En esta sección tratamos el origen de cómo una familia llegó en el año 1987 a una casa situada en la antigua calle General Aranda (ahora Vaso Núñez) de la ciudad de Badajoz y durante 30 años que han compartido esa enorme casa señorial situada en cercanías del Parque de Castelar han convivido con una serie de fenómenos inexplicables para los seis miembros originales de esta familia que hasta este año no han dado a conocer públicamente con el libro 'Vasco Núñez 54' de Punto Rojo Libros.
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A mediados de octubre de este año nos enteramos de una publicación referente a una casa con fenómenos paranormales en Badajoz. La presentación ya estaba organizada a realizarse en la sala Ámbito Cultural El Corte Inglés de la ciudad y algunos (como fue mi caso) ya teníamos pensado asistir por la curiosidad que me suscitaba el título del libro y por su portada, sin conocer apenas nada de la historia.
Fragmento del correo electrónico que nos hizo llegar Piedad González-Castell a través de Rutas Misteriosas. |
En esta entrevista que se le realizó a Piedad González-Castell ya descubrimos cómo se origina la historia que da título a su libro, los distintos fenómenos que vivió con su familia en esa vieja casa y otras curiosidades.
Imagen de la entrevista que pude realizarle personalmente a Piedad González-Castell en su casa de la calle Menacho de Badajoz. |
Sobre la autora: Natural de Montijo y perteneciente a los círculos intelectuales extremeños. Es poetisa, escritora y pintora, con varios libros publicados de novela, ensayo y antología poética. Realizó sus estudios de Arte Dramático en el Teatro Estudio de Madrid, ciudad donde se casó y vivió allí hasta 1973 cuando trasladaron a su marido a Badajoz. Piedad ha vivido 'a caballo' entre Madrid, Badajoz y Chipiona pero ha sido en la capital pacense donde ha protagonizado esta historia que cuenta en su última publicación.
Graduada en Teología por el Instituto de Ciencias Religiosas Santa María de Guadalupe de la Universidad Pontificia de Salamanca. Ha realizado conferencias, pregones, recitales y exposiciones; conocida por haber realizado algunas de esas actividades como en la Catedral de Badajoz, el Instituto Egipcio de Madrid, la Real Sociedad Económica Amigos del País, Diputación de Badajoz, entre otros muchos sitios.
Vasco Núñez 54 es la narración en primera persona de una historia familiar que tuvo que ver con una casa que para el que sea de la zona o pacense de toda la vida no le va a costar encontrarla. Claramente cuenta cómo ella, su marido y sus cuatro hijos (más la asistenta, un sobrino y una amiga de uno de sus hijos) han podido interactuar con algunos de los distintos fenómenos que se han vivido en esa casa, con la friolera de que la familia ha compartido momentos con Ellos durante treinta años (1987-2017).
Contraportada del libro 'Vasco Núñez 54'. |
Origen: cómo llegaron a esa casa
Originalmente, la familia vivía en un cómodo piso de cien metros en la calle General Aranda (que es la actual Calle Vasco Núñez, se cambió el nombre debido a la Memoria Histórica), a apenas 60 metros de distancia, pero se les quedaba pequeño debido a que era una familia numerosa -ya había nacido su cuarto hijo- llegan a una amplísima casa que Pieda cuenta que pasaba mucho por allí cerca y dice que desde fuera era "como si le llamara". No sabían nada de los anteriores propietarios, y se deciden comprarla, en 1986, previa atracción que sentía Piedad cuando pasaba cerca de esa casa.
"Que yo pasaba por allí. No sabía cómo estaba el portal y cómo estaba la puerta. Estaba todo destrozado todo, todo destrozado. Era horrible. Y yo, cuando entré la primera vez, lo vi, pero iba como fija a que iba a ver mi casa. Porque no me importaba como estaba", decía Piedad.
Un estado de abandono en el exterior. Eso es lo que cuenta Piedad que ve al llegar a esa casa. Lo único que sabían era que pertenecía a una familia que se desentendió del mantenimiento de la parte común con los demás vecinos del bloque, es decir, el portal y las escaleras. Pero el interior era distinto, enorme y arquitectónicamente sorprendente por como estaba distribuida.
Exterior de la fachada del bloque de casas de Vasco Núñez 54. La primera planta correspondería a la casa protagonista. Autor: Samuel Hernández
17 habitaciones en total: 6 dormitorios (uno de ellos el llamado "cuarto del gato"), 3 baños (uno incorporado al dormitorio de los padres), 2 salones, Cocina, Comedor, Patio Interior, Patio de Luz más Recibidor-Distribuidor y Vestíbulo. No tenía pasillos. Primera planta de un bloque de tres viviendas que no son iguales, solo en la que vivía esta familia parecía distinta a las demás no solo por su estructura, sino también por los fenómenos que iban a sentir nada más poner un pie allí en el año 1987. ¿Cuando empezaron a manifestarse? Inmediatamente, dice Piedad:
"Inmediatamente de estar allí, casi al mismo tiempo, comenzaron 'El duendecillo' y el olor. Esas son denominaciones porque, claro, eran, eran entes que estaban habitando con nosotros. Nosotros teníamos que ponerle un nombre porque era la sensación que hemos tenido siempre de que dos esferas, la real, que era la nuestra, se mezclaba con otra dimensión cada vez en un punto distinto. Eran nuestros convecinos".
Plano interior de la casa con la distribución de todas las habitaciones. Foto sacada del interior del libro 'Vasco Núñez 54' |
Convivieron con ellos como si nada, sin miedo, como unos habitantes más. El caso del 'duendecillo' (tan común en las denominadas "casas de duendes" en la que habitaban fenómenos paranormales), a esta supuesta aparición lo denominaron así cuando comenzaron a desaparecer objetos en la habitación de su hija Nuria, sobre todo, cuando perdió un reloj:
"Era simpático. A mi hija Nuria no le resultaba tan simpático porque era su habitación. Le escondía sus cosas, le perdía sus cosas y sobre todo, hizo desaparecer un reloj que acababa de comprarse con su primer sueldo. Lo dejó sobre los pies de la cama mientras que se duchaba y cuando volvió, no estaba. Había desaparecido, pero ha desaparecido durante los 30 años que hemos vivido allí. Pero no era molesto; a Rafael le dio el gran susto cuando se le cruzó un día que nos habíamos quedado sin luz. Y fue él a subir los auto automáticos y a mitad del pasillo toca una cabeza y creía que era mi nieta que estaba por allí y dice '¿por qué habéis dejado a la niña suelta?' no, la niña está dormida encima de mí, le contesté. 'Entonces, ¿de quién es la cabeza que he tocado?' Claro, desesperado fue enseguida a dar la luz y aún sabiendo que no podía ser la niña estuvo buscando por el recibidor a ver qué niño estaba por allí porque le había tocado cabeza pequeña".
En la habitación de otra de sus hijas se manifestaba un olor extraño. Era un mal olor que estaba instalado solamente en esa habitación, sin explicación aparente e indescriptible:
"El olor era muy desagradable, desagradable en el sentido en el que no se puede describir putrefacto. Es que no es putrefacto, era un olor que no se puede describir. Olor a podrido, no era olor podrido. Era inexplicable".
Ese olor lo relacionaban con una manifestación. Como una densidad que flotaba en el aire. Y todo termina con una oración que la propia Piedad realiza en la habitación de su hija una vez que se decidió quedarse sola y sin que nadie pudiera entrar hizo unos rezos, hablándole a aquel "ente" sin malas maneras y desapareció, no ya del todo, pero sí con menos intensidad.
CONTINÚA EN PRÓXIMA ENTRADA...
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