Junio: la puerta del solsticio de verano

 En esta sección os contamos la importancia de la festividad de la Noche de San Juan y el comienzo del verano en un mes de junio cargado de simbología y de situaciones que se han dado cerca de la celebración de un día que tiene su origen en el paganismo y que al final ha convertido esa festividad en una <<puerta>> a otras dimensiones o situaciones que tienen que ver con el puro Misterio.

Esto sirve como antesala a una noche cargada de ritos, magia y leyendas que se siguen manteniendo en la pura tradición oral de los pueblos y ciudades de nuestra Península Ibérica.


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Barbechar de mayo y binar de junio, buenos barbechones pero pan ninguno.

(Se refiere a que estos meses son sólo de trabajo, no de cosecha.)


Agua de por San Juan, quita vino y no da pan.

(La lluvia de esta época no es muy conveniente.)


En junio, hoz en puño.

(Indica que este mes es cuando se siega el cereal.)



El poeta Ovidio escribió que el mes de junio fue dedicado a la diosa Juno, protectora de la mujer, la maternidad, los matrimonios y los nacimientos. Para los griegos era la diosa Hera y para los romanos era la esposa de Júpiter. Como en estos temas no existen criterios definidos y unánimes, otros opinan que el nombre del mes tiene que ver con Junius, en honor de Junius Brutus, y hay quien sostiene que proviene de juniores, que quiere decir jóvenes en latín, ya que junio está dedicado a éstos. Pero parece que la balanza se decanta más por Juno, y eso es porque junio es tradicionalmente el mes preferido para las bodas por los antiguos romanos debido a que seguí a mayo, el mes de las ceremonias en honor <<de los muertos infelices>> (las Lemuria).*

*Fiestas Sagradas, Jesús Callejo, 1999.

En la iconografía tradicional, este mes era representado como un segador de heno, y en otras ocasiones con la figura de un joven que señala con el dedo un reloj solar, para dar a entender que el sol empieza a bajar, mientras sostiene en la mano una antorcha encendida, como símbolo de los calores del mes. (Jesús Callejo en Fiestas Sagradas, 1999).



Junio es la puerta del solsticio de verano


El solsticio es ese momento en el cual la distancia angular del Sol al ecuador celeste de la Tierra es máxima, de hecho, la palabra significa <<sol inmóvil>> porque da la impresión de que el Sol apenas mueve su declinación de un día a otro. Esto se produce dos veces al año: al comienzo de la estación del invierno, y en la de verano. En el de verano se produce el gran momento solar y desde que comienza, empieza a declinar. De ahí que tradicionalmente, y antes de que se cristianizara esta fiesta, en muchos pueblos de Europa encendían hogueras en sus campos para ayudar al sol, como acto simbólico para que el Gran Astro <<no perdiera fuerzas>>. En su consciencia interna sabían que el fuego destruye lo malo y lo dañino.**

**Ibid.



La festividad de San Juan (patrimonio cristiano) abre el solsticio de verano para los habitantes que viven encima del ecuador (en el hemisferio norte), pero para los del sur, comienza el solsticio de invierno. Aunque en ambas, el sol tiene protagonismo. En el hemisferio norte el día es más largo y, por consiguiente, el poder de las tinieblas tiene su reinado más corto, y en el hemisferio sur ocurre todo lo contrario. Estemos en el hemisferio que estemos, al Sol se le ayuda para que no decrezca y mantenga todo su vigor. En los antiguos mitos griegos, a los dos solsticios se les llamaba <<puertas>> y, en parte, no es faltaba razón. La <<puerta de los hombres>>, según estas creencias helénicas, correspondía al solsticio de verano (del 21 al 22 de junio), a diferencia de <<la puerta de los dioses>> del solsticio hiemal (del 21 al 22 de diciembre).***

