestre como de los restos de sus ocupantes. Esas declaraciones todavía se siguen analizando en diversos organismos del gobierno estadounidense y siguen muy presentes también en la opinión pública y en los analistas de estos temas.
¿Culpa de Trump? ¿Qué va a hacer China?
Hay que recordar que Donald Trump (quien de nuevo quiere volver a ser presidente de los Estados Unidos en las próximas elecciones del mes de noviembre), fue el que firmó en su legislatura la famosa Ley de Divulgación de Información sobre ovnis en diciembre de 2020. Y también hay que recordar que justamente en su mandato el Pentágono cambió el término "ovnis" a UAP (Fenómenos Aéreos No Identificados) el cual además confirmó la existencia de un programa de estudio, y hasta amenazó con revelar "toda la verdad" cuando se le hizo un impeachment justo días antes de que expirara su mandato.
¿Y qué va a hacer China? Pues defenderse claro está. El estado de Xi Yinping pocas veces se ha postulado sobre el fenómeno aéreo no identificado, pero según hemos podido saber en un portal chino llamado News Post Seven [con mención y análisis en el postal espaciomisterio.com por Josep Guijarro] va a activar de nuevo su estrategia espacial para contrarrestar a los Estados Unidos. Esta estrategia incluye un sistema de contramedidas del Ejército Popular de Liberación (EPL), contra los "Fenómenos Aéreo No Identificados". Este sistema de contramedidas UAP fue revelado en una conferencia de científicos de alto nivel en tecnología de la información que se celebró en Beijing en 2019.
Los ovnis obedecen a un claro patrón geográfico, según un nuevo estudio
Un nuevo estudio publicado en la revista Scientific Reports (editado por Nature) determina que, el fenómeno ovni, o UAP, no obedecen a causas psicológicas o sociológicas.
El profesor asociado de Geografía en la Universidad de Utah, y autor principal del estudio, Richard Medina, ha analizado más de 98 000 avistamientos y ha reparado en dos condiciones principales para cada condado estadounidense, a saber: la vista del cielo —que incluye la contaminación lumínica del área, la cubierta de nubes y la abundancia de árboles que podría dificultar el campo de visión— y el potencial de que haya objetos convencionales en el cielo a causa, por ejemplo, de la proximidad a aeropuertos e instalaciones militares. Medina ha reparado de esta forma que hay una mayor incidencia de los UAP en el oeste de los Estados Unidos, una relación que califica de “histórica” ya que aquí se ubica la famosa Área 51, concretamente en el estado de Nevada; también en el oeste se halla la localidad de Roswell, en el vecino Nuevo México y en la cuenca del río Uinta, se extiende el Rancho Skinwalker. Pero es que, de acuerdo al segundo parámetro, también en los condados del oeste hay una mayor actividad militar procedente del campo de pruebas de Dugway, en Utah.*
Estos hallazgos, especialmente los puntos calientes pronunciados en el oeste y el noreste y los puntos fríos en las llanuras centrales y el sureste, apoyaron la hipótesis general de que la visibilidad y la oportunidad influyen significativamente en la frecuencia de los avistamientos.
Este nuevo análisis remarca que los puntos calientes de los informes de avistamientos tienen relaciones creíbles con objetos reales, aunque no se conozca su naturaleza. Los datos tomados del Centro Nacional de Investigación de Ovnis, muestran un patrón claro que desafía la idea de que pueden ser causados por factores psicológicos o sociológicos.
El estudio concluye con una idea desafiante donde dice que "los avistamientos ovni son el resultado de la histeria colectiva o fruto del contagio social", y aún así, "podrían representar una amenaza legítima para la seguridad norteamericana".
Enlace: https://www.nature.com/articles/s41598-023-49527-x
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