En esta sección, nos despedimos de esta temporada 2023-2024 de Onda Cero Badajoz con un resumen de algunas noticias del espacio más sonadas de los últimos meses.
Primero hablamos de las "esferas de Dyson" como una de las teorías de la desaparición repentina de algunas estrellas que han dejado de titilar por un grupo de observación dedicado a captarlas.
Luego, ha sido muy sonado la previa publicación de un artículo de tres científicos provenientes de Harvard analizando como los "criptoterrestres" podrían estar entre nosotros.
Y ya por último, una imagen preciosa captada por el telescopio espacial James Webb y una reflexión final para despedir.
Volvemos en septiembre con 'La Caverna de Onda Cero'.
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Esferas de Dyson: enormes estructuras cósmicas podrían ser signos de civilizaciones extraterrestres avanzadas
Las hipotéticas esferas de Dyson son gigantescas estructuras cósmicas capaces de envolver a una estrella y todo su sistema, aprovechando de esta forma al máximo la energía que produce. Pero parece que solo estarían al alcance de civilizaciones muy avanzadas tecnológicamente. Se trataría de una megaestructura hipotética propuesta en 1960 por el físico Freeman Dyson, en un artículo de la revista Science llamado «Search for artificial stellar sources of infra-red radiation»
Según los expertos, sólo una civilización que haya alcanzado el nivel II en la escala Kardashev puede construir algo masivo y complejo. Esto es algo que ya el mismo físico teórico Michio Kaku expuso a la hora de vislumbrar hasta dónde podría llegar el ser humano en los próximos 100 años.
Así que, para analizar el funcionamiento de una esfera de Dyson tendríamos primero que contar brevemente cómo funciona la escala Kardashev, diseñada originalmente en 1964 por el astrofísico ruso Nikolai Kardashev (que buscaba signos de vida extraterrestre dentro de señales cósmicas). Es decir, se desarrolló como una forma de medir el avance tecnológico de una civilización en función de la cantidad de energía utilizable que tiene a su disposición (esto originalmente estaba vinculado únicamente a la energía disponible para las comunicaciones, pero desde entonces se ha ampliado).
Y esa escala se divide en varios tipos:
Una designación de Tipo I se otorga a las especies que han podido aprovechar toda la energía disponible de una estrella vecina, reuniéndola y almacenándola para satisfacer las demandas energéticas de una población en crecimiento. Kaku tiende a creer que, considerando todo, alcanzaremos el Tipo I dentro de 100 o 200 años.
El siguiente paso, una civilización de Tipo II, puede aprovechar el poder de toda su estrella (no simplemente transformando la luz estelar en energía, sino controlando la estrella). Aquí es donde entran en juego las "esferas Dyson".
En el Tipo III, esa civilización tiene control ya no solo sobre su planeta y sobre su estrella, hasta el punto de manejar y aprovechar toda la energía y asegurar la supervivencia de su especie para millones de años. Sino que lo que ocurre en este grado es que la civilización es ya considerada una raza superior, porque tiene conocimiento con todo lo que tiene que ver con la energía y hasta podría hacer travesías galácticas con facilidad. En este género podrían entrar los cyborgs (u organismos cibernéticos , seres tanto biológicos como robóticos), siendo los descendientes de los humanos normales una subespecie entre la sociedad ahora muy avanzada.
Kardashev creía que una civilización de Tipo IV era "demasiado" avanzada y no iba más allá del Tipo III en su escala. Las civilizaciones de tipo IV casi podrían aprovechar el contenido de energía de todo el universo y con eso, podrían atravesar la expansión acelerada del espacio (además, las razas avanzadas de estas especies pueden vivir dentro agujeros negros supermasivos).
El Tipo V podría ser el próximo avance posible para dicha civilización. Aquí los seres serían como dioses, teniendo el conocimiento para manipular el universo como quisieran.
Toda esta introducción ha venido a colación porque dentro de los numerosos fenómenos enigmáticos que desafían nuestra comprensión del universo y del espacio, pues hay una en concreto de la que se ha especulado -nuevamente- con esta teoría. Y eso es porque se han detectado luminarias titilantes captadas por los grandes telescopios, pero también, misteriosas desapariciones de algunas estrellas.