***Ibid.



La noche de San Juan es la que cuentan que tiene numerosas leyendas y que son unánimes al expresar como un periodo en el que se abren de par en par las invisibles puertas del <<otro lado del espejo>>: se permite el acceso a grutas, castillos y palacios encantados; se liberan de sus prisiones y ataduras las reinas moras, las princesas y las infantas cautivas merced a un embrujo, ensalmo o maldición; braman los cuélebres y vuelan los <<caballucos del diablo>>; es la noche en la que numerosos seres femeninos salen a dar un paseo vespertino en torno a sus infranqueables moradas (damas de blanco, sobre todo); espíritus de duendes y otros seres feéricos amparados en la oscuridad de la noche escondidos en los matorrales; mozas enamoradas que sueñan e intentan adivinar quién será el galán que las despose; plantas venenosas que pierden su dañina propiedad y otras salutíferas que centuplican sus virtudes; el rocío del alba del Día de San Juan cura ciento y una enfermedades y además hace más hermoso y joven a quien se embadurne todo el cuerpo... En definitiva, este día está cargado de un aliento sobrenatural que como bien expresa Jesús Callejo en Fiestas Sagradas "impregna cada lugar mágico del planeta y es el momento propicio para sentir escalofríos, estremecernos, ilusionarnos, alucinarnos y narrar a nuestros hijos, nietos o amigos toda clase de cuentos, anécdotas y chascarrillos sanjuaneros que nos sepamos".


Pero aunque sea una fiesta que adore a uno de los Santos más famosos, su origen es pagano

Uno de los antecedentes que se puede buscar a esta festividad es la celebración celta del Beltaine (<<fuego de Bel>> o <<bello fuego>>), que se realizaba el primero de mayo. Durante la misma se encendían hogueras que eran coronadas por los más arriesgados con largas pértigas. Después los druidas hacían pasar el ganado entre las llamas, para purificarlo y defenderlo contra las enfermedades. A la vez, rogaban a los dioses que el año fuera fructífero y no dudaban en sacrificar algún animal para que sus plegarias fueran mejor atendidas.****

****Ibid.



Es decir, según dispone Callejo en su libro de cabecera, esta fiera tan tradicional tendría un origen pagano. Los antiguo griegos dedicaban esta noche al dios Apolo, con el encendido de grandes hogueras de carácter purificador. Y por su parte, los romanos, se lo dedicaban a su diosa de la guerra, Minerva, donde el fuego era un elemento esencial en cual había que saltarlo tres veces sobre las llamas. También por entonces se atribuían propiedades medicinales a las hierbas recogidas en ese día.

El 24 de junio también es un día especial para los bereberes de África del Norte (Marruecos y Argelia), porque ellos celebraban su fiesta en ese día llamada ansara, consistente en encender hogueras que producían un denso humo, considerado protector de los campos cultivados. Los beréberes encienden esas hogueras en los patios de sus casas, en caminos, campos y otras encrucijadas donde queman plantas aromáticas y hacen pasar objetos y utensilios importantes del hogar para purificarlos. Prácticamente lo ahuman todo, también los huertos, y saltan siete veces sobre las brasas y pasean las ramas encendidas por el interior de sus casas que acercan a los enfermos para purificarlos e inmunizar el entorno de todos los males que puedan afectarles. Que curioso que esta costumbre beréber esté considerada preislámica, al basarse en el calendario solar, mientras que el musulmán rige sus costumbres en el calendario lunar.


¿Y si tienen un origen pagano, por qué evocan a San Juan Bautista?


La respuesta a esta pregunta podríamos obtenerla al consultarse el Evangelio de Lucas, en él narra que María, en los días siguientes a la Anunciación, fue a visitar a su prima Isabel cuando ésta se hallaba en el sexto mes de embarazo. Por lo tanto, fue fácil fijar la solemnidad del Bautista en el octavo mes de las calendas de junio, seis meses antes del nacimiento de Cristo. Desde entonces se señaló a esta noche como la de San Juan, muy próxima con el solsticio de verano, que ha recibido una serie de prácticas, ritos, tradiciones y costumbres cuyos orígenes son inmemoriales en toda Europa, heredándolos -a su vez- muchos pueblos de América. Lo paradójico del asunto [relata Callejo en su mencionado libro] es que en realidad el 24 de junio no debería festejarse la fecha de nacimiento del Bautista porque el dies natalis de los santos siempre fue el de la muerte. En el Evangelio de San Lucas se cuenta que su padre, el sacerdote Zacarías, había perdido la voz por dudar de que su mujer, Isabel, estuviera en cinta. Sin embargo, en el momento de nacer San Juan, l recuperó milagrosamente, como se lo había predicho el ángel Gabriel. Rebosante de alegría, la tradición religiosa dice que encendió hogueras para anunciar a parientes y amigos la noticia.******

******Ibid.

Fuente: Euronews.com


Así que, al final esta fiesta se acabó cristianizando y la noche del 23 al 24 de junio se convirtió en una noche santa y sagrada en toda la extensión de la palabra. Y el nombre de San Juan, para este día, se puso de moda.