Josep Guijarro publica en espaciomisterio.com, que una de las científicas del proyecto VASCO (acrónimo de Vanishing & Appearing Sources during a Century of Observations, Fuentes que desaparecen y aparecen durante un siglo de observaciones en español), Beatriz Villarroel, del Instituto Nórdico de Física Teórica de Suecia, cuyo objetivo es catalogar y comprender las estrellas que desaparecen misteriosamente del firmamento, han identificado un centenar de estrellas cuya desaparición resulta inexplicable. ¿Qué pudo haber causado el repentino desvanecimiento de estas luminarias cósmicas? Las teorías van desde la posibilidad de que algunas hayan evolucionado hacia supernovas hasta la intrigante idea de que podrían haber sido ocultadas o incluso absorbidas por agujeros negros. Pero hay otra teoría más espectacular: que algunas estrellas podrían haber sido "apagadas" o distorsionadas por el efecto de lentes gravitatorias creadas por megaestructuras tecnológicas extraterrestres. Aquí es donde entraría la especulación de las esferas de Dyson y ese estudio de los investigadores de VASCO del cual dicen que "Las señales tecnológicas pueden definirse como propiedades o efectos que no pueden atribuirse a fenómenos naturales y que, por tanto, pueden indicar un origen artificial".
Aún hoy en día no hay una imagen clara de lo que puede ser una esfera de Dyson. |
¿Seres de otras dimensiones infiltrados entre nosotros?
En apenas dos semanas que se ha conocido este artículo, previo a publicarse del todo (aunque parece ser que finalmente se ha "retirado"), realizado por Tim Lomas, Brendan Case y Michael P. Masters, que lleva por título "La hipótesis criptoterrestre: un caso a favor de laapertura científica a una explicación terrenal oculta para unfenómeno anómalo no identificado" (“The cryptoterrestrial hypothesis: A case for scientific openness to a concealed earthly explanation for Unidentified Anomalous Phenomena”).
Estos investigadores en ciencias sociales de la Universidad Tecnológica de Montana y del Programa de Desarrollo Humano de Harvard, proponen que todo lo que tenga que ver con los avistamientos de ovnis, y toda la casuística ufológica, podrían ser obra de "criptoterrestres". Esa denominación englobaría a seres inteligentes y tecnológicamente avanzados, que vivirían ocultos en nuestro planeta, utilizando estructuras subterráneas en la Tierra y la Luna como bases secretas, o incluso caminando entre nosotros disfrazados de humanos.
El artículo fue "retirado" a los pocos días de conocerse. Pero aún puede consultarse en este enlace: https://web.archive.org/web/20240611105151/https:/www.researchgate.net/publication/381041896_The_cryptoterrestrial_hypothesis_A_case_for_scientific_openness_to_a_concealed_earthly_explanation_for_Unidentified_Anomalous_Phenomena
Los autores sugieren que los UAP podrían involucrar seres de otras dimensiones que coexisten con las cuatro dimensiones (incluyen el espacio-tiempo) que percibimos. Es una de las teorías más debatidas en los últimos años con el enigma de quiénes podrían ser esos ocupantes de los UAP, porque hay una en concreto que nos cuenta que estos seres podrán viajar ya desde esa cuarta dimensión y que eso podría haber conseguido crear esa ansiada "máquina del tiempo" y que no dejaríamos de ser nosotros tratando de investigarnos desde el futuro. [esto se plantea en algunas películas como Interstellar (2015)].
Pero los autores de ese artículo plantean otra teoría aún más "fantástica", que es la de que no solo esos ocupantes ocultos pudieran llegar de otro planeta o periodo de tiempo, sino que podrían ser seres desconocidos "menos tecnológicos que mágicos", comparados con "ángeles" por los investigadores.
"Entidades que se parecen menos a extraterrestres y más a ángeles terrestres, que se relacionan con el mundo habitado por los humanos de formas que (al menos desde nuestra perspectiva actual) son menos tecnológicas que mágicas, y que en las lenguas europeas se conocen con nombres como hadas, elfos, ninfas".
¿Seres de otras dimensiones infiltrados entre nosotros? |
Las 'capturas' maravillosas del telescopio James Webb
Para despedir esta temporada maravillosa de Misterio y Enigmas en 'La Caverna de Onda Cero', nos quedamos con esta maravillosa nube densa y distante de partículas gaseosas a la que han llamado nebulosa Cabeza de Caballo por su parecido a una ondulante 'melena' de tan bello animal que parece cabalgar al viento.
Esta nebulosa está localizada a aproximadamente 1.300 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Orión (El Cazador). La nebulosa Cabeza de Caballo también se conoce como Barnard 33, y se formó de turbulentas olas de polvo y gas en el lado occidental de la nube molecular de Orión B.
El telescopio James Webb, valorado en 10.000 millones de dólares, fue construido para observar las primeras galaxias nacidas en el universo primitivo hace más de 13.500 millones de años, para observar las fuentes de estrellas, exoplanetas e incluso las lunas y planetas de nuestro propio sistema solar. Y nos sigue sorprendiendo con hallazgos formidables dignos de asombrarnos con las maravillosas misteriosas que hay en el Universo.
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