Fenómenos extraños y súbitas desapariciones en el Día de San Juan


En un día de tanta costumbre y ritos relacionados con la magia y con la fiesta, también hay que estar a la expectativa de que surja lo imprevisible, lo insólito y lo sorprendente. Ya que el día y la noche de San Juan abre muchas <<puertas>> (por mencionarlo de alguna manera), dentro del Misterio se cuentan historias relacionadas con sonidos espectrales, raros fenómenos atmosféricos, visiones de llamaradas, luces extrañas, apariciones y otros resplandores.

En las Islas Canarias se habla por ejemplo del fenómeno de los maxios. Estos serían básicamente los espíritus de los ancestros guanches que vagan por los mares, corporeizándose en forma de nubecillas blancas durante algunas fiestas importantes y, sobre todo, en el día mágico de San Juan. Esto se cuenta así en esa zona porque se dice que los guanches conocían la fecha del solsticio de verano y la celebraban. Estos maxios no serían otra cosa que relatos de fantasmas explicados por esas formaciones nubosas originadas muy cerca del mar por el choque de las olas y el efecto de la luz solar. E, incluso, se dice que las <<carreras de los maxios>> tiene lugar en las amanecidas de ciertos días -San Juan- consistente en <<formarse a ras de la llanura compañías y batallones de nubecillas, semejando hombres cargando leña que, después de volucionar en distintos sentidos como atacando o persiguiéndose, siempre concluyen por irse arrojando de cabeza al mar unos tras otros, desvaneciéndose tan original fenómeno con la salida del sol>>.


La famosa descripción que dio Kenneth Arnold de la flotilla de 'ovnis' que vio en el cielo.


El fenómeno de los "platillos volantes" nació un 24 de junio. Efectivamente, hace 77 años, Kenneth Arnold, piloto aéreo civil, divisó sobre las proximidades del monte Rainer, en el estado de Washington, una formación de nueve extraños objetos que él calificó de <<platillos volantes>>, no por su forma, sino por la manera de desplazarse por el cielo (como cuando se lanza un plato rebotando sobre la superficie del agua), ¿Casualidad que fuera en San Juan? Se pregunta Jesús Callejo en esa mención especial al que fue el "nacimiento" del fenómeno ovni en su estudio en el siglo XX.

Puede ser una noche factible -quién sabe- para ver objetos voladores no identificados, pero también hay personas que han asegurado haber visto fuegos fatuos (inflamación de ciertas materias que se elevan de las sustancias orgánicas en putrefacción), fuegos de San Telmo (descarga ígnea en el cielo), fantasmas descarriados, formaciones lumínicas varias, bichos astrales, engendros indescriptibles, duendes traviesos, hadas juguetonas, fantasmas malditos, ánimas benditas y otros ectoplasmas. Es decir, todo lo fantástico y fantasmagórico que hayan imaginado podría ocurrir en la Noche de San Juan.

Hay bastantes casos de desapariciones enigmáticas que tienen su vinculación con el Día de San Juan. Uno de los casos más conocidos es el de Francisco de la Vega Casar, más conocido como <<el hombre-pez de Liérganes>>, localidad cántabra donde hay un monumento a su memoria.

Este curioso personaje nació en 1628 y tenía una gran habilidad para la natación, considerado el primer nadador de largas distancias de la historia de España recogido en aquella época. Pero al parecer, Francisco de la Vega tenía una extraña afección en la piel que le daba un aspecto como "escamado", razón por la cual sus paisanos, le dieron el nombre de <<el sireno>> por esa peculiar fisonomía y su capacidad para nadar. De hecho, la leyenda reflejaba que era una especie de tritón "humanoide".

A Francisco lo envían a Bilbao siendo muy joven para que aprendiera el oficio de carpintero, y allí desaparece de forma misteriosa en la ría bilbaína la víspera de San Juan de 1673. No sería hasta 1679, seis años después, cuando lo ven en la bahía de Cádiz como perdido, pero a su vez, cuentan que lo vieron con una serie de escamas que cubrían todo su cuerpo y que no podía hablar. Entonces, vuelve a su tierra natal donde estuvo nueve años viviendo como una persona extraña la cual iba siempre descalzo y de vez en cuando pronunciaba solamente tres palabras <<tabaco>>, <<pan>> y <<vino>>. Durante esos nueve años que estuvo viviendo a su regreso a Liérganes se le tenía por un loco extravagante hasta que un día lo vieron desaparecer cuando se adentró en el mar y no se le volvió a ver jamás.




 

